Pasa que los Windsor-Karens son incapaces de procesar y entender (sus cerebros

Windsor-Karens les impiden hacer hasta la más simple operación mental, si esta escapa de los exquisitos muros cortesano-palaciegos y se adentra en el vulgar mundo plebeyo) que, por ejemplo, Meghan no solamente no asuma como un FRACASO, mucho menos como una CAÍDA EN DESGRACIA, el hecho de haber escapado de la mafia Windsoriana (por más tiaras, zafiros, rubíes, turquesas y esmeraldas, amén de todos los trapos y calzados de marca lujosa, que tuviera a libre disposición), sino que incluso vaya más allá: hasta lo asuma como un LOGRO. Un gran, enorme logro. Pero los Windsor-Karens no pueden procesarlo ni asimilarlo. Para ellos ese escenario es IMPOSIBLE. O como poco, aterrador.
Y entonces, la forma más "benigna" en que los Windsor-Karens puedan dirigirse a Meghan, es con lástima y condescendencia. Por haber perdido la oportunidad de oro

(por cierto, la misma Meghan renunció a ella; cosa que todavía menos pueden entender los Windsor-Karens): VIVIR EL MEJOR DE LOS MUNDOS POSIBLES, EL MUNDO WINDSOR.