1. Por fin unas personas con la suficiente clase de no hacer de una boda un espectáculo. Ni postureos, ni vanidades. Quien no quiere salir, no sale. Los verdaderos influencers mundiales son los que no salen. Nadie me saca de ahí. En un tiempo, porque parecen decentes, igual sí comparten alguna foto para agradecer a quien le haya hecho el vestido si fuera necesario hacerlo.
2. A mí me cuesta muchísimo entender que un matrimonio no vaya junto a una boda tan próxima por familia y relación (siempre se ha dicho que eran los únicos que aguantaban a Letizia). Solo en casos de trabajo de verdad (en el que si no vas, te echan) lo puedo entender.
3. La foto con la hermana. Hay un antes y un después de esta foto. Si había conflicto entre hermanas y cuñada, lo de hoy es una clara decantación pública. No era necesario ir en el mismo coche y lo han hecho: los dos sin pareja y juntos.
Aunque dije en el foro de monarquía que no había divorcio, esta foto me hace dudar. Esperaré a ver los retratos de Leibovitz para confirmar. Salen este otoño (dijeron).
4. Si una casa real no reinante, que sigue la tradición, se casa bien, no rompe relaciones, educa a su descendencia en valores… y las reinantes hacen lo contrario, habrá que analizar por qué se permite que ciertas personas hayan accedido a ser consortes de reyes y futuros reyes de las casas europeas. Hay cosas que no deben cambiar para poder mantenerse. Siendo yo republicana, que conste. Diría lo mismo de las empresas (qué maisons de lujo mantienen el respeto), organizaciones políticas, artistas… formación e innovación desde el conocimiento, respeto por el pasado, la tradición y el nombre, independencia, no caer en modas pasajeras… eso te hace respetable. Y aunque parezca paradójico, en este momento aún más.