Porque lo descuelga de la percha, se lo pone y piensa que con eso ya vale. Y debajo parece que lleva una camiseta negra de cuello redondo. Como las que llevan las dependientas de zara como uniforme.
Eso vale si eres oficinista, pero no para un acto de gala.
A ver, no me disgusta el look. Todavía recuerdo una entrega de despachos en León que parecía que iba a por pan a Mercadona, con una camisa de flores terrorífica y todo el mundo vestido acorde para la ocasión.
Me encantan los pendientes, la verdad.