Es más, su padre, que con los años fue convirtiéndose en un ser extraño, enigmático, excéntrico, aparentemente recluido... no pienso que estuviese capacitado para serlo, por mucho que lo deseara (cosa que dudo por los testimonios de gente muy cercana a él) y mucho le quisiera, que le querría.
Camilo Sesto era una persona adorable, buena, sensible, generosa, y por alguna extraña razón (tengo teorías), cambió su vida, su personalidad, su todo. Solamente la afición desmedida a la cirugía estética ya indicaba claramente un trastorno mental, no estaba bien, era evidente. Se ha dicho hasta la saciedad, la misma Lourdes Ornelas lo ha confirmado, que tenía malos hábitos de salud, por ejemplo, bebía demasiado (desconozco si también otras adicciones), mucho se ha insinuado sobre las famosas fiestas en casa, que su padre se vestía de mujer... ¿qué ambiente es ese para un hijo?
Si este chico, supongamos, ya no venía bien de serie, estas cosas son el detonante. Y si de fábrica estaba perfecto, pues muchas veces también.