un buzo iinterviniente en la busqueda sí que alude a corrientes, mala viisiblidad, que los cuerpos pueden quedarse enganchados sinn salir a flote etc
sociedad
Una búsqueda a ciegas en las entrañas del Guadalquivir
Inmersión. Uno de los submarinistas del GEAS se lanza al Guadalquivir ante la mirada de sus compañeros. / efe
jose torres. Málaga
14 MAR 2009 1:00
Hablamos del caso de Marta del Castillo, la joven desaparecida el pasado 24 de enero en Sevilla y cuyo cuerpo se busca desde el 13 de febrero en el río Guadalquivir tras la declaración del principal imputado del caso, su ex novio.
José Antonio, David y Francisco, dos malagueños y un sevillano, respectivamente, han colaborado en un intensísimo trabajo de campo para intentar localizar el cuerpo de la joven sevillana hasta el pasado jueves, día en el que regresaban a Málaga hasta nueva orden. Veintiséis días de una labor que abarcaba desde las 7.30 horas de la mañana, cuando se organizaba el despliegue en el puerto de Sevilla, hasta las 20.30 horas, cuando regresaban a la Comandancia de la Guardia Civil.
Rastreo. Durante este tiempo, José Antonio, de 44 años, asegura que ha vivido una de las experiencias profesionales más intensas de su dilatada carrera. Y es que él y sus compañeros se han organizado para peinar minuciosamente una vasta área del río Guadalquivir, donde el asesino confeso de la joven aseguró lanzar el cuerpo. En total, los submarinistas han ayudado a rastrear una superficie de búsqueda de aproximadamente 80 kilómetros de cauce del río hasta llegar a la desembocadura en el océano Atlántico, en Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz.
Como explica el agente, las inmersiones son puntuales, pero no por ello menos intensas. Así, el trabajo más importante lo realizaron bajo el Puente de Camas, a la altura del Charco de la Pava, el lugar que más se aproxima a las versiones de los imputados en el asesinato y donde se realizó una búsqueda sistemática.
"En esta zona trabajábamos por cuadrículas o celdas que marcábamos con cabos y boyas", apunta José Antonio, quien recuerda las dificultades que presentaba el río: "
La búsqueda más intensa se realizó los primeros días del operativo, cuando el caudal del río bajaba con más fuerza por las lluvias previas".
Visión cero. Sin embargo, este no es el único enemigo al que se han enfrentado durante sus inmersiones, puesto que los submarinistas de la Guardia Civil solamente podían ver cuando salían a la superficie del río. "La visibilidad bajo las aguas del Guadalquivir es cero. Nula. Todo lo que hacíamos bajo el agua lo hacíamos con las manos, a tientas", añade el agente. Riesgo añadido, sobre todo en determinadas zonas. José Antonio se refiere a las estructuras del puente que están bajo el agua. "Los puentes son bonitos desde fuera, pero en la base son bastante hostiles. Son unas zonas muy sucias donde el riesgo de enganche con las barras de acero del hormigón del puente aumenta", subraya.
A
demás, hay que tener en cuenta las corrientes y todos los elementos que éstas arrastran y que no se ven venir. De hecho, el caudal sólo daba tregua entre 45 minutos y una hora al día, momento en el que se realizaban la mayor parte de las inmersiones, ya que el resto del tiempo había corrientes que oscilaban entre uno y dos nudos de intensida