Hubo mucha envidia contra Mar. Le faltó el canto de un euro para casarse con Cayetano. Aparecieron esas fotos, en el momento preciso, después de la boda de Eugenia, para que el niño obediente de mamá cortara con ella de una vez. Estaba loquito por ella. Sin embargo, ella misma sabía que no habría boda. El hijo melenudo y bibliotecario puso en jaque a mamá, por la elegante Elsa Inka. Cayetano no era tan independiente. Poco tiempo después, conoció a Genoveva, muy joven, que se embarazó en un suspiro.
Lecquio es muy clasista y resentido. El resquemor es porque le pica la envidia de la buena vida que disfruta, desde que es una mujer casada. Sin embargo, Lecquio es un pringadete, que todas las mañanas se repite, a sí mismo, quién es.