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Ay prima, cómo lo siento, es horrible... No tengo palabras. Aquello fue un abuso en toda regla, nadie se merece pasar por eso.No sabía si contar esto,...pero hace años iba yo en el bus por la noche que volvía de estar tomando algo e iba algo perjudicada, ese día me puse una falda asi como de colegiala negra que ese día estaba estrenando, como ir sentada en el bus me mareaba un poco me puse de pie al final del todo, era un bus de estos dobles y el conductor iba dentro de una cabina por lo tanto no tenia acceso fácil para mirar hacia atrás, en el asiento de delante a la derecha había un hombre que tenia muy mala pinta, iba mal vestido y con la camiseta como rota.. sucia... e olía muy mal... se acercó a mi, yo me quedé paralizada, se levantó y vino hacia mi, me empezó a preguntar cosas sin sentido y yo entre que era jovencita e iba un poco bebida pues no supe reaccionar, de repente el bus pegó un frenazo y aprovechó para acercarse a mi, acercarse tanto que empezó a restregarse, yo no sabia que hacer, de repente me subió la falda y noté su pen* contra mi (por fuera de mi ropa interior), estuvo un buen rato asi y yo me quedé paralizada, no era capaz ni de chillar ni de moverme, no sé que me pasó, solo me caían lagrimas, al rato cuando el decidió que estaba satisfecho, se limpió, me dijo gracias y se bajó del bus, yo me quedé tal como estaba y me bajé en la otra parada, no recuerdo mucho de lo que pasó después, solo sé que estuve años sin poder coger el autobús y que hará un par de años o tres que lo conté a mi entorno... si cierro los ojos todavía puedo verle esa cara de depravado y escuchar ese "gracias" me sentí como una prostitut*...

A mí una vez un imbécil con el que me lié me hizo algo de ese estilo. Nos estábamos enrollando y yo notaba que se restregaba mucho contra mí, pero inocente de mí, no me di cuenta de lo que estaba haciendo realmente. Entonces, de repente se levanta y me deja ahí tirada. Y me noto algo húmedo y pegajoso en la ropa. El HDLGP se había desfogado contra mí (ya no recuerdo si fue sobre la camiseta o sobre mi barriga). Solo recuerdo tratar de limpiarme como pude con pañuelos, muerta del asco y de la humillación, y cuando llegué a casa lo primero que hice fue poner la camiseta a remojo para que mi madre no viera con qué me la había manchado.
No fui capaz de volver a ponerme esa camiseta y durante mucho tiempo me sentí sucia e idiota por haber permitido que me tratasen como a un puto trapo.
Ah, y aquí no acaba lo chungo. La "amiga" que estaba conmigo cuando esto pasó (ella se liaba con el amigo del otro imbecil en una habitación contigua) y que prometió no contar nada a nadie, lo fue cascando en cuanto pudo, y por lo que deduje encima lo contaba con risas como si fuera una anécdota divertida. Lo sé porque un día una amiga en común me lo mencionó partiéndose el culo, preguntándome si había conseguido sacar la mancha de la camiseta. Cuando vio la cara que puse se dio cuenta de que se había pasado de la raya.
Cómo lamento haberme espabilado tan tarde en la vida y no haberle dicho cuatro cosas a la chivata. Esa tía me tenía tanta envidia que estoy segura de que disfrutó viéndome ser humillada de esa manera.