Ante estas hordas salvajes, pedir calma ya no es suficiente, ¡hay que imponerla!
Restaurar el orden republicano y poner fuera de peligro a los arrestados deberían ser las únicas señales políticas que dar.
Ante tales abusos, la familia policial debe mostrarse solidaria.
Nuestros colegas, como la mayoría de los ciudadanos, ya no pueden soportar los dictados de estas minorías violentas.
Ahora no es el momento de la acción sindical sino de la lucha contra estos “perjudiciales”. Someterse, capitular y complacerlos deponiendo las armas no son las soluciones dada la gravedad de la situación.
Deben ponerse en marcha todos los medios para restablecer el estado de derecho lo antes posible.
"Una vez recuperados, ya sabemos que volveremos a vivir este caos que sufrimos durante décadas.
Por estas razones, Alliance Police Nationale y UNSA Police asumirán sus responsabilidades y advertirán al Gobierno ahora que al final, estaremos en acción y sin medidas concretas de protección legal de la Policía, de respuesta penal adecuada, de medios consecuentes interpuestos, la Policía juzgará la altura de la contraprestación dada.
Hoy la policía está en combate porque estamos en guerra.
Mañana estaremos en resistencia y el Gobierno tendrá que darse cuenta de eso."