
Pastillas para cortar la regla, partos en tiendas de campaña y la proeza de encontrar un baño: así viven las gazatíes desplazadas
Tras más de cuatro meses de bombardeos, las palestinas de la Franja están sufriendo cesáreas sin anestesia, abortos e infecciones, sufren para cuidar a sus bebés y libran una batalla diaria para lavarse o encontrar una compresa
“La escasez de compresas y tampones agrava esta situación y muchas mujeres recurren a las pastillas de noretisterona, como es el caso de Shima”, explica Walid Abu Hatab, consultor médico en Gaza especializado en obstetricia y ginecología. Este medicamento es un tratamiento hormonal que ayuda a subir los niveles de progesterona para retrasar la menstruación. Pero es un arma de doble filo: ofrece un alivio temporal en esta situación de emergencia, pero puede provocar varios efectos secundarios adversos, como sangrado vaginal irregular, náuseas, mareos y alteraciones del humor. “Son riesgos adicionales para la salud de quienes ya soportan los bombardeos incesantes”, agrega el experto.
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“La escasez de retretes, de instalaciones para lavarse y de servicios de lavandería accesibles afecta profundamente al equilibrio mental de las mujeres. A ello se suma que los refugios son exiguos y en ellos no hay comodidades ni la más mínima privacidad”, detalla. La experta avisa, además, que para “las niñas que experimentan su primera menstruación en tales circunstancias, recurrir a medicamentos que retrasan el período entraña enormes riesgos para la salud”.
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La responsable de MSF también explica que está habiendo “complicaciones en los embarazos, abortos y partos en los refugios y tiendas de campaña” porque las gazatíes no pueden acceder a los pocos hospitales que aún funcionan o tienen miedo de ir y no poder recibir la atención que necesitan. “Y una vez que tienen a su bebé, deben vivir con él en una tienda de campaña, en condiciones precarias. Temen que la lactancia no funcione, por el estrés, y que no encuentren leche de fórmula, o que se ponga enfermo y no poder llevarlo a que lo vea un médico”, resume.