Posible violador en serie en Valencia

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Iván Colom, el 'violador del portal' detenido por agredir a 17 mujeres en Valencia: "Era un hippie republicano que se volvió un 'incel' tras la pandemia"​



Durante años fue un vecino tranquilo que estudiaba danza y compartía mensajes progresistas. Pero tras el confinamiento cayó en una espiral de odio contra las mujeres, alimentada por los discursos antifeministas y de extrema derecha que consumía en redes.​




A las seis y media de la tarde del lunes 14 de abril, Iván Colom Villar (Valencia, 1996) pedaleaba como tantas otras veces. Ropa oscura. Mochila negra. Zapatillas de suela blanda. Pero esta vez no logró regresar a casa. Dos agentes motorizados de la Policía Nacional lo detuvieron en pleno centro de Valencia. Su bicicleta, de especiales características, coincidía con la que había aparecido en las grabaciones de seguridad de una decena de portales. Él, también. Esa misma noche durmió en un calabozo, incomunicado por orden judicial.

Tenía 30 años. Sin antecedentes. Empleado precario de un cine de la ciudad. Vivía con su madre, Rosa María, en una casa de Meliana, una población de 10.000 habitantes a unos 10 kilómetros de Valencia. Y llevaba, al menos desde enero de 2024, saliendo de madrugada en bici para violar. Diecisiete víctimas identificadas. Cuatro violaciones consumadas. Nueve tentativas. Todas, mujeres jóvenes que regresaban solas a casa.


En Meliana, nadie —ni siquiera en la comisaría de la Policía local— había oído hablar mal de él. Era el chico tranquilo. El que iba en bici. El que saludaba. Estudió en uno de los dos institutos locales, el IES La Garrigosa. Luego se formó en el Conservatorio Superior de Danza de Valencia, una especialidad que le venía heredada de familia. Amaba la música, la escalada, la lectura. Se rodeaba de algunos amigos y amigas con quienes hablaba de política, feminismo, sociedad. O eso parecía.

Iván sonríe en una imagen compartida por sí mismo en redes sociales.

Iván sonríe en una imagen compartida por sí mismo en redes sociales. E. E.

El giro ideológico​

"Era de izquierdas, se decía republicano, un poco místico, pero inofensivo", cuenta uno de sus antiguos compañeros del instituto a EL ESPAÑOL en las cercanías de la vivienda del detenido. "Iba a manifestaciones, leía y compartía a menudo poesía, no parecía que pudiera hacerle daño a nadie", continúa. La imagen, sin embargo, empezó a resquebrajarse durante la pandemia.


Primero, llegó el aislamiento, propulsado por la "ruptura" de su grupo de amigos, según confirman varias personas. Luego, los vídeos. En su muro de Facebook comenzaron a aparecer masivamente enlaces a Un Tío Blanco Hetero, Wall Street Wolverine y otros youtubers dedicados a "desmontar" el feminismo desde discursos agresivos y negacionistas. Los compartía con entusiasmo. Comentaba otros muchos. De fondo, según varios conocidos, se volvía cada vez más hostil. Más amargo. Más solo.


Para algunos, Iván representó el perfil perfecto del desencantado: joven sin un empleo estable, con formación artística, encerrado en casa durante meses, buscando respuestas rápidas a preguntas complejas. Y lo encontró —como tantos otros— en el algoritmo. "Cuando llamas a la gente normal machistas por el hecho de ser hombres, racistas por el hecho de ser blancos, homófobos por el hecho de ser heteros… lo único que estás haciendo es convertirlas en tus enemigos", dice uno de sus últimos vídeos compartidos.

Puerta del IES La Garrigosa, donde estudió Iván e hizo a la mayoría de sus amigos, el pasado miércoles. Somos iguales y diversos, se puede leer en valenciano.

Puerta del IES La Garrigosa, donde estudió Iván e hizo a la mayoría de sus amigos, el pasado miércoles. "Somos iguales y diversos", se puede leer en valenciano. Julio César R. A.


La radicalización no fue inmediata, pero fue constante. Su mundo se llenó de ideas sobre "feminismo supremacista", "víctimas inventadas", "hombres cancelados". El mismo Iván que años atrás colgaba pancartas por la república y publicaciones políticas de izquierdas, compartía ahora discursos sobre la "masculinidad perdida": "Dejarnos de tantos espacios seguros, microagresiones y políticas identitarias de mierda", llega a escucharse en otro fragmento publicado por el valenciano.

Nunca nadie denunció esa transformación. Algunos lo dejaron de seguir. Otros, consultados para este reportaje, dejaron de hablarle. Nadie, sin embargo, imaginó que ese tránsito ideológico se traduciría en una estrategia criminal meticulosa, constante y violenta. "Hace bastantes años que no tengo relación con él. Es cierto que comenzó a publicar contenido bastante extraño pero jamás hubiera podido pensar que hiciera algo así. No me lo creo todavía", cuenta una de sus examigas, tras enterarse por este medio de que el detenido es, en realidad, alguien con el que compartió mucho tiempo.

"Se convirtió en una especie de incel [célibe involuntario], al menos en lo virtual. Sus amigos en los últimos años cambiaron mucho, personas con las que tenía relación por la danza dejaron de salir con él, los del instituto hicimos lo mismo, aunque no por ningún motivo, sino por algo natural. Que nosotros supiéramos no había tenido problemas para relacionarse con mujeres jamás, de hecho había amigas en nuestro grupo, y él era una persona con mucha conciencia política, entonces hay un paso que no entiendo", dice otro de sus vecinos, quien también perteneció a su grupo de amigos.

Días después de su detención, las mismas cuentas que Iván seguía y de las que compartía contenido, comenzaron a difundir su imagen, nombre y apellido. 'Sr.Liberal', una cuenta vinculada a la extrema derecha con más de 100.000 seguidores, aludió a que el detenido es de "ultraizquierda", difundiendo imágenes suyas de hace una década. Sin embargo, EL ESPAÑOL pudo comprobar a través del teléfono de uno de los examigos de Iván cómo el valenciano, en una cuenta de X ahora borrada, resubía publicaciones de su cuenta y de otras como las del eurodiputado Alvise Pérez.

Iván Colom, en una captura de imagen extraída de la miniserie 'CCCC Stories' en la que aparece como coprotagonista del capítulo 7, 'Turno de noche'.'CCCC Stories' en la que aparece como coprotagonista del capítulo 7, 'Turno de noche'.

Iván Colom, en una captura de imagen extraída de la miniserie 'CCCC Stories' en la que aparece como coprotagonista del capítulo 7, 'Turno de noche'. Consorci de Museus GVA.

Su 'modus operandi'​

La Policía Nacional, a través de la UFAM (Unidades de Atención a la Familia y Mujer) fue la primera en ver el patrón. Diecisiete mujeres, en distintos barrios de Valencia, agredidas en un mismo horario. Entre las tres y las seis de la madrugada. Todas volvían solas a casa. Todas fueron seguidas hasta el portal. A todas las atacó desde atrás.

Según avanzaron fuentes policiales a EL ESPAÑOL al momento de la detención, entre las víctimas hay variedad de edades —la más joven tiene 21 años, la mayor 38— y también de nacionalidades. Su primera víctima fue una estudiante de intercambio inglesa. Después de ella atacó también a una colombiana de 24 años, a una chilena de 35, a una sueca de 38, a una taiwanesa de 26, a una paraguaya de 23 y a una italiana de 27 años, así hasta once mujeres más.

Todas en diferentes lugares de Valencia, aunque las últimas dos agresiones, y las más graves de todas —por la dura agresividad empleada durante el ataque— sucedieron en Benimaclet, un distrito de la ciudad a tan sólo 6 kilómetros de la casa de Iván.

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Su modus operandi era exacto: las agarraba por el cuello con una técnica mal aplicada del mataleón, las empujaba hacia el rellano o las escaleras, y allí las agredía. "Tocamientos, felaciones forzadas, violaciones", el auto policial entregado a la Justicia habla horrores de lo que parecía ser un vecino ejemplar.

Varias de las jóvenes agredidas describen a su agresor como una persona "sin excesiva fuerza", lo que explicaría que pese a pillarlas por sorpresa por la espalda, y tratar de inmovilizarlas con la técnica del mataleón, la mayoría lograran zafarse de él y el ataque quedara en tentativa o en unos tocamientos.

En algunos casos, Iván las obligaba a desbloquear su móvil, accedía a sus redes y grababa la agresión desde su cuenta de Instagram. Las víctimas, además del daño físico, se enfrentaron al trauma de verse expuestas en sus propios espacios digitales. Algunas lograron escapar. Otras, no.


El detenido, que no usaba guantes, dejó huellas. La Policía Científica inspeccionó cada escenario en busca de s*men, rastros biológicos, partículas que lo delataran. Las cámaras de seguridad ayudaron a dibujar su silueta. Las víctimas reconocieron su forma de moverse, su voz, incluso el color de su bicicleta. Después, gracias a la geolocalización de su móvil, los investigadores confirmaron que había estado cerca de varios portales en los momentos de los ataques.

También se supo que en su mochila llevaba siempre una botella de agua, ropa de repuesto y botas de escalada, pues era usuario de un gimnasio con rocódromo de la ciudad. Cuando los agentes irrumpieron en su casa en Meliana, incautaron varios dispositivos electrónicos. En ellos esperan encontrar vídeos borrados, restos de memoria, fotografías o cualquier prueba que amplíe el caso.

Una señora camina por una de las calles del centro de Meliana, el pasado miércoles, horas después de la detención de Iván.

Una señora camina por una de las calles del centro de Meliana, el pasado miércoles, horas después de la detención de Iván. Julio César R. A.

El día después​

La madre del agresor, Rosa María, no ha vuelto a ser vista en público desde entonces. Algunos vecinos aseguran que está "deshecha", que no duerme. Otros simplemente dicen que "no quieren ni pensar" lo que debe estar viviendo. Y es que, en Meliana, a pesar de la crudeza de los hechos, hay quien prefiere no hablar.

Horas después de que saltara la noticia de que el detenido era de la población, muchos todavía no sabían nada. Incluso, varias personas consultadas por EL ESPAÑOL se enteraron de la identidad del presunto autor de los hechos por las propias indagaciones de este medio. Y, después, hay quien sí sabía, pero no quiere aparecer en ninguna crónica, a pesar de la confidencialidad de la misma.

El miedo —o más bien el desconcierto— ha impuesto una capa de silencio sobre las aceras. En la comisaría local, la sorpresa fue absoluta. Nadie había denunciado jamás a Iván. No era violento. No era conflictivo. Nunca había dado señales. Para muchos, eso es lo que más duele. En el Ayuntamiento de Meliana, por ejemplo, Alcaldía declinó hacer comentarios al respecto.

Iván Colom, durante el rodaje de la miniserie CCCC Stories, en la que participó como protagonista de danza. Consorci de Museus GVA.
Antes de declarar ante el juez, Iván se mostró arrepentido y pidió ayuda psicológica. No negó los hechos en ningún momento ni se defendió con vehemencia. Simplemente bajó la cabeza. Según fuentes de la Policía Nacional, su perfil coincide con el de otros agresores que comienzan con tocamientos y escalan hasta violaciones.

Y si no son detenidos, el siguiente paso, en estos casos, suele ser letal. "Si no lo hubiéramos parado, lo siguiente habría sido matar", expresa una inspectora implicada en la investigación. La UFAM continúa en estos momentos rastreando denuncias anteriores con patrones coincidentes.

Prisión provisional​

El titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Valencia, en funciones de guardia de incidencias, terminó por decretar el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza para Iván el pasado jueves. A diferencia de las primeras informaciones que llegaron a los medios, el número de víctimas, al cierre de este reportaje, es de 17.

"Ha quedado investigado por 17 delitos de agresión sexual, un delito de robo con violencia e intimidación —se llevó el anillo de una de ellas— y un delito contra la intimidad", confirman fuentes judiciales a EL ESPAÑOL. Las mismas avanzan también que siguen abiertas diferentes diligencias por parte de la Policía Nacional para encontrar a otras posibles víctimas, por lo que el número podría ascender en las próximas horas.

Iván Colom fue todo lo que se supone que un agresor no es: amable, leído, limpio, sin pasado delictivo, cercano. Su historia desmonta clichés. Y eso, quizá, es lo más inquietante. Porque el violador no era un extraño. A pesar de lo que sostenían una gran cantidad de cuentas anónimas en redes sociales, Iván no venía de fuera, no tenía acento y tampoco se escondía. Era el chico de la bici. El vecino del primero. El que saludaba.
Ahora se volvió violador por ver el canal de un tío blanco hetero.
Esta gente es el colmo...
 
Es un violador múltiple confeso, y además tiene treinta años, ¿Porque se oculta su nombre?

Se llama Ivan Colom Villar

Este sujeto


En la página anterior ya lo había puesto una prima.

En el FB lo más antiguo son publicaciones de temas feministas, de open arms, pacma y lgtb y por algunos comentarios de amigos podría pensarse que es gay y luego las publicaciones más actuales son de UTBH, Rallo, WSW y contra el 8m, y en los comentarios dicen q estaba afiliado a vox.
 
En la página anterior ya lo había puesto una prima.

En el FB lo más antiguo son publicaciones de temas feministas, de open arms, pacma y lgtb y por algunos comentarios de amigos podría pensarse que es gay y luego las publicaciones más actuales son de UTBH, Rallo, WSW y contra el 8m, y en los comentarios dicen q estaba afiliado a vox.
Una joyita. A ver cuánto tarda en salir y volver a delinquir
 
Ahora se volvió violador por ver el canal de un tío blanco hetero.
Esta gente es el colmo...
Hombre seguramente por un canal en concreto no, pero está claro que entró en un bucle de obsesión con este tema.
Cuando consumes los mismos contenidos una y otra vez y empiezas a evitar tu vida, entras en un bucle peligroso, y es curioso porque en los últimos años si se ven muchos perfiles de este tipo, no de hombres obsesionados en contra de las mujeres, pero si de personas en bucle con conspiraciones que no hay por donde cogerlas.
Y es que Justo se me está viniendo una persona a la cabeza del palo, conspiranoico perdido
 
No digo nada y lo digo todo.
Este es un desgraciado tenga las ideas que tengo y haya entrado en bucle o no.
Se sabe hasta el nombre de la madre, que quiero pensar debe estar muriéndose por dentro.
Y de otros muchos no solo ni las iniciales, ni nacionalidad ni nada.....
Aquí o todos moros o todos cristianos ( antiguo refrán)
 
No digo nada y lo digo todo.
Este es un desgraciado tenga las ideas que tengo y haya entrado en bucle o no.
Se sabe hasta el nombre de la madre, que quiero pensar debe estar muriéndose por dentro.
Y de otros muchos no solo ni las iniciales, ni nacionalidad ni nada.....
Aquí o todos moros o todos cristianos ( antiguo refrán)
Por supuesto prima, entrar en bucle no es para nada justificable, este tipo de actos no se justifican bajo ningún concepto.
Solo quería explicar que si es posible que viendo contenidos del mismo palo constantemente, hace que entres en espiral de odio. Pero no es justificable.
Creí leer que cuando se derrumbó dijo que eran impulsos, y lo primero que se me vino a la cabeza fue un, anda, vete a reírte de otro, impulsos así de repente y de la nada, vaya.
Es más, ojalá se pudra en la cárcel o le hagan lo mismo que hizo él a las pobre víctimas porque está claro que no va a cambiar, necesitaría reeducación social y no tiene pinta de que la vaya a utilizar.
Por otra parte deberían replantearse porque se sienten aludidos cuando el feminismo solo lucha por la igualdad, en ningún caso se crucifica al hombre, ni se les pone como lobos.
Si creen eso, por algo será…..
 
Hombre seguramente por un canal en concreto no, pero está claro que entró en un bucle de obsesión con este tema.
Cuando consumes los mismos contenidos una y otra vez y empiezas a evitar tu vida, entras en un bucle peligroso, y es curioso porque en los últimos años si se ven muchos perfiles de este tipo, no de hombres obsesionados en contra de las mujeres, pero si de personas en bucle con conspiraciones que no hay por donde cogerlas.
Y es que Justo se me está viniendo una persona a la cabeza del palo, conspiranoico perdido
Pero qué contenidos? Yo sigo a UTBH y jamás le he escuchado a incitar a violentar a las mujeres.
Y si hablamos de su crítica a las políticas feministas, en especial la de VIOGEN, su opinión es compartida por la mitad de este país. Incluidas muchas mujeres, como yo.
Este tipo era un degenerado, y ya lo era cuando iba de perro flauta. No se ha radicalizado.
Esas cosas, en el caso de los violadores en serie, no suceden así.
No se radicalizan por x razones.
Tienen un trastorno latente y empiezan a actuar de acuerdo a sus impulsos, de media en la treintena. Justo como le ha pasado a este. Ese es el patrón común.
Y no tiene nada que ver la inclinación política, como están queriendo hacer ver algunos medios sesgados.
 
Hombre seguramente por un canal en concreto no, pero está claro que entró en un bucle de obsesión con este tema.
Cuando consumes los mismos contenidos una y otra vez y empiezas a evitar tu vida, entras en un bucle peligroso, y es curioso porque en los últimos años si se ven muchos perfiles de este tipo, no de hombres obsesionados en contra de las mujeres, pero si de personas en bucle con conspiraciones que no hay por donde cogerlas.
Y es que Justo se me está viniendo una persona a la cabeza del palo, conspiranoico perdido
Es un perfil psicopático serial de libro por el modus operandi, de ahí que la policía deduzca que habría terminado matando de no haberlo detenido. ¿Que haya tenido influencias que han alimentado su fantasía? Seguro, pero la tara principal ya la traía de fábrica y es independiente de sus tendencias políticas.

A mí lo que me llama la atención es la cara de majo y de inofensivo que tiene. Para nada tiene una mirada turbia ni mucho menos.
 
Menudo HDP (con perdón de su madre que seguro lo estará pasando fatal, viendo que su hijo aparentemente normal se convierte en un violador desgraciado)
Más allá del número de víctimas, lo que más me ha llamado la atención es que grababa la agresión desde el Instagram de las víctimas. De psicópatas, vaya
Espero que le hagan lo mismo en la cárcel y que no le dé tiempo a salir
 
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