Cuando se muere Franco, pero sobre todo cuando arrasa el SOE en el 82, el partido no tiene cuadros suficientes para cubrir tanto puesto en la Administración, desde el Gobierno hasta un simple administrativo de especial confianza. En esos momentos empiezan a aparecer como setas todos los que lucharon contra la Dictadura, pero no había pedigrí (la mayoría de los que de verdad lucharon desde el exilio o desde dentro, estaban afiliados al PCE o sus órbitas). El PSOE tenía poca gente ( y más desde Suresnes, que se cargaron al SOE histórico), y dentro de esa gente, Boyer había estado afiliado y pasado un breve tiempo en el trullo. Era una pieza de valor ( su padre era un liberal pero republicano y sus suegros, también).
También es verdad que muchísimos de estos aristócratas del SOE se volvieron locos con las restructuraciones empresariales, las privatizaciones de empresas públicas, las puertas giratorias en los Consejos de Administración de las grandes empresas...en fin.
A Boyer, salvo tres o cuatro de su grupillo que no eran precisamente revolucionarios o grandes socialdemócratas, nunca le perdonaron no ya sus amores con la Preysler, sino lo que vino con ella.