Voy a aprovechar que estamos hablando de casas para contaros las cosas que pasaba en la casa de mis abuelos paternos. La casa tendrá como 200 años aproximadamente y está en un pueblo de montaña. Cuando mi padre era pequeño se empezaron a oír martillazos (que sonaban hasta fuera de la casa, o sea los otros vecinos los escuchaban), que salían de la casa cuando no había nadie dentro. Mi abuela y dos de mis tíos vieron como una mesa tipo mesita se levantaba del suelo unos centímetros y luego se caía de golpe. Otro día toda la familia estaba comiendo y escucharon como alguien bajaba dando golpes por las escaleras, el final de la escalera se ve desde la puerta de la cocina, y si estás sentado en una parte de la mesa se ve esa zona,
mi abuela estaba sentada en esa zona con dos de mis tíos y les dijo que no miraran lo que bajaba. El cura del pueblo llegó a ir a la casa donde echó agua bendita y no sé si hizo algo más, el caso es que las experiencias paranormales bruscas dejaron de existir.
Pues bien, cuando yo era pequeña, sin haber escuchado jamás estás historias ( porque en mi casa todo el mundo es ateo y les incomoda muchísimo recordar estos episodios ) pues eso, yo de peque cuando dormía allí no lograba dormir nunca, veía sombras por una especie de ventana interna que habia en la habitación, mi abuela dormía conmigo y me contaba cuentos hasta que caía rendida a las 4 de la mañana o así. Una vez con 11 años más o menos, estaba con mi familia segando un prado, como yo era pequeña me encargaba de ir a por la comida, el agua..etc y normalmente volvía al pueblo antes que mi familia. Ese día fui con una amiga al pueblo y pasamos por mi casa a coger agua para mí familia. En el pueblo nunca dejamos la puerta de la casa cerrada, al acercanos empezamos a escuchar ruido de cacharros ( como si alguien estuviese fregando los cacharros, cambiandolos de sitio, algo así), pensamos que era un ladrón y dimos la vuelta a coger palos y piedras

. Así armadas entramos en la casa, abrimos la puerta de la cocina y no había nadie, un plato salió volando del armario y se estrelló en la pared del frente. Salimos de allí corriendo sin parar y nos encontramos con mi abuela que volvía. Mi abuela entró en casa sola y escuchamos como un ruido de golpes subía por las escaleras y escuchábamos a mí abuela subiendo detrás de ese ruido. En la parte de arriba todo dejó de sonar y mi abuela bajó otra vez, nos dijo que era un gato para no asustarnos. Luego mi familia se reunió en la cocina, yo me quedé escuchando detrás de la puerta y fue cuando escuché por primera vez todas las historias que os conté al principio.
Años más tarde le saqué el tema a mi abuela y me dijo que aquello no había sido un gato, me volvió a contar otra vez la historia de cuando estaban en la cocina y de no mirar lo que aquello fuera, como para que yo tampoco la preguntase más. Yo creo que ella si llegó alguna vez a tener lo que fuera enfrente y no quiso que nadie más lo tuviera que enfrentar.
Por suerte no me volvió a pasar nada más y al resto de mi familia tampoco, al menos que yo sepa pero sigo sin poder entrar sola a esa casa y jamás me siento tranquila dentro de ella, ni abrazada a mi pareja.