Conozco de primera mano el problema de la okupación, y no son precisamente víctimas de la especulación, son sirvenguenzas que quieren vivir del cuento…Es como decir, necesito un coche, no tengo, lo robo?.
Todos tenemos muchos problemas, no por ello vamos quitándole cosas a la gente por ahí…
Yo durante mucho tiempo quería entender y tener empatía con esas personas, pero ni puedo ni quiero. He conocido a más de uno, que han ocupado casonas con piscina, que tienen coche, que amenazan y que además tienen antecedentes para aburrir. Acaso te dicen voy a pagar un alquiler de 100 euros? o de 50?…Nada de eso. Que se quedan ahí…y te vacilan.
Hablo de la zona que comprende desde San Celoni a prácticamente Girona, un nido de basura okupadora. Auspiciado por los ayuntamientos que tienen los huevos además de empadronarlos, eso ahora está cambiando poco a poco.
No tiene sentido que para pedir explicaciones tenga el propietario que pedir una instancia y que uno con una radial, entre en una casa, la usurpe ilegalmente y con un ticket del pizza hut se quiera empadronar como okupa.
Las personas deberían de tener un techo seguro…si, pero eso no es problema del que lo tiene, es problema de los gobiernos y de los servicios sociales.
Si no lo has hecho, léete los datos oficiales de ocupación en los ultimos 15 años, acércate a las asambleas de los colectivos sociales que luchan por el derecho a la vivienda, escucha el drama social de miles de familias a los que el Estado, en situación de dificultad, abandona a su suerte sin más opción que albergues o pensiones de mala muerte. No hay vivienda social, apenas hay vivienda pública, se ha permitido y permite una especulación de tal calibre que sólo tienen asegurado su techo quienes ya pagaron por completo su vivienda, nadie más. Absolutamente nadie más.
Si se conoce de primera mano el problema, no puede hablarse con ligereza ni genealizar así metiendo a todos en el mismo saco. La mayoría de ocupaciones son en pisos de bancos, que mantienen vacíos años y años para especular en el momento propicio, muchos de ellos en pésimas condiciones. Esto no lo digo yo, también son datos oficiales. Habla con Cáritas, con Cruz Roja, por ejemplo, ellos te dirán cómo va la cosa. Llevo muchos años involucrada en esto y sé muy bien de qué hablo. Nadie va a convencerme de lo contrario porque lo visto, leído y escuchado por mí va en otra dirección.
Vuelvo a decir y no me cansaré de repetirlo, el fenómeno de la ocupación, que no debería haber existido nunca, se combate con vivienda pública, social, asequible, y suelo público blindado.
Sinvergüenzas siempre habrá, pero no por ello se puede estigmatizar a miles de personas, familias trabajadoras que se han visto abocadas a situaciones desesperantes y sin saber dónde ir ni qué hacer. Que nunca te veas en un momento así, con tus pertenencias y familia en la calle. Yo lo he presenciado, muchas veces, he visto a gente de cualquier edad, niños, jóvenes, ancianos, personas enfermas... y recibiendo un no por respuesta en todas partes, "lo siento, no tenemos pisos", "lo siento, no podemos hacer nada", "lo siento, sólo podemos ofrecerte un mes, dos en una pensión" (ayuntamientos), lo siento, la mesa de emergencia está colapsada, hay mucha lista de espera", etc., etc.
Perder tu hogar es un drama inimaginable si no lo vives en propia piel y de consecuencias muy dolorosas. No digamos cuando, por no poder darles un techo, pierdes a tus hijos y pasan a tutelaje de Servicios Sociales. Esta España existe, y no es pequeña ni asunto para frivolizar.
Las familias que han ocupado pisos de entidades bancarias, insisito, mayoría abrumadora, lo primero que hacen es solicitar un alquiler social, piden pagar acorde a lo que pueden, y con mucho esfuerzo, tiempo, paciencia y constancia (pueden pasar años), se han conseguido firmar muchos contratos, pero no por generosidad o empatía de los bancos, ¡qué tontería estoy diciendo!, no, sino por la lucha incansable de todos esos colectivos que desinteresadamente se han preocupado de asesorar, acompañar y guiar a toda esta gente en su pesadilla particular, incluyendo a abogados que han querido implicarse.
Ni gobiernos ni ayuntamientos, ni comunidades ni nada, la propia gente, organizándose, es la que ha ido logrando pequeños grandes triunfos para evitar males aún mayores.
Disculpa el tocho, pero es necesario explicar el tema para que se comprenda un poco la complejidad del drama social que estamos viviendo. Desde la crisis de 2008 es un no parar.
