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Su "comunicado oficial" (carta a Monedero) es este:
No dice que sean inocentes, lo que dice es que ha aplicado la misma lógica que Fallarás y sus fanáticos y que, bueno, que apechugue como Milhouse y que ojalá no haya hecho nada de lo que se le acusa (o de lo que probablemente va a salir -como con Milhouse, que yo creo que lo mejor está por llegar-).
La diferencia es que a ella:
- Le han dicho que tenga cuidado, no vaya a ser que el Sergio Gregori a raíz de todo esto haga algo drástico (eufemismo de suicidarse) y a ver qué pasa entonces. Curiosamente, con Milhouse nadie pensaba en esa posibilidad, y eso que él mismo ya defendió en su momento la salud mental.
- Le han dicho que ojalá le denuncien. Pero nadie pide que se denuncie a Cristina Fallarás.
- Le han echado en cara que tiene ganas de venganza, de protagonismo,... Pero con Milhouse desde la izquierda no se apuntaba a ninguna venganza/estrategia de los marqueses contra Milhouse, ni veían el protagonismo de Cristina Fallarás (libro incluido, casualmente coincidiendo con el escándalo).
No sé, yo me alegro de que haya hecho lo que ha hecho, porque ha destapado la enorme hipocresía de la izquierda, tanto en el tema del feminismo, como en la forma de tratar unos casos (Milhouse) y otros (Monedero). Y su fanatismo, que hay muchísimo fanatismo en la izquierda. Más que militantes son fans o groupies del partido o del político de turno.
