La investigación seguía en punto muerto tras dos años. El análisis quiere eliminar la tesis de la ‘contaminación’
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Crimen de Meco: la juez reactiva el caso con nuevas pruebas de ADN y de la trayectoria de las 89 puñaladas
La investigación seguía en punto muerto tras dos años.El análisis quiere eliminar la tesis de la ‘contaminación’
Carlos Hidalgo
Actualizado:31/03/2021
La investigación del asesinato de Míriam Vallejo Pulido el 16 de enero de 2019, cuando apenas tenía 25 años, en un descampado de Meco estaba prácticamente en punto muerto después de que la juez que instruye el caso en Alcalá de Henares dejara en libertad al único imputado al considerar no probado el vínculo entre él y el crimen por el ADN hallado en sus ropas. Era la principal prueba de cargo contra el acusado. Eso o una confesión, algo que jamás ha sucedido en las cuatro declaraciones que ha prestado. La magistrada dio por buena la tesis de la defensa: los vestigios hallados se explicaban porque una y otro, al ser compañeros de piso, realizaban juntos la colada en su vivienda de Villanueva de la Torre (Guadalajara).
La acusación particular ha solicitado un nuevo análisis de parte en dos vertientes: por un lado,
un estudio del ADN de las ropas (concretamente, de la etiqueta del chándal de la muchacha) que «situaría al sospechoso en el lugar del crimen». Por otro, otro análisis de las trayectorias de las heridas, teniendo en cuenta su profundidad también y la altura de ‘Mimi’ (como se conocía a la víctima), de alrededor de 1,60 metros, y la envergadura de más de metro noventa de Sergio. Además, se considera que con ello habría resolución a otra de las incógnitas: si los agresores fueron uno o dos. La defensa y los propios investigadores de la Guardia Civil están convencidos de que este individuo es el culpable y
no entienden que lleve desde diciembre de 2019 en la calle, tras solo cuatro meses en prisión provisional. La juez ha admitido la práctica de ambas pruebas (solicitadas el pasado 7 de octubre), lo que supone un nuevo impulso a este caso, uno de los más grotescos y complicados con los que se ha tenido que enfrentar el Instituto Armado en Madrid en los últimos años.
Marley, el perro policía, marca restos en el coche de SergioMarley, el perro policía, marca restos en el coche de Sergio - ABC
La instrucción ha sido ardua. Y se prevé que esta última diligencia sea la definitiva antes de enviar el asunto a a la Audiencia Provincial o archivar la pieza contra Sergio. Un dato ilustrativo: el informe definitivo de la autopsia llegó el pasado 22 de enero; es decir, dos años y seis días después de los hechos. ‘Mimi’ murió tras propinarle 89 cuchilladas por todo el cuerpo, aunque las primeras las recibió en la región posterior del cuerpo (es decir, la atacaron por detrás), en la espalda y el abdomen. El forense considera que fueron mortales de necesidad las ocho recibidas en los riñones, más allá de que el asesino se cebara con ella cuando estaba ya en el suelo, boca arriba. Tenía heridas por todo el cuerpo excepto, y esto resulta curioso, en el corazón. También en el paladar y, como ya se informó, en la frente: tan fuerte fue esta, que la punta del cuchillo utilizado, tipo machete (y que no ha sido hallado), se quedó incrustado en el cráneo. Presentaba las manos llenas de lesiones de defensa. Una verdadera carnicería. La etiología de la muerte, lógicamente, es violenta, y se produjo por un shock hipovulémico con pérdida masiva de sangre.
En el sumario se recoge que aquel 16 de enero Míriam no fue al gimnasio con su amiga y
compañera de vivienda Celia (y novia del encartado por entonces) porque estaba algo constipada. Sobre las siete y media le dijo a Sergio que salía a pasear a los perros (cosa que no solía hacer sola, pero su amiga, tras salir de trabajar, estaba haciendo deporte y luego fue a tomar algo por un cumpleaños). Acababa de comprar unos collares luminosos para los cuatro canes y quería probarlos, por eso se desplazó al descampado donde le dieron muerte. Está a apenas unos 400 metros del chalé donde vivía desde octubre anterior con Sergio y Celia.
La punta del machete que quedó incrustada en el cráneo de MíriamLa punta del machete que quedó incrustada en el cráneo de Míriam - ABC
‘Mimi’, en su recorrido, estuvo hablando y mandando WhatsApp con un amigo sobre apuestas deportivas, ya que esos días jugaba su equipo, el Real Madrid. Hasta que dejó de contestar a los mensajes. La hora del ataque está situada entre las 20.42 y las 20.53, que es cuando una pareja la halló moribunda. De hecho, mientras los jóvenes llamaban al 112 le preguntaban cómo estaba y Míriam intentaba articular palabra, sin éxito. Uno de los cuatro perros se le acercó de manera lastimosa. Ella intentó acariciarlo y fue en ese momento cuando expiró. Los agentes de Guadalajara pensaron en el primer momento que había sido víctima de un ataque de los canes. El Grupo de Homicidios de la
Guardia Civil supo claramente que era un atroz asesinato.
Sergio argumentó que cuando se fue Míriam con los perros él se quedó en casa jugando a la PSP3 en línea. El análisis de la máquina dejó claro que en la hora del homicidio no se registró actividad alguna en el videojuego. Es ‘Rapala Pro Bass Fishing’, de pesca (su gran afición), y de «modalidad multiplayer simultáneo para dos jugadores», pero no permite la actividad ‘online’.
El perro de la Guardia Civil marca el abrigo de SergioEl perro de la Guardia Civil marca el abrigo de Sergio
También afirmó que a esa hora habló con su hermano sobre música antigua por el móvil. Pero la llamada inicial es entre las seis y las siete de la tarde y la segunda a las 20.56. Después del crimen. También aportó WhatsApp con Patri, la ‘amiga’ con la que era infiel a Celia; sin embargo, antes había declarado que hablaba con su hermano a esa hora.
