Recomiendo el libro "El jinete pálido" (Laura Spinney), que habla de la pandemia de 1918, un calco en muchos aspectos de lo que estamos viviendo hoy.
Usa también un término: resiliencia colectiva. Y dice al respecto:
Los médicos nos dicen que, durante un brote, nos mantengamos alejados de los individuos infectados, pero hacemos lo contrario. ¿Por qué? Uno de los factores podría ser el temor al castigo divino, sobre todo en épocas anteriores. Las tres grandes religiones monoteístas, el islam, el judaísmo y el cristianismo, recalcan la importancia de la familia, la caridad y el respeto a los demás. Otro factor podría ser el miedo al ostracismo social después de que la enfermedad haya pasado. O tal vez es simple inercia: en circunstancias normales o incluso en el marco de un tipo de catástrofe diferente, como por ejemplo un terremoto, la respuesta más adecuada podría ser ayudar a los demás. Es el contagio el que invierte esta lógica, pero somos demasiado lentos, o quizá estamos demasiado aturdidos, como para solucionarlo. Sin embargo, los psicólogos sugieren una explicación aún más interesante. Creen que la resiliencia colectiva surge de la manera en la que las personas se ven a sí mismas en situaciones de vida o muerte: ya no se identifican como individuos, sino como miembros de un grupo, un grupo que se define porque sus miembros son víctimas de una catástrofe. Según esta teoría, ayudar a los demás dentro de dicho grupo sigue siendo una forma de egoísmo, un egoísmo basado en una definición más amplia del yo. Se trata de la idea de que estamos todos en el mismo barco. Y no importa si la catástrofe es un terremoto o una pandemia de gripe, solo que en un caso la respuesta es racional y en el otro, no.
Laura Spinney - "El jinete pálido" (Cap. 10)