Tiene la cara de hombre totalmente, haced la prueba y tapadle el pelo , travelo total.¡Menuda cara de huele!!!! ¿Quién se creerá que es?
A parte de medirle medio metro por lo menos.
Matrimonio de Sara Verdasco el 10 de junio de 2016.
- AutorRitaCasino
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A parte de medirle medio metro por lo menos.
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La Presly pequeña luce bigotillo.
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El pobre Mike, visto lo visto, debe estar ya curado de espantos.
Se casa tu cuñada vas contenta. No en plan reina Lizta¡Menuda cara de huele
Tiene cara de travestí
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calico
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calico
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Los celos inconfesables de una diva, que no divina, Ana Boyer
Muy a su pesar la lozanía de Fernando y la hija de Isabel Preysler le robó cierto protagonismo a Sara Verdasco en su boda con Juan Carmona. Eso sí, Anita no se esperaba algo ese día.
Ha sido uno de los eventos más sonados y comentados del fin de semana. Sobre todo para los vecinos de Boadilla del Monte, Madrid, donde se celebró la ceremonia y, cómo no, para los que, desde el cuore, siguen los detalles que se van filtrando sobre este enlace. De hecho, la boda de Juan Carmona y Sara Verdasco sigue dando coletazos; informativamente hablando.
Que si la novia iba guapísima con un vestido de la diseñadora Rosa Clará realizado en Cloqué de seda y con una larga cola de tres metros. Que si los chaqués gris marengo con tela italiana de Juan yAntonio Carmona eran de la sastrería a medida de Cortefiel y con zapatos negros abotinados de Pedro del Hierro. El intenso calor que dejó en jaque a más de un invitado de la boda…
Un sinfín de pormenores que siempre se cuecen en todas las bodas y que hace las delicias de propios y extraños. Muchos de ellos son ya un clásico en este tipo de celebraciones. Como es el cliché de reencontrarse con ex parejas y que, la actual, tenga que poner buena cara.
Ese ha sido, precisamente, el caso de Ana Boyer. Y es que la hija del tristemente fallecido Miguel Boyer tuvo que aceptar, muy a su pesar, que la actriz Dafne Fernández asistiese a la boda de la que podría convertirse en un futuro no muy lejano en su cuñada.
Recordemos que Dafne, guapa y provocativa a rabiar, fue pareja deFernando durante algo más de cinco años. Y, aunque ha llovido mucho desde entonces, no es algo que le haya gustado a la pequeña de los Boyer.
De hecho, Fernández acudía invitada a la boda por la íntima amistad que se gestó con Saradurante los años en los que Dafnefue novia de Verdasco. Pero, eso sí, Ana representó un papel más estelar ya que asistía como testigo de Sara.
Más allá de la pelusilla celosona, la educación es lo primero y, a pesar de que se mordía las uñas por tener tan cerca a una de esa jóvenes que elevaron a Verdasco a mito de galán conquistador, Ana yFernando no dudaron en saludar a Dafne y a su actual pareja,Mario Chavarría.
Robar protagonismo
Son muchos los que están criticando a Ana y Fernando por no facilitar la labor de los fotógrafos en la cobertura que intentaron dar de la boda de Juan y Sara. Fueron de los pocos famosos que no quisieron posar delante de ellos para que, como parte de su trabajo, para tomar cómodamente unas fotos.
Tanto Verdasco como Boyer entraron y salieron de la Iglesia como una exhalación. Ni gesto, ni usaludo. Algunos les defienden por intentar, así, no robar el protagonismo a los novios. Algo que fue inevitable.
Pero otros muchos les critican por dar la imagen de soberbios y altivos. Como dicen, cuando se les paga por posar, bien que no se hacen los remolones.
Muy a su pesar la lozanía de Fernando y la hija de Isabel Preysler le robó cierto protagonismo a Sara Verdasco en su boda con Juan Carmona. Eso sí, Anita no se esperaba algo ese día.
Ha sido uno de los eventos más sonados y comentados del fin de semana. Sobre todo para los vecinos de Boadilla del Monte, Madrid, donde se celebró la ceremonia y, cómo no, para los que, desde el cuore, siguen los detalles que se van filtrando sobre este enlace. De hecho, la boda de Juan Carmona y Sara Verdasco sigue dando coletazos; informativamente hablando.
Que si la novia iba guapísima con un vestido de la diseñadora Rosa Clará realizado en Cloqué de seda y con una larga cola de tres metros. Que si los chaqués gris marengo con tela italiana de Juan yAntonio Carmona eran de la sastrería a medida de Cortefiel y con zapatos negros abotinados de Pedro del Hierro. El intenso calor que dejó en jaque a más de un invitado de la boda…
Un sinfín de pormenores que siempre se cuecen en todas las bodas y que hace las delicias de propios y extraños. Muchos de ellos son ya un clásico en este tipo de celebraciones. Como es el cliché de reencontrarse con ex parejas y que, la actual, tenga que poner buena cara.
Ese ha sido, precisamente, el caso de Ana Boyer. Y es que la hija del tristemente fallecido Miguel Boyer tuvo que aceptar, muy a su pesar, que la actriz Dafne Fernández asistiese a la boda de la que podría convertirse en un futuro no muy lejano en su cuñada.
Recordemos que Dafne, guapa y provocativa a rabiar, fue pareja deFernando durante algo más de cinco años. Y, aunque ha llovido mucho desde entonces, no es algo que le haya gustado a la pequeña de los Boyer.
De hecho, Fernández acudía invitada a la boda por la íntima amistad que se gestó con Saradurante los años en los que Dafnefue novia de Verdasco. Pero, eso sí, Ana representó un papel más estelar ya que asistía como testigo de Sara.
Más allá de la pelusilla celosona, la educación es lo primero y, a pesar de que se mordía las uñas por tener tan cerca a una de esa jóvenes que elevaron a Verdasco a mito de galán conquistador, Ana yFernando no dudaron en saludar a Dafne y a su actual pareja,Mario Chavarría.
Robar protagonismo
Son muchos los que están criticando a Ana y Fernando por no facilitar la labor de los fotógrafos en la cobertura que intentaron dar de la boda de Juan y Sara. Fueron de los pocos famosos que no quisieron posar delante de ellos para que, como parte de su trabajo, para tomar cómodamente unas fotos.
Tanto Verdasco como Boyer entraron y salieron de la Iglesia como una exhalación. Ni gesto, ni usaludo. Algunos les defienden por intentar, así, no robar el protagonismo a los novios. Algo que fue inevitable.
Pero otros muchos les critican por dar la imagen de soberbios y altivos. Como dicen, cuando se les paga por posar, bien que no se hacen los remolones.
C
calico
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Esa familia tiene pinta de robar el cobre al AVE.
Los invitados parece que pertenecen al gremio del trinqueo, y ellos lo saben y no
se avergüenzan ni nada. Ufanos más bien de lucirse en un descapotable
con mantilla incorporada al viento.
El padre contento porque le pagaron bien la última remesa en el desguace.
El ''compro-oro-plata-piedras preciosas'' del barrio le presta reloj y se sube la manga
derecha como los borbones, pero que se vea bien visto por las cámaras.
La novia lleva un vestido que de frente y lejos no pega con esos primos, de espalda ya
lo clava.
Pues si te pones un traje para aparentar nivelito y alfombra roja /vieja, por cierto/
joer no te plantes ese peinado como de apañarse la melena para la colada.
Falta la pinza de plástico.
Además ese vestido, llevando esa cara tan dientuda y narizona, amerita un recogido enlacado
que le aporte elegancia por lo menos en el intento.
Pa mí que han intentado dar imagen ''de gente de clase'' para hacer méritos cara a la familia
de la IP y el Boyer.
Isabel con jaquecas.
Según se vean las cosas. Precisamente esta es una de las pocas bodas en las que sabemos que las familias de los novios trabajan y en qué trabajan. El padre del novio desde joven en los escenarios, ahora componiendo y acompañando a muchos artistas y de productor (por ejemplo Pitingo), no ha parado de trabajar. Los Verdasco en la hostelería, todo el mundo sabe la dedicación que exige este trabajo y el hijo compañero de dobles de Nadal, lo que no se consigue pasándose el día en el sofá. Gustarán más o menos, tendrán mejor o peor gusto, más o menos derecho a salir en las páginas rosas, pero maleantes va a ser que no.
Mi comentario no fue a mala fe, disculpas si me quedó un poco brusco. Yo fui la primera sorprendida al ver el escotazo de atrás y pensé "esto les va a gustar a las coticompis".
