Postureo

conozco gente que tiene un montón de cuentas de insta, ejemplo: cuenta personal, cuenta profesional (que ni si quiera le hace falta), cuenta para enseñar a la gente a organizar su día a día llena de room tours y consejos (le siguen 40 personas), la cuenta influencer que no es muy diferente a la personal puesto que cuento absolutamente toda mi vida y solo tengo 500 seguidores. Yo con una y privada tengo suficiente.
Y qué me dices de los que hacen una cuenta para su perro, otra para su gato y otra para su bebé recién nacido??? Encima lo mismo ponen una foto del bebé y un texto como si lo hubiera escrito él: "Aquí estoy después de haberme tomado un biberón, hoy me he echado 3 horas de siesta!! soy un dormilón" cosas así...
 
Subir foto a redes sociales hablando de ti en tercera persona y refiriéndote a ti misma como "ella". Por ejemplo, foto de Vane en una cala de Mallorca acompañada del texto: "Ella, que luchó contra viento y marea y renació de sus cenizas, sonriendo otra vez y viendo un nuevo amanecer".
Firmado: Vanessa de la Tormenta, la que no arde, rompedora de cadenas, madre de dragones y poeta frustrada en Instagram.
 
A mí hay un tipo de postureo que se dio durante el confinamiento duro de marzo abril y mayo que me ponía el gilipollómetro a 1000: los de "es que con el teletrabajo, no puedo desconectar porque es como tener la oficina en casa y acabado trabajando más que en la oficina, es horrible, además es que se me acumula el trabajo, ay, ay, ay, es que el trabajo es como el virus, crece exponencialmente".

Vamos a ver. Lo de no poder desconectar, ¿es por qué el portátil ejerce una especie de fuerza gravitacional o qué? Que digas que tenías trabajo acumulado y ya que estábamos en casa sin poder ir a ninguna parte aprovechaste para ponerte al día, vale. Que trabajas en una empresa de las que multiplicaron las ventas durante la pandemia, vale. Pero esos posturetas que te decían que hacían jornadas maratonianas porque NO PODÍAN DESCONECTAR me parecen eso, unos posturetas de cuidado. Nada te impide cerrar el portátil a tu hora. Yo es que debo ser rara pero sólo trabajo más y desde casa cuando hay alguna urgencia fuera de horas o algo que corre mucha prisa y no da tiempo a terminar.

Pero es que vamos a ver: que la economía mundial estaba PARADA. Que si tu empresa no vende, el trabajo baja para todos. Ojo, no digo que todo el mundo estuviera en casa sin trabajar, pero vamos, que la carga de trabajo de (pongo por caso) un administrativo en una empresa no esencial se tuvo que reducir por narices. Pero claro, quedaba muy bien en las reuniones de zoom decir que ibas desbordado y no tenías ni tiempo para contestar un Whatsapp cuando la realidad era que el trabajo de verdad era justificar en qué empleabas el tiempo.
 
conozco gente que tiene un montón de cuentas de insta, ejemplo: cuenta personal, cuenta profesional (que ni si quiera le hace falta), cuenta para enseñar a la gente a organizar su día a día llena de room tours y consejos (le siguen 40 personas), la cuenta influencer que no es muy diferente a la personal puesto que cuento absolutamente toda mi vida y solo tengo 500 seguidores. Yo con una y privada tengo suficiente.
Una pareja que conozco aparentemente muy normal y considerados como "populares" tienen además de sus cuentas principales, unas 3 cuentas falsas cada uno de ellos. ¿Por qué? ¿Para qué?
 
A mí hay un tipo de postureo que se dio durante el confinamiento duro de marzo abril y mayo que me ponía el gilipollómetro a 1000: los de "es que con el teletrabajo, no puedo desconectar porque es como tener la oficina en casa y acabado trabajando más que en la oficina, es horrible, además es que se me acumula el trabajo, ay, ay, ay, es que el trabajo es como el virus, crece exponencialmente".

Vamos a ver. Lo de no poder desconectar, ¿es por qué el portátil ejerce una especie de fuerza gravitacional o qué? Que digas que tenías trabajo acumulado y ya que estábamos en casa sin poder ir a ninguna parte aprovechaste para ponerte al día, vale. Que trabajas en una empresa de las que multiplicaron las ventas durante la pandemia, vale. Pero esos posturetas que te decían que hacían jornadas maratonianas porque NO PODÍAN DESCONECTAR me parecen eso, unos posturetas de cuidado. Nada te impide cerrar el portátil a tu hora. Yo es que debo ser rara pero sólo trabajo más y desde casa cuando hay alguna urgencia fuera de horas o algo que corre mucha prisa y no da tiempo a terminar.

Pero es que vamos a ver: que la economía mundial estaba PARADA. Que si tu empresa no vende, el trabajo baja para todos. Ojo, no digo que todo el mundo estuviera en casa sin trabajar, pero vamos, que la carga de trabajo de (pongo por caso) un administrativo en una empresa no esencial se tuvo que reducir por narices. Pero claro, quedaba muy bien en las reuniones de zoom decir que ibas desbordado y no tenías ni tiempo para contestar un Whatsapp cuando la realidad era que el trabajo de verdad era justificar en qué empleabas el tiempo.
A ver, me identifico con la frase en lo que se refiere a la parte psicológica. Tener el lugar del trabajo en tu propia casa cuando estás confinado y no puedes ni salir, te termina pasando factura a nivel mental. Fijaos que yo me tiré semanas sin limpiar la habitación donde trabajo porque me negaba a entrar ahí fuera de horario laboral, no quería saber nada de esa estancia, lo asociaba a estrés y agobio.

Ahora bien, yo cuando desconectaba, desconectaba. A partir de las 17h, ordenador apagado y puerta cerrada, y ya puede salir el sol por Antequera que yo no voy a estar mirando mails a las 10 de la noche por si ha ardido la oficina. Que hay mucho cuentista que con la excusa de estar en casa no hacen ni el huevo y se les acumula el trabajo que luego tienen que terminar a las 10 de la noche porque mañana el jefe les va a pedir tal informe. Y también hay gente muy chupaculos que envían mails a horas tardías o incluso en fines de semana para que quede constancia de lo currantes que son y de lo comprometidos que están con su trabajo (a mí las personas adictas al trabajo no me causan ninguna admiración, pero ahí ya cada uno...) Los típicos que se creen que van a heredar la empresa.

Otra cosa es la gente que teletrabaja con hijos en casa, que tienen mi mayor admiración, porque si a mí sin hijos a veces me cuesta, no me imagino lo difícil que tiene que ser tratar de concentrarte con niños en casa reclamando tu atención.
 
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Hay un comic hecho por una ex influencer en que cuenta todos los tejemanejes cutres que hay detrás del mundo influcencer, lo leí prestado de la biblioteca pero no recuerdo titulo.

Uno de los trucos que cuenta es que llevan tantas cosas diferentes a fuerza de comprarlas y luego devolverlas, con las consiguientes miradas de odio de las dependientas por darles faena, cuando la ven llegar a la tienda piensan ya está aquí la idiota esa que va de diva.

Otro típico es que el "fotógrafo" que las acompaña a todas partes suele ser algún amigo pagafantas al que manipulan con que si se porta bien alguna vez será su novio. A veces las acompaña y toma las fotos su novio de verdad pero si ellas están buenas su novio también debe estarlo para que haga conjunto con la vida ideal que pretenden mostrar y un tío guapo normalmente no es tan lacayo y pringado para aguantar horas y horas de aburrimiento repitiendo fotos hasta que salgan bien. Así que para esas tareas es preferible utilizar al amigo normalito buen tipo nuncafollista.
 
Última edición:
En una cuenta profesional que gestiono me tengo que tragar las stories de cierta influencer local. Me da tanta pereza que el 95% de las veces voy pasando para que vea que las he visto, pero ni sé que ha puesto exactamente. Resulta que siempre se ponía filtradísima en sus vídeos, parecía un Sim, obviamente su cara sin filtros no era así. Pues se hace unos retoques estéticos (labios, ojeras, pómulos y elevación de cejas) y se pone su cara real casi como sale en el filtro. Al poco tiempo de tener su ansiada cara perfecta, se saca sin filtro diciendo que deberíamos de dejar de emplearlos, aparecer como somos, que todos somos guapos a nuestra forma, aceptarnos, ec.
No bonita no, tu te has puesto la cara de tu filtro preferido y ya no necesitas trucar tus stories, los cuentos a otro.
 
Ayer en una cafetería, tomándome mi Coca Cola tan tranquila, me veo en la mesa de al lado a tres amigas tomando café. De repente una de ellas saca el móvil y estira el brazo mientras les dice a las otras dos "¡Chicas, una fotito!". Veo la cara de fastidio de una de ellas, se hacen la foto y salta está última "Pero no la subas a las redes, por favor". La chica de la foto "¿Por qué?" Y le contesta la otra "Porque no me apetece que nadie sepa lo que estoy haciendo en mi vida privada y porque hay muchas más fotos mías en Instagram subidas por ti que por mí."

No entiendo esa obsesión de inmortalizar momentos tan banales como tomarte algo en una terraza con tus amigos para subirlo a las redes. Este tipo de gente me da la sensación de que necesitan enseñar al mundo que tienen una vida social y que tienen amigos, porque no lo entiendo... Un foto de vez en cuando para tener un recuerdo vale, ¿pero tienes que hacerlo todas las veces y encima subirla a las RRSS sí o sí??? Que no a todo el mundo le apetece salir en Internet todo el rato...
 
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