Este tipo de seres me hace plantearme si son de la misma especie que el resto de los mortales, de verdad os lo digo.
Mi mente intenta encontrar una explicación a tanta brutalidad: enfermedad psíquica del tipo que sea, porque asumir ese nivel de maldad se me hace imposible, me estalla la cabeza.
Le deseo a ese monstruo la vida más insufrible que imaginarse pueda, no tendrá lo que merece, pero fantaseo con que reciba eternamente una décima parte del sufrimiento que ha causado él.
La madre es sencillamente despreciable, me dan igual todos los atenuantes, no es una madre, nunca lo fue.
No todas las personas en situaciones desfavorecidas o con limitaciones cognitivas son capaces de consentir tales atrocidades y de obviar de una forma tan evidente el maltrato a un/a hijo/a. No está justificado en absoluto, si ir más lejos su Paquillo sí que le daba pena e intercedía por él ante su padre para tenerlo a buen recaudo y que no lo echase de casa. Qué asco.
Los Servicios Sociales no han hecho su trabajo, está claro, y no es un hecho tan aislado, conozco de primera mano el caso de una menor que fue puesta bajo la tutela del Estado por recibir maltrato continuado y pasado un tiempo ha vuelto al núcleo familiar del que salió, a la misma vivienda, es decir, ha sido entregada a sus maltratadores por la vía legal, desconozco los procesos que han tenido lugar y entiendo que el centro de menores tutelados en el que se encontraba ha actuado según las leyes...
Impotencia infinita.
Ojalá la naturaleza fuese sabia y este tipo de mujeres y de hombres nacieran estériles.
El odio que he sentido a lo largo de mi vida no ha sido dirigido a personas que me han hecho cosas a mí, si no a este tipo de seres inhumanos.
Los odio de verdad y les deseo la peor de las suertes.