Vamos a ser sinceros, de esta gente nunca sabremos cómo son como padres. Es una discusión estéril. Tamarita parece tarada, pero eso no significa necesariamente que vaya a ser una madre negligente, ausente o poco cariñosa. Y las influencias intelectuales el niño o niña las puede tener por otro lado. Ahora, tampoco es seguro que vaya a ser del tipo abnegado. Bien puede dejarle a niñeras todo lo que tenga que ver con sus hijos. Eso sí, en las revistas todo será maravilloso: mi hijo es lo mejor que me ha pasado, soy una madre atenta, he renunciado a proyectos por la maternidad, blablablá, blablablá. Y sus futuros hijos tendrán la misma versión. Pero como pasa con Tamara y su madre, capaz se colará la verdad de la crianza de manera pasiva agresiva: ay, ya saben cómo es mi madre...