Os cuento una historia que viví hace varios años, quizás de la que más me marcaron. Estuve trabajando con una ONG en una zona bastante aislada de la Amazonía, documentando vulneraciones de derechos humanos por lo que íbamos viajando por el territorio recogiendo diferentes testimonios y pruebas. Era una zona en la que había un total de 17 grupos armados criminales pegándose entre ellos y atemorizando a la población ( narcos, guerrillas, paramilitares, mafias...), las prácticas más habituales de estos grupos eran el reclutamiento forzado de menores, en otras palabras secuestrar niños para convertirlos en soldados bajo la amenaza de matar a su familia o simplemente matando a su familia y llevándoselos con ellos. Era una zona fronteriza entre Venezuela y Colombia con lo que también había trata de mujeres y niñas, a las que secuestraban para luego venderlas a burdeles. Las historias que más me conmovieron fueron las de los pueblos indígenas que vivían por allí ( algunos no querían ser contactados pero nos hablaban de ellos y sus historias los poblados vecinos). Muchas de esas aldeas sufrían asesinatos grupales por parte de los narcos y guerrillas, uno de los testimonios que recogí era de una mujer que había sobrevivido a una de esas matanzas. Ella había salido con un grupo de personas de su poblado para recolectar frutos y cazar ( normalmente las expediciones duraban días y recorrían bastantes kilómetros) tuvieron la mala suerte de encontrarse con uno de esos grupos criminales que les acribillo al momento, ella sobrevivió porque los cuerpos de sus compañeros le cayeron encima protegiéndola de la ráfaga de balas. Estuvo dos días escondida bajo esos cuerpos, haciéndose la muerta porque los asesinos decidieron acampar en ese lugar durante un par de días, luego salió de allí y regresó sola a su pueblo. También en esa zona habían entrado en un poblado donde rajaron la barriga de las mujeres embarazadas obligando al resto de personas ( incluidos familiares y niños) a ver cómo se desangraban.
Lo que más me sorprendía de estas personas era lo claro que tenían que no se iban a ir nunca jamás de su tierra, a pesar de lo que estaban viviendo, también me sorprendía su forma de ser, su falta de maldad, su inocencia y su forma de vivir tan apegada a la tierra y a lo mundano.
Por acabar como estabais hablando del tema bichos allí había muchísimos y de todo tipo. No había baños asi que si tenías que hacer algo te alejabas un poco de las casas hacia la selva y hacías tus necesidades por allí, pues una noche voy a hacer caca con la linterna yo sola y de repente siento como se mueven los matorrales que tenía detrás a toda hostia, me fui corriendo del susto ( a medio cagar jaja ), cuando llegué a la cabaña donde estábamos comiendo les conté que había un ruido raro y que me había asustado mucho, un señor del poblado me respondió que había hecho muy bien porque la semana anterior su amigo del alma había muerto envenenado por el mordisco que le dió una serpiente mientras hacía de vientre. Muy fuerte.