Raphael no sabe vivir sin cantar y sentir el calor del público, ni quiere, tiene pasión por su trabajo, es la savia que le mantiene vivo. Hay personas que necesitan estar activos, y si dejan de trabajar, si abandonan esa rutina, se apagan como una velita, poco a poco. Pierden la ilusión, se desmotivan, se sienten inútiles y empiezan a decaer de forma asombrosa. Un clarísimo ejemplo fue María Teresa Campos.
No, por Dios, que trabaje lo que pueda, él es feliz así. Estoy segura de que le recomendarán reducir un poco la actividad, eso sí, pero si nada lo impide, espero que no, pues que siga.