A todos se nos encogió el corazón cuando vimos las imágenes en tiempo real de la catedral en llamas, con los bomberos desesperados haciendo lo posible por salvar el monumento. Ahora católicos o no, simplemente gente que tienen amor a la cultura, recuerdos de juventud y aventuras, al arte…nos regocijamos de ver que en un tiempo tan corto la maravilla se ha restaurado. Es un patrimonio universal. Yo hubiera tirado cohetes al cielo si me hubieran invitado a ir, y hubiera ido si o si.