De Televisión.

'GRAN HERMANO'Gran Hermano: 20 años del primer confinamiento retransmitido en directo
El programa de Telecinco cumple dos décadas con un formato polémico que cambió la historia de la televisión

JESÚS RUIZ MANTILLA

Madrid -
22 ABR 2020 - 00:30 CEST
De izquierda a derecha, Marina, Ania e Iván, participantes del primer 'Gran Hermano'.
De izquierda a derecha, Marina, Ania e Iván, participantes del primer 'Gran Hermano'.TELECINCO


Un 23 de abril del 2000 entró en Soto del Real la primera ristra de concursantes de Gran Hermano.

Era el día del libro.

Nadie recuerda que leyeran una línea en los tres meses que duró su experimento. Pero todos ellos escribieron el primer capítulo de la historia que iba a cambiar la televisión en España para siempre.

Cuando se cumplen ahora 20 años de aquello, la ironía macabra del destino radica en que el país que asistió entre asombrado y escandalizado al espectáculo lo está sufriendo en carnes como una pesadilla propia.

Llevamos un mes encerrados.

Cuando esto acabe, probablemente habremos cumplido un plazo similar a la duración del programa. ¿Quién se llevará el premio? ¿Consistirá este, sencillamente, en la buena suerte de no perder demasiado sin salir de casa?



En vídeo, la promoción de la primera edición de Gran Hermano, hace 20 años. (VÍDEO: MEDIASET)


Entonces, los 20 millones de pesetas del ganador del reality de Telecinco fueron para Ismael Beiro.

Puede que a quien ha acabado por tener una discreta carrera como actor y monologuista apenas lo recuerden más que a la pareja que formaron María José Galera y a Jorge Berrocal. Sobre todo después de aquella frase que ha pasado al vocabulario hispano: “¿Quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza?”.




Para muchos, Berrocal la pronunció con un punto de sobreactuación. Pero también es cierto que no existía por entonces un guionista a quien se le hubiese ocurrido mejor expresión para sacudir a una audiencia que logró entonces el 70% de share y nueve millones de espectadores en sus picos más altos con Mercedes Milá como presentadora.


Cuando Paolo Vasile supo de la prueba que la productora Endemol montó en Holanda, fue a verlo personalmente.

El magnate de Mediaset llevaba debidamente conjuntados a Ámsterdam su olfato y su colmillo. El primero, con ese elemento visionario y radical que caracteriza a un hombre en busca de la esencia del medio. Vasile vive obsesionado con crear televisión y nada más que televisión. El segundo, para triturar a la competencia. Ambos elementos combinados le producen el mismo grado de placer.


El romano sabía que con un programa así, en caso de éxito, iniciaría un camino de no retorno hacia otro tipo de lenguaje televisivo: una factoría de imágenes con vida propia que no necesitaba apenas de otros ingredientes ajenos a ella. Ni cine, ni periodismo, ni deporte, casi. Estos pasarían a ser anecdóticos, de relleno.

Así lo ha puesto en práctica desde entonces, creando sus propias criaturas de la nada –bien para famas de 15 minutos o bien para fenómenos como Belén Esteban, que ahí sigue- y encadenando formatos parecidos que se suceden a lo largo del año como temporadas de una serie de ficción.


Israel, Silvia y Mercedes Milá en el plató del primer 'Gran Hermano'.
Israel, Silvia y Mercedes Milá en el plató del primer 'Gran Hermano'.

Sin embargo, más que en los métodos de interpretación de las mejores escuelas, se basan en la espontaneidad y la verdad que deben transmitir sus protagonistas.

Debe ser así, tras un esmerado casting al que pueden llegar a optar ahora 60.000 candidatos. Leyes similares y trasladadas de un plató a una casa de extrarradio, un paraíso o un restaurante tanto para GH como en Supervivientes, First Dates o, recientemente, esa nueva bomba por explotar: La isla de las tentaciones.


Con ese recuento, ¿alguien puede negar el efecto fundamental de Gran Hermano como un antes y un después en el medio? Una auténtica marca que creó escuela.

A Vasile no le falló ese instinto que le condujo a Holanda. Un día contó en público en el Hay Festival de Segovia por qué: hasta ese momento, la televisión era un contenedor de elementos ajenos. A partir de Gran Hermano creaba uno propio que supondría un patrón para la mayor parte de la programación. De ahí que luego multiplicara los realities salpicando toda la parrilla: mañana, tarde y noche. Un universo propio, ajeno casi al exterior, pero a su vez reflejo del mismo.


Ese universo llevaba consigo todas las distopías y las profecías maléficas incorporadas.

Con George Orwell para que les prestara el título de uno de sus personajes creados en 1984, pero también para retratar y mostrar abiertamente una sociología.

La prueba es que el temor de sus detractores iba en paralelo a la cantidad de tesis doctorales y ensayos sesudos que generaba. Ha cerrado así un círculo insospechado entre el éxito popular y la curiosidad intelectual permanente. Sin olvidarnos de lo más importante: un negocio redondo para su cadena.

La pesadilla de los críticos se hizo realidad con un éxito abrumador que no ha disminuido en dos décadas.

Polémica tras polémica, Gran Hermano ha llegado a un futuro incierto hasta 2020.

El episodio del presunto abuso cometido por José María López Pérez contra Carlota Prado en la edición de 2017 sigue en el juzgado de Colmenar Viejo (Madrid), pendiente de juicio. Es la última y duele. ¿Dónde quedan los límites? Una pregunta que se han hecho todos desde el principio. Pues parece que en el propio borde de la naturaleza misma del programa, desarrollada para romperlos y avivar debates permanentes, casi en bucle.

La cadena sigue con la intención de retomarlo a pesar de las críticas que ha sufrido.


Así quedaron las cosas en medio de la última edición. Con una polémica de abuso sexual encima de la mesa, en el juzgado y en los medios que les quitó anunciantes a medida que aumentaba paradójicamente su audiencia.

Pero con la situación que vivimos ahora todo será distinto y cabe otra duda: un país que ha sufrido un confinamiento colectivo real, ¿hasta qué punto seguirá de la misma forma esa representación de la realidad en la pantalla?



elpais.com/television/2020-04-21/gran-hermano-20-anos-del-primer-confinamiento-retransmitido-en-directo.html
 
23 de abril de 2020 | DIRECTOR ANTONIO MARTÍN BEAUMONT




  • ESdiario - Información para decidir

    La ex de Antena 3 causa causa sensación en Instagram y pone en jaque a Anabel Pantoja

  • La nueva Anabel Pantoja gusta más en redes que la antigua.

    La nueva Anabel Pantoja gusta más en redes que la antigua.

    Quién lo iba a decir hace apenas un mes. Rostro habitual de las series de Atresmedia y también de las de Telecinco ha descubierto una nueva faceta que rivaliza con las grandes de Mediaset.

  • Ana Milán se convirtió durante todo el domingo en trending topic y no por ninguna polémica...


  • La actriz está protagonizando casi su propio Camera Café ella sola.


  • Desde hace días lleva realizando directos y compartiendo momentos de su día con todo aquel que quiera pasar un buen rato. Si hace unos días sorprendía con una reflexión de cuando era joven, de cuando su padre le llevaba en coche y lo que suponía leer revistas como Nuevo Vale o Super Pop y en lo que ha cambiado en la actualidad, otros días ha comentado los problemas que te juega el corrector cuando quieres subir una frase y luego subes otras cosas.
    Una de las que más impacto ha causado ha sido en la que contaba cuando confundió a los Isidoros que tiene en su agenda de contactos, uno el portero de su casa, el otro su ginecólogo. A partir de ahí, ya os podéis imaginar. Milán confesaba como un día llamó a Isidoro y tras contarle todos sus problemas ginecológicos de arriba a abajo de lo más explícitos, Isidoro, le respondía que lo sentía pero que él no le podía ayudar... Ella le replicaba que cómo podía ser si llevaba 10 años ocupándose de su: "chi**"... Dándose cuenta, se despegaba el teléfono del oído para comprobar que el Isidoro al que había llamado era ni más ni menos que su portero... Ana Milán comentaba que había que imaginarse como pasaron los dos siguientes meses, el uno y el otro cada vez que se encontraban.
    En otra de sus vivencias, Ana Milán no dudaba en confesar que está muy bien eso de vivir en mindfulness, pero que a veces hay que mandar a la gente a la mierda.

    La actriz que salía en series de Antena 3 como Física y Química o Amar es para siempre o en el programa Mi vida en serie, -no hay mejor titular para estas vivencias de Milán-, se ha convertido en un gran momento para alegrarse la cuarentena y las redes se inundan con sus divertidas experiencias y sus reflexiones...
    Ana Milán siempre se ha considerado con un carácter muy libre y tiene por bandera como lema en su Twitter: "Ella es la secuela de mil guerras".
    Para sus directos de las seis de la tarde anuncia: "Nos vemos a las 6 p.m. en Instagram. Los amargados que se pasen a la siete de la tarde a limpiar los restos de la fiesta".
    Claro que no se queda atrás Anabel Pantoja. Ambas se muestran de lo más natural moño arriba, lejos del maquillaje que requiere la cámara a nivel profesional... La sobrina de Isabel Pantoja a la que tanto hemos visto en los programas llorar, ahora no para de hacer reír. Y es que para hacer reír hay que saber reírse de uno mismo y desprenderse de los complejos. Eso es lo que hacen estas dos fuera de serie que se han convertido en la sensación de Instagram.
    Esta Anabel gusta mucho más que la otra y no duda en bromear haciendo ejercicio sudando lo que no está en los escritos y subiendo sugerentes fotos de su cuerpo metiendo tripa como el ella misma detalla, antes de que nadie le tenga que decir que está metiendo barriga. Y como no, para llevar esta cuarentena y este sufrimiento deportivo más llevadero, nada mejor que un poquito de dulce, que no amarga a nadie.
    Ana Milán, la jefa de 'marketing' Victoria de la Vega en la teleserie Cámera Café, y Anabel Pantoja, realizan sus propios docurrealities en los que la realidad supera la ficción y hacen reír con creces...


 
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