Buenas, no se ni cómo comenzar, lo que sí sé que tengo la necesidad de hablarlo… sobre todo porque os leo en este foro desde hace tiempo y confío en el criterio y la coherencia de las primas…
Tengo miedo por si se puede saber de mi identidad, pues la historia es bastante particular. Pero bueno, asumo el riesgo.
Conocí a mi pareja hace unos años, él tenía tres años menos que yo. La diferencia de edad se notaba muchísimo, yo me veía más madura que el, el es el menor de sus hermanos y lo tenían muy sobre protegido y mimado. No obstante, pese a mis miedo de iniciar algo que veía difícil que funcionara por el motivo anterior, me lancé y confié porque la verdad que disfrutaba mucho con él y me veía feliz. Tenía otras cualidades que me gustaban.
Llevando unos meses con el, me quedo embarazada. El 21 años y yo 24. Aquí empieza todo, el me dice que no está preparado, que por él no lo tiene pero que si yo voy adelante pues me apoya. Al día siguiente, vienen sus padres y él a mi casa (no conocían a mi madre aún y se presentan), mi pareja con los ojos rojos de llorar y la madre igual, parecía que venían a un funeral. Como yo estaba sangrando fuimos al hospital todos, sus padres y mi madre. La madre insistiéndome en que me tomara la pastilla para abortar, incluso metiendose en la sala con el médico. Mi madre se aguantó las ganas de decirle cuatro cosas y de cogerle de los pelos.
Yo no tenía claro que quería, si seguir adelante o interrumpirlo, pero me decantaba más por tenerlo. Estaba en un mar de dudas, sobre todo viendo con la persona que lo iba a tener. Durante este tiempo, me fui a su casa con sus padres; aguanté caras largas de todos, comentarios del tipo: “me vais a joder la boda”, “tu hija es mayor y debería haber usado medios para evitarlo”, “Yo quiero que mi hijo pueda irse con los amigos en Navidad a beber cubatas”… me quedaba sola en una habitación, mientras mi pareja y su familia estaban en el salón. Mi pareja estaba mal, no escuchaba la música que le gustaba, decía que no tenía ganas de ir al partido, al que nunca faltaba. Me sentía culpable y sin ningún apoyo.
Finalmente, me planté y dije que me iba de esa casa donde no me querían y dije que si iba a tener al niño. Me retuvo mi pareja y la familia, peloteándome viendo que yo ya lo tenía claro.
Todo esto está resumido, fueron semanas de desprecios, de desprotección y de soledad para mí en un momento tan vulnerable en el que estaba.
Mientras tanto seguía sangrando, yo notaba que no había nada dentro mía. Fui con mi madre al médico y no había latido. No había nada. Yo solté unas lágrimas dentro de consulta, pero salí en shock, como si no hubiese pasado nada. Ese día mi querida suegra, le dijo a su hijo: “llévatela a algún lado a cenar”, me llevó a un burguér king, todavía me siento culpable de haber ido, parece que estaba celebrando algo.
me dolió más con el tiempo la pérdida, veía carritos y lloraba, una vecina de mi edad se quedó al mismo tiempo y vi a su hija crecer, pensando que yo tendría a un nene o una nena de su edad. Mi pareja entonces no quería hablar del tema, lo evitaba todo, no me apoyó, no vivimos el duelo juntos, sentía que al hablar de ello yo le estaba reprochando, inválido todo mis sentimientos. La familia hizo lo mismo, incluso soltaban comentarios desafortunados como la hermana: “anda y yo que había puesto una hucha para que no le faltara de nada” y muchos más que mi memoria consciente ha preferido borrar.
El hermano de mi pareja se echó novia,tb mayor que el. Entonces yo le dije a mi pareja que si se quedaba embarazada supiese que yo iba a vivir la situación mal, porque a ella la trataron muy diferente a mí desde el primer momento. A ella como a una adulta y a mí como a una niña, cuando tengo la misma madurez o más. Llego el embarazo de ella al poco tiempo y nadie se metió en la decisión de ellos, todo fue maravilloso, “el mayor regalo”, “la mayor alegría”, estas palabras eran cuchillos en mi corazón. Me tuve que enterar en un almuerzo. Me fui y me harté de llorar con mi pareja, mi suegra no me entendía, cero inteligencia emocional.
Mi historia era negada, omitida por ellos. También por mi pareja, que a pesar de que a mí se me despertase el instinto maternal, nunca en años hablamos de que nombre ponerle a nuestros hijos cuando lo tuviésemos o de fantasear de cómo seríamos como padres.
Después de esto tuve un problema de salud, en el cual me tuvieron que intervenir en el cuello del utero. Senti que ya era hora de buscar un bebé porque podría tener problemas. De él no salió nada, está claro que no estaba en el mismo momento que yo. Pero tampoco de hablar conmigo al respecto.
después de años en los que yo he estado en un duelo sin resolver, pienso que porque la situación no fue normalizada. A la pérdida se une que sentí que ganaban ellos y que mi pareja no iba de la mano conmigo ni me acompañaba. Llego el bautizo del sobrino al que os referido y con el que compare un poco y sé que no es coherente pero lamentablemente le cogí pelusilla. Le ofrecen a mi pareja ser el padrino. Mi pareja aceptó. Yo me sentí traicionada, solo esperaba que tratara el tema conmigo, con tacto, con comunicación, con empatía. Que me dijera: sé que lo has pasado mal, sé que es difícil lo que has vivido, mi hermano me ha pedido que sea el padrino y no sé qué hacer. Con esto me habría sentido que me tiene en cuenta, que escucha mi dolor y habría sido la primera que lo animara. Pero nunca ha sido así, no hablo nada conmigo. Por primera vez, decidí no asistir, porque siempre había hecho todo por el para unir a la familia me había comido situaciones que a mí me hacían sentirme mal. Esta vez no podía y lo tenía claro.
A raíz de esto, algo cambió en mi, en lugar de ir olvidando lo que pasó, cada vez me ha dolido más. Porque no fue solo el que no quisiera tenerlo si no el permitir que su familia se metiese en nuestra decisiones, el no escucharme, el no validarme, no acompañarme. Pese a esta historia, mientras que el dolor estaba en mi, me ha aportado muchos momentos de felicidad, a mi familia la quería más q a nada y de verdad que deseaba olvidar todo pero es que era día tras día algo nuevo.
En este momento, no lo veo como padre, no se me apetece a pesar de yo estar deseando ser madre, pero aunque lo quiero, no lo percibo como antes, que me lo imaginaba con un bebé y se me caía todo.
espero no aburriros, he resumido todo mucho, se pierden muchos matices y la historia solo está clara en mi alma. Me duele que todo acabe aquí, a pesar de todo lo que luchado, pero no sé qué hacer, estoy perdida primas