Creo que en este caso hay que entender el contexto de donde se sucede. El Valle de Laciana, con capital en Villablino, y fronterizo con la zona suroccidental de Asturias, ha sido durante décadas minera, con una particularidad respecto a la minería de la zona centro de Asturias, pertenecía a manos privadas.
En la época en la que se comete el asesinato, hay cierta incertidumbre respecto al futuro de la mina y un año más tarde del asesinato se hace con ellas Victorino Alonso, un empresario muy conocido en la zona por sus métodos mafiosos. Sin embargo, se estuvo a punto, al menos en las minas de Zarréu, de entrar en HUNOSA, el deseo de toda mina privada por la mejora sustancial de las condiciones, tanto económicas como de seguridad.
El Valle de Laciana es una zona depresiva y opaca, donde el último medio siglo ha estado sumergido en trifulcas, rivalidades y amenazas entre vecinos. También las corruptelas políticas debido a las subvenciones públicas para mantener la minería y el destrozo ecológico de la zona. Esto creaba divisiones entre quienes pensaban que eso era hambre para hoy y pan para mañana y quienes el sustento de toda su familia extensa era la minería. Igualmente pasaba con las personas que defendían la transición ecológica de la actividad económica y la preservación del valle, siendo estos minoritarios y muy minoritarios.
Estos hechos no son baladí, ya que era bastante peligroso oponerse a los que mantenían el poder y la fuerza de la zona, incluso con amenazas y agresiones muy graves.
Habiendo hecho un poco este encuadre del contexto, y vaya por delante que en este caso tengo mil y una dudas, siempre he tenido un runrún sobre que quizás la ejecución de Sheila era un aviso para alguien de su familia.