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No hay palabras suficientes para describir el horror del crematorio de Teuchitlán, Jalisco.Cientos de zapatos, una carta de despedida y listas con apodos: los hallazgos en el crematorio clandestino del CJNG
El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco localizó un campo de adiestramiento y al menos tres fosas clandestinas; esto es lo que se ha revelado
El primer punto de contacto para todos los reclutados —en su mayoría atraídos con engaños o falsas promesas de empleo— eran los dos cuartos, de 50 metros cuadrados, ubicados a mano derecha del portón principal.“Desde que llegamos a la casa me dijeron que me encuerara, que me quitara el bóxer. Había que brincar por si traías un chip en el culo (sic) (…) En eso nos dicen, desde este momento empiezas a trabajar, ¿tienes algún problema?”, cuenta uno de los sobrevivientes.
“Así fuera uno, pero a diario llegaba alguien”, recuerda.
En el rancho también había un espacio usado para torturar a quienes se atrevían a decir no a alguna de las indicaciones de los instructores.“Dormíamos en posición fetal, muy pegados unos de otros, porque se llevaban gente, pero casi a diario llegaba gente nueva”, dice un hombre que sobrevivió a este lugar luego de estar dos semanas “que fueron eternas”.
"Todos los días nos pegaban por cualquier cosa, así nos mantenían con miedo. Desde que llegamos lo primero que te hacen —luego de que te desnudan— es agarrarte a tablazos".
En el Rancho Izaguirre la muerte está plasmada en cada rincón. En diversos puntos de la barda perimetral del predio se pueden apreciar impactos de bala, prueba física del testimonio de uno de nuestros entrevistados."Los que me tocó ver a mí, los mataron porque preguntaban si alguien quería irse y los que respondían que sí, los mataban enfrente de todos. También mataban a los que se querían escapar brincándose la barda", dijo uno de los sobrevivientes, quien afirmó haber llegado a este lugar procedente de Guanajuato, por medio de una falsa oferta de empleo como guardia de seguridad.
Muchos de los impactos también son producto de las prácticas de tiro que ahí se realizaban. A 120 metros de la puerta de acceso —en el almacén— se encontraron decenas de señalamientos viales que sirvieron como tiros al blanco."Los dejaban correr y cuando se colgaban de la barda es cuando les disparaban", recordó.
“Esos ya se usan cuando te enseñan a disparar con AK47 y con arma corta”, dijo otro de los testigos, aunque recordó que las primeras prácticas se hacían simulando combates entre los ingresados, utilizando pistolas de gotcha. Primero el 'juego', luego la práctica.
“Ahí no hay 'no puedo, no quiero'. ¡Nada! Si te mandan por un papel de baño o te piden torturar a tu compañero, lo tienes que hacer. No hay más oportunidades”.
“Te enseñan a moverte en interiores, a saber ubicar salidas, zonas seguras o emboscar”.
El número de personas que fueron desmembradas y calcinadas en este lugar es incierto. Ninguna de las personas que dieron su testimonio pueden ofrecer un dato sobre la cantidad de fallecidos en este lugar.“No nos enseñaban una técnica como tal, más bien era como tú fueras entendiendo. No hay día que no piense en eso y no hay día que no me atormente. Al principio ni podía dormir, pero en ese momento tenía que hacer las cosas para seguir vivo”, recuerda uno de los sobrevivientes.
El lugar dejó de ser operado por la delincuencia organizada en septiembre de 2024, sin embargo, el gobierno de Jalisco jamás informó sobre su localización ni de los indicios encontrados en su interior.“Yo estoy de este lado porque nunca perdí la fe en Dios y lamentablemente, y Diosito lo sabe, a lo mejor tuve que hacer varias cosas para ganarme varios privilegios”.
Decir horroroso se queda corto. Cuanto siento esa pesadilla sin fin que vivís, Janine.