La capacidad y el nivel de obsesión que son capaces de despertar Harry y Meghan, por Dios.
En ocasiones lo que te queda es pensar que ese nivel de enfermiza fijación que muchos tienen con ellos, en realidad es enamoramiento. Enfermo y tóxico, pero enamoramiento.
Es como el viejo este de la royal rota, el Arthur no sé qué, que fue fotógrafo oficial hasta de los perritos de la reina. Que lleva CINCO AÑOS, todas las semanas y religiosamente, llorando, lamentándose y penando por la partida de Harry. Apenas la semana pasada volvieron a hacer una tertulia de royal expertus sentados en mesa redonda, para debatir por la inmortalidad del cangrejo y si acaso el cangrejo pudo influir, de manera decisiva, en la decisión de Harry de largarse (y, cómo no: PREGUNTÁNDOSE SI EL HOMBRE VA A VOLVER A UK Y A THE FIRM).
Y que va el viejo y casi llora, al recordar lo feliz que él era deleitándose visionando a Harry siendo una royal super star. Y lo mucho que Harry potenciaba el brillo del William y la mujer... Y que está seguro que en cinco años Harry estará de regreso en UK y reincorporado a las filas de The Firm, cumpliendo con la única y sagrada misión con que Dios lo mandó a este mundo: olerle los peos a los Gales y ser el escudero del padre (según esto, Harry nunca debió casarse ni reproducirse, porque eso interfiere y hasta le impide ejercer apropiadamente su misión: ser lacayo del William y del Carlos).
Yo escucho al viejo del coxx y siento que escucho a una viuda. A una viuda tóxica, pero a una viuda: ese viejo está enamorado perdido de Harry. Es escalofriante lo loco y obsesionado que está el viejo este con el pelirrojo. Yo que Harry les meto una orden de restricción a toditos. Y Meghan debería hacer otro tanto (empezando por los cerdos del progenitor y los hermanitos Markle).