HOLLYWOOD | EL PENÚLTIMO JAMES BOND
Roger Moore
007 se casó con una «jovencita» de 63 años
GEOFFREY LEVY
Roger Moore «con faldas y a lo loco» en Londres. / RICHARD YOUNG
Deborah, la hija de Roger Moore, era todavía una adolescente cuando fue presa de una premonición terrible: la amiga viuda de su madre, Kiki Tholstrup, pasaba con ellos muchas horas en casa y este hecho había empezado a molestarla. Puede que, sin querer, Deborah hubiera visto algo así como furtivos intercambios de miradas o puede haber sido sólo instinto infantil, pero estaba lo bastante preocupada para advertir a su madre, Luisa, cuando le decía : «Va a robar a papá». Tenía razón. Cuando Moore dejó a Luisa, su tercera mujer, después de 38 años de matrimonio, por Kiki en 1995, la separación fue vista como uno de los disgustos familiares más grandes del negocio del espectáculo.
Resulta que Moore y Kiki finalmente se casaron en secreto en la primera semana de marzo. No había nadie en la ceremonia de Montecarlo, lugar donde residen. Ni un amigo o familiar, y ni hablar de sus tres hijos: Deborah, actriz de 37 años, Geoffrey, 35 años, dueño de un restaurante, y Christian, hombre de negocios de 29 años.
Christina Kiki Tholstrup no era sólo la otra. Para los hijos de Moore había sido como una tía extraoficial, después de haber llegado ella y su marido al sur de Francia con el fin de evadir impuestos y haber conocido a la familia, que vivía al lado.
Se había convertido en la mejor amiga de su madre, cuidando Luisa de ella cuando se puso enferma de cáncer y tuvo que sufrir una mastectomía doble.
Para ayudarla en su convalecencia, a Kiki le prestaron la casa familiar de los Moore en Los Angeles. «Si ella hubiera sido una jovencita guapa, los chicos habrían reconocido, al menos, qué era lo que estaba motivando a su padre a dejar a su madre», dice un viejo amigo del actor. «Pero es que a Luisa no le llegaba a la suela del zapato. Pensaban que su padre se estaba volviendo loco». Moore tiene ahora 74 años y sus hijos lo ven a menudo y hablan con él con asiduidad.
La cuarta señora Moore tiene un largo historial de relaciones ambiciosas. Vivió dos matrimonios horrorosos con dos hombres ricos pero conflictivos que la dejaron viuda dos veces, y un currículo que incluye trabajos como camarera, recepcionista y mecanógrafa. Comenzó su vida siendo la mayor y más guapa de las tres hijas del comerciante de coches Arnold Linder en Karlstad, 100 millas al nordeste de Gotemburgo (Suecia). Después de dejar el colegio, su padre le consiguió un trabajo en un hotel local donde ejerció de camarera durante un mes, antes de que su belleza y habilidad para hablar idiomas la llevaran a la recepción del hotel.
Después se alistó en Scandinavian Airlines como azafata, no tardando en llamar la atención del conductor de un Maserati, Hans Christian Knudsen, heredero danés de un fabricante de artículos de cuero y piel.
Se casaron en 1962 y Kiki se convirtió en la señora de la hacienda Knudsen. Aprendió con rapidez pero se volvió ridículamente ostentosa.Tuvieron un hijo y una hija pero empezaron a surgir las crisis en el matrimonio. Su marido tenía montones de deudas y estaba acusado de fraude fiscal. Le embargaron sus posesiones, incluyendo la finca. Un día escogió una de sus armas deportivas y se pegó un tiro. Así fue cómo a los 35 años la futura señora Moore se encontró viuda con dos hijos de nueve y siete años. Y arruinada.
Pero las celebridades del mundillo artístico danés no olvidan a la encantadora belleza. A la joven viuda no le faltan invitaciones para salir a cenar, y antes de que transcurran muchos meses entabla relación con Ole Tholstrup, hijo de multimillonario, presidente de Gas Butano y ex ministro danés.
En 1978 su matrimonio la convirtió en una de las anfitrionas más importantes de Dinamarca, con conexiones muy próximas a la realeza. Pero cuando el padre de su marido murió y éste vendió su tercera parte del imperio de la familia por 35 millones de libras esterlinas, Tholstrup colocó su dinero en Francia para evadir impuestos. Se mudaron a una mansión cerca de Vence y allí muy pronto se hicieron amigos de Roger, Luisa Moore y su familia.
Pero su marido bebía. Cada día se encerraba en una habitación y se emborrachaba hasta perder el sentido. Kiki le cuidaba con dedicación pero en 1991 no pudo más y murió. Ella tenía 52 años y se quedó otra vez viuda. Más tarde, ella confió a Luisa y Roger que le habían descubierto un bulto en el pecho. Es especulación curiosa que el cáncer uniera a Roger que lo padecía de próstata y a Kiki, dado que los cotilleos comenzaron no mucho después de que ella saliera del hospital.