Prima, es que el frenillo sublingual no solo limita a la lactancia si no que en algunos casos se manifiesta en la complementaria porque si no mueven bien la lengua no pueden hacer bien el bolo alimenticio y se atragantan con más facilidad (sobretodo si se hace BLW). Otros niños lo manifiestan en la fonación, porque les limita a la pronunciación de letras como la R, la N…
En mi temario de la oposición explica que este fenómeno de “moda” de frenillo se debe a que en los 80-90 fue el boom de la fórmula y del biberón y con esto no solían dar la cara los frenillos, solo aquellos suuuuper limitantes. En los 2000-actualidad se ha fomentado más la lactancia materna y ahí sí que se ven más pronto y por ello hay más diagnósticos.
También te diré, como enfermera no llevaría a mi hija a que una compañera se lo corte y/o valore (ni siquiera a una matrona). Hay odontopediatras para ello, que en este campo son los expertos y ellos saben valorar si es subsidiario de cirugía o de fisioterapia (o ambos). Como enfermera sé cortar frenillos, conozco la técnica y tengo la habilidad pero no tengo ni idea de realizar una valoración adecuada para intentar evitar la frenectomía en caso de ser posible, ergo, aunque sea del gremio, zapatero a tus zapatos y quizá sea una opinión inpopular pero para mí el frenillo es algo que tiene que valorar un odontopediatra y luego derivar a quien sea necesario (logopeda, fisioterapeuta,etc)