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Una duchada y otra no​

Los duchados a favor de la vida tenemos que defendernos de los no duchados de la violencia y la opresión. Por razones más hondas que la simple pastilla de jabón
28/06/2022Actualizada 02:25
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El domingo se convocaron en Madrid dos manifestaciones. Una, multitudinaria, a favor de la vida. Otra, numerosa, en contra de la OTAN. La primera, duchada; la segunda, sin duchar. La primera, esperanzada en el futuro, y más aún después de la sentencia del Tribunal Supremo de los Estados Unidos. La segunda, con el sudor, la suciedad y la estética del comunismo del siglo pasado. A ninguna de las dos, y resultó sorprendente en la primera, acudieron altos representantes del Partido Popular. Parece ser que Feijóo ha declarado que no tiene intención de derogar, si alcanza el poder y la mayoría suficiente para gobernar, la infame ley del aborto de la insufrible y obsesa –que significa otra cosa que obsesiva–, Irene Montero. Sí acudieron Jaime Mayor Oreja, María San Gil, el presidente de este periódico libre, Alfonso Bullón de Mendoza y centenares de miles de manifestantes llegados a Madrid y procedentes de toda España. El único dirigente de un partido constitucionalista, cristiano y conservador que se presentó con su plana mayor en la manifestación contra el aborto fue Santiago Abascal. No quiero decir con esto que el PP, como fuerza principal del conservadurismo en España, no se unió a la concentración. Decenas de miles de votantes del PP, como de Vox, como alguno de Ciudadanos, formaron parte de esa masa compacta, serena, educada y duchada que recorrió las calles de Madrid. Pero resulta desmoralizador que ningún representante de la cúpula popular, ahora que lo tienen mejor que nunca, diera un paso por estar presente en la modernidad, que no es otra cosa que el respeto y la defensa de los seres humanos a los que no dejan ver la luz y asesinan antes de su nacimiento. Sí, soy muy antiguo. Cuando uno se acerca al fin de la vida, disfruta defendiendo el derecho de los que van a nacer.
La otra, según las imágenes que he tenido la paciencia de contemplar, fue una manifestación chabacana, violenta de hígados enfermos, de gente fea, porque el odio, el rencor y el resentimiento, amén de la supina ignorancia, afean los gestos y los rostros. Por allí se movía un secretario de Estado del Gobierno de España, anfitrión de la cumbre de la OTAN, pidiendo la disolución de la OTAN. Coherencia. Y siempre con la mentira sesgada de «la paz». Para los comunistas, la paz significa que Ucrania abandone su defensa y se entregue a Rusia. Para los comunistas, la paz significa que por protestar contra su Gobierno miles de cubanos tengan que padecer veinte años de condena en sus cárceles con entrada y sin salida. Muy acusada diferencia entre las dos manifestaciones. La de la vida y el jabón, y la del comunismo y la caspa. En la primera, sonrisas y abrazos, y familias unidas. En la segunda, miradas de odio, agresiones a los representantes de la prensa libre –todavía queda, mal que les pese– y mensajes, eslóganes y gritos de otro siglo y el mismo fracaso. Antiguallas. Muchos de los manifestantes de la segunda han nacido en la libertad y no han conocido ni de lejos el terror de vivir en un régimen con la ideología más asesina de la historia de la humanidad. Sí, después de ella, el nazismo. El nazismo que, por otra parte, fue un movimiento nacional socialista y racista, muy coincidente con el comunismo en la exterminación de los judíos, los cristianos, los seres humanos considerados de razas inferiores, y los gitanos. Por esos ámbitos se mueven los nuevos comunistas, con los cristianos como fundamentales enemigos. He leído, y no sé si es cierto porque no sintonizo con la SER ni leo El País–más bien por aburrimiento, no por otro motivo–, que en un programa de esa importante cadena de Prisa se ha pedido la voladura con dinamita de la Cruz y la basílica del Valle de los Caídos, «y si es en domingo, mejor». Una tal Montserrat Dominguez o Domingo, directora de Contenidos, ha autorizado el vómito del odio. De ser cierto, los católicos españoles tenemos que estar preparados. Para todo.
Los duchados a favor de la vida tenemos que defendernos de los no duchados de la violencia y la opresión. Por razones más hondas que la simple pastilla de jabón.

Más de Alfonso Ussía​

 

ESPACIO​

España tiene un ejemplar Ejército del Aire. Lo del Espacio es una artimaña, una cursilería, una horterada.
junio 29, 2022
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Tenemos un Gobierno que manda y ordena el futuro. De eso no hay duda. Prueba de ello es el cambio del nombre del Ejército del Aire. Ejército del Aire y del Espacio. Recuerden a Leyre Pajín, la rubia de Benidorm, cuando afirmó que Rodríguez Zapatero era un líder interplanetario. Lo del “espacio” se me queda corto. Ejército del Aire, del Espacio, Interplanetario y Sideral. Cómo lo siento y cuánto lo lamento por los extraordinarios militares del Aire de España.

Lo que ha determinado la ministra de Defensa, en mi humilde opinión, es una gilipollez. Las Fuerzas Aéreas de España, nuestro querido Ejército del Aire, no necesitan más especificaciones horteras y rimbombantes. En el aire somos mucho, y en el espacio, poca cosa. Las Fuerzas Aéreas estadounidenses, británicas, francesas no han cambiado su nombre. Y los americanos, del Espacio, saben mucho. Que le pregunte Margarita Robles a la NASA, que no es la narizotas sobona que vicepreside el Gobierno donde ella se ubica, sino la agencia aeroespacial más importante del mundo. En 1968 pusieron a tres seres humanos en la luna. Nuestros militares del Aire, fueron pioneros de insuperables gestas aéreas. Ejército de Tierra, del Mar y del Aire. Siguiendo la estela de la cursilería, el Ejército de Tierra habría de denominarse de Tierra y de la Sostenibilidad de los Bosques, la Armada, Ejército de la Mar, Horizontes y Profundidades, y el del Aire, ahora sí, del Aire y del Espacio. Tenemos un Gobierno que adopta medidas fundamentales para afrontar el futuro.

El EA, será a partir de ahora, un capicúa. El EAE, porque habrá que meter el Espacio dónde y cómo sea. Me siento muy orgulloso. Lo que necesita nuestro heroico Ejército del Aire es más dinero, más inversión, más aviones, mejores sueldos para los militares de la decencia, y más apoyo presupuestario. Olvidemos el Espacio por unos años y vamos a concentrarnos en nuestros cielos, tan bien guardados por nuestros aviadores militares. Lo del Espacio, mientras tanto, se lo dejamos a los americanos, que son nuestros aliados. Si Margarita Robles cree que pasará a la Historia Militar de España por semejante estupidez, le anticipo que no lo logrará.

Para mí, que ésta es una ocurrencia más para que no nos ocupemos y protestemos por lo importante, como el hundimiento y la destrucción de España por parte de un Gobierno traidor. España tiene un ejemplar Ejército del Aire. Lo del Espacio es una artimaña, una cursilería, una horterada más de quienes quieren que se nos caiga el cielo encima de nuestras cabezas. El cielo, el aire, no el espacio, que hay que ser más modestos.

Alfonso USSÍA
 

Franela blanca​

El que ha ganado Wimbledon se convierte en un tenista intocable, porque ha alcanzado la gloria completa
29/06/2022Actualizada 01:55
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Ignacio Peyró, excelente escritor liberal mal colocado –ahora escribe en el boletín oficial dirigido por la comisaria política Pepa Bueno–, publicó años atrás una formidable guía del Reino Unido, Pompa y Circunstancia, con un breve prólogo de Lord Tristan Garel-Jones, que resume en pocas líneas el espíritu británico. «El Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte es una auténtica mina de sorpresas para quienes quieran entender este extraño país que no tiene Constitución, cuyo Consejo de Ministros es, formalmente, una mera subcomisión del Consejo Privado de Su Majestad, y cuyo deporte nacional, elcricket, consiste en partidos que duran cinco días –con descansos para tomar el té–, y casi siempre acaban en empate». Hay pocos fallos, pero uno clamoroso. Se olvida de los caramelos de goma rebozados de azúcar, los Rowntree`Fruit Gums, que llevan más de un siglo invariablemente insuperables. Pero gracias a Peyró he sabido que en Wimbledon, con su obligada uniformidad de franela blanca, compitió el Rey Jorge VI, si bien no nos aporta el resultado de su partido, lo que da a entender que fue derrotado a las primeras de cambio, como a mí me sucedía año tras año, también trasladando mi agilidad felina bajo unos pantalones largos de franela blanca, en el Campeonato Social del Real Club de Tenis de San Sebastián, el Wimbledon –sobre tierra batida–, guipuzcoano, en el que jamás conseguí superar la primera ronda. Ni en individuales ni en dobles ni en mixtos. Mi compañera de mixtos fue Esperanza Aguirre y fuimos derrotados por la pareja compuesta por don Asís Alonso, que había superado los 70 años, y la condesa de Gomar, octogenaria, muy severa consigo misma cuando cometía doble falta en su saque, que desahogaba con un ¡mérde! perfeccionado en Biarritz.
Wimbledon es la cumbre de la tradición del tenis. El más antiguo Grand Slam y el único que ha vencido a la dictadura de las marcas deportivas. Es obligatorio jugar de blanco, y su público, el más entendido y educado del mundo. Tengo escrito que en los asientos a la izquierda del Palco Real y de Autoridades de la Pista Central se reservan todos los años una veintena de sitios para socios fallecidos del All England Tennis & Croquet Club, a los que se les permite resucitar durante la celebración del campeonato y que conforman el grupo más entusiasta y aplaudidor del impresionante escenario. Entre partido y partido, se consumen toneladas de fresas con nata y, como escribe Peyró, se beben hectolitros de Pimm´s.
Wimbledon tiene otra característica única. La entrega de los trofeos –una gran copa de vermeill para los hombres y un plato de plata para las mujeres–, por parte del duque de Kent, su única obligación institucional en el año. Su Alteza sale a la cancha y pasa revista a los recoge pelotas, se detiene para comentar algo jocoso ante un negrito, un pelirrojo pecoso y una niña, entrega el trofeo, y de vuelta a su casa le comenta en el coche a su secretario, Sir James Stevenson-Parva: «James, llame a Callaghan y que me tenga preparado un baño muy caliente. Lo de este año ha resultado agotador».
Me enamoré del Torneo de Wimbledon cuando, en retransmisión en blanco y negro, lo ganó por primera vez un español. Manolo Santana, el gran madrileño. Lo hizo con el escudo del Real Madrid sobre su tetilla izquierda. Y derrotó en tres sets a un gran tenista, el norteamericano Dennis Ralston. Quien contemple hoy en día esas imágenes, se sorprenderá al ver que no existían los asientos para que descansen los jugadores cuando cambian de pista. Se agarraban para descansar a la silla del árbitro, y así aguantaban aunque el partido se prolongara hasta el quinto set. Otros tres españoles han cumplido la proeza del triunfo individual. Rafael Nadal en dos ocasiones después de perder dos finales contra Federer. Y le ganó a la tercera. Repitió triunfo contra Berdych. Conchita Martínez fue la primera vencedora en el torneo femenino, sacando de la pista a la casi invencible Navratilova, y Garbiñe Muguruza le dio una paliza a Venus Williams, un año después de ganarle el Rolland Garros a su hermana Serena, el tanque del Bronx. El que ha ganado Wimbledon se convierte en un tenista intocable, porque ha alcanzado la gloria completa.
Wimbledon siempre simultanea el sol con la lluvia, y el verde de su césped en los primeros días es asombroso. Sólo superado por el de las Universidades de Oxford y Cambridge. El millonario americano Rockefeller, amante de los jardines, quedó impresionado por el césped de Cambridge. Y le preguntó a un jardinero que lo estaba regando por el secreto de su perfección. «Muy sencillo, señor. Se riega, se corta, se riega, se corta y así durante 500 años».
Hemos llegado a Wimbledon con muy buenos representantes españoles. Uniformidad blanca para todos, fresas con nata, Pimm´s, corrección, entendimiento, belleza, muertos resucitados entre el público y el duque de Kent. Quince días para disfrutar del prodigio de la tradición y el buen gusto. Cumplidas las dos finales, Su Alteza, agotado por su deber institucional, le comentará en el coche a su secretario Sir James Stevenson-Parva: «James, llama a Callaghan, que me prepare un baño muy caliente, que lo de este año ha sido demasiado».
Wimbledon.

Más de Alfonso Ussía​

 

DEGENERACIÓN ABSOLUTA​

Se alcanza cuando una sociedad no reacciona ante la degeneración paulatina. Está sucediendo en España.
julio 1, 2022
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La degeneración absoluta, como todo lo absoluto, es muy difícil de conseguir. Se alcanza cuando una sociedad no reacciona ante la degeneración paulatina. Está sucediendo en España. Un grupo de perroflautas que cada día que pasa representan a menos perroflautas –unos se han ido con el perro y otros con las flautas-, se ha empeñado en degenerar todo. El lenguaje, la moral, la costumbre, la armonía, la buena educación, el s*x*, y la política.

El perroflauta boquita de piñón, estafador de becas universitarias, ha lanzado una nueva idea. Que la Selección Española de fútbol compita en el próximo Mundial de Qatar con la camiseta arcoíris del movimiento gay. Empiezo a creer que su único cometido en la política representativa es ése. Soltar majaderías y gilipolleces para ver si cuelan. Lo primero que hay que recordarle a Íñigo Errejón es que a los homosexuales no se les trata excesivamente bien en las naciones árabes. En algunas de ellas, sólo por serlo o parecerlo, se les cuelga de las grúas. Me gustaría ver a Íñigo Errejón por las calles de Qatar, Dubai, Arabia Saudita, Yemen, o Kuwait con la camiseta arcoíris de los gays. Y lo mismo en naciones no árabes, pero sí comunistas, como Cuba o Corea del Norte. En Cuba los homosexuales no tienen el futuro asegurado. Empezó con la mala costumbre de descerrajarles un disparo en la sien el Che Guevara, y no han perdido la afición. Ahora se hace con más prudencia, en las mazmorras de las cárceles cubanas, o como hizo otro tirano, esta vez de derechas, Leónidas Trujillo, despeñándolos por los farallones y acantilados de la costa para alimentar tiburones. Todo es postureo, pero si la gente normal, que es abrumadoramente mayoritaria, acepta como un mal menor la sordidez del postureo infeccioso, termina por llegar la infección sin voluntad de marcharse.

Esta ridícula, grosera y majadera propuesta de Errejón da una idea de lo que ellos, los perroflautas, consideran a la representatividad soberana del pueblo español. Prefiere que una Selección Nacional represente a quince amigos que se suben a las carrozas –amigos, amigas y amigues-, que a los millones de españoles para los que la sexualidad no es un problema devorador, sino una circunstancia normal. Y que, para colmo, son aficionados al fútbol.

Este chico está un poco más allá que el resto de los humanos. Y ese más allá le acerca a la imposición definitiva de la degeneración de una sociedad que parece tomárselo a broma.

Yo no me lo tomo a broma. Los rebaños no son inmunes a la paulatina imposición de lo inaudito. O Errejón es un majadero de órdago, amén de otras cosas, o cree que los majaderos somos el resto de los españoles. Y cuidadito. La cobardía y el temor por defender la propia verdad, la verdad de cada uno, llevan al rebaño al precipicio.

Alfonso USSÍA
 

Ensaladilla rusa​

No hemos conseguido que la OTAN se comprometa a defender las más complicadas y conflictivas fronteras de Europa en el sur. Las de Ceuta y Melilla
01/07/2022Actualizada 02:04
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Monumental chorrada. Me han avisado algunos amigos, excesivamente ortodoxos, de una anomalía protocolaria en el menú de la cena de la OTAN celebrada en el recinto ferial de Madrid. De primer plato, «ensaladilla rusa». ¿Pasa algo? Ofrecer una ensaladilla rusa de primer plato no significa situarse contra la OTAN y Ucrania y apoyar a Putin. Significa, exclusivamente, ofrecer ensaladilla rusa. En los años sesenta del pasado siglo, los mediopensionistas del Colegio de Nuestra Señora del Pilar comían todos los miércoles de primer plato ensaladilla rusa. Se le llamaba «Ensaladilla Nacional», pero todos los alumnos sabían que aquello que masticaban, mejor o peor condimentado, era ensaladilla rusa. Y no por ello eran partidarios de Nikita Kruschev. Y ya lo he escrito anteriormente. La montaña rusa del Parque de Atracciones del Monte Igueldo, en San Sebastián, pasó a denominarse «Montaña Suiza», pero casi nadie se refería a la atracción estelar así. Nos subíamos a la montaña rusa, lo pasábamos de cine mudo, y al finalizar el recorrido, nadie nos amonestaba y menos aún nos detenía por habernos divertido en la montaña rusa. El único componente de mi pandilla juvenil que se refería a la montaña rusa como montaña suiza, Lorencito Zubimendi Duperieur –su madre era francesa–, a punto estuvo de ahogarse en las rocas del malecón de Igueldo cuando pescaba cangrejos y quisquillas. Se afanó tanto en su tarea que no se apercibió de la subida de la marea, marea viva septembrina, y cuando se dio cuenta de su desagradable situación tuvo que ser rescatado por los usuarios de un bote, que lo llevaron hasta la playa, y se quedaron con las quisquillas y los cangrejos.
En San Sebastián, ya en la democracia, se celebró un concurso de pinchos de tortilla de patatas en la Parte Vieja. Pero a los organizadores se les antojó que la denominación de «tortilla de patata» no establecía la distancia adecuada entre lo español y lo vasco. Lo de tortilla española no era admisible, pero buscaron una fórmula nueva para evitar la mención a la patata, y el concurso se denominó «de pinchos de tortilla estatal». Y todos los años, las participaciones de la Lotería de Navidad que se reparten en Cataluña responden al sorteo que se celebrará «en el país vecino» el 22 de diciembre. En un viaje a Barcelona adquirí una participación convencido de que trataba de la Lotería de Andorra, el país vecino en el que los Pujol guardaban la mayor parte de la fortuna que trincaron o aumentaron con los porcentajes que voluntariamente les ingresaban los miembros más distinguidos de la alta burguesía de Barcelona.
Lo importante de la cumbre de la OTAN en Madrid ha sido el relanzamiento de la OTAN y la futura incorporación de Suecia y Finlandia.
Lo importante, para nuestras Fuerzas Armadas, ha sido el compromiso formal de un Gobierno, el de España, de aumentar el presupuesto de Defensa, y pasar de 12.000 millones de euros a 20.000. Importante, también para España, ante el pasmo de los socios comunistas, bilduetarras y separatistas de Sánchez, la presencia de seis destructores de los Estados Unidos en la base de Rota. Importante, pero no definido ni firmado sobre papel alguno, la ayuda militar a Ucrania para defender a su país y a los ucranianos de los brutales invasores rusos, tan amados por nuestro trío de nenas, Yolanda, Ione e Irene. Y lo importante, para nuestra desgracia, que no hemos conseguido que la OTAN se comprometa a defender las más complicadas y conflictivas fronteras de Europa en el sur. Las de Ceuta y Melilla.
Importante también la buena organización y el ridículo de los antisistema casposos.
Lo del escándalo por la ensaladilla rusa no creo que pueda superar el concepto elemental de mamarrachada.
Y además, creo que estaba buenísima y en su punto.

Más de Alfonso Ussía​

 

Cuatro pijas transoceánicas​

Irene Montero no organiza mal los viajes. No le gusta viajar sola, de ahí que siempre se deje acompañar por sus gorronas favoritas. Y en Washington se han reunido con un personaje fundamental en la política estadounidense, el Pentágono, el Congreso, el Senado y la Reserva Federal
02/07/2022Actualizada 02:13
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No tenían nada que hacer y decidieron usar el avión transoceánico oficial para volar hasta Washington. El objetivo en la capital de los Estados Unidos, regañar con su contundencia característica al Tribunal Supremo norteamericano que, sin consultarlas, ha abierto la posibilidad de que sean los Estados los encargados y competentes en legislar sobre el aborto. Y hasta Washington han volado nuestras cuatro pijas, en avión oficial, con los hoteles pagados y dos reuniones de chichinabo como excusa del abuso del dinero público. Al mando de la buscavidas que va por la vida de revolucionaria, Irene Montero, han viajado sus íntimas, entre ellas Isa Serra, la condenada por agresión a la policía, que al decir de Joan Collins sobre Elisabeth Taylor, parece que va vestida por el diseñador de vaqueros de Orson Welles. Ignoro a qué se dedicará la Montero cuando se vea obligada a dejar su carguito de ministra por cuota de lecho, pero la gente –cada día que pasa con más frecuencia–, se pregunta en qué empleará su polifacética incapacidad intelectual. Eso sí, hay que reconocer que en las ruedas de prensa posteriores a los Consejos de Ministros, responde a los periodistas todas las preguntas siempre que se lo autorice la «seño», que últimamente no se lo autoriza. Para mí, y lo escribo con tanta sinceridad como prudencia, Irene Montero tiene un gran defecto y una poderosa virtud. El defecto, que carece de importancia en la política española, es que parece mema de nacimiento y ha desarrollado considerablemente sus dones naturales. La virtud, inmersa en el arte. Que tiene la boca tan grande que, de proponérselo, podría cantar dúos. El agobiante problema que angustia a tan ejemplar mujer no es de sencilla solución. Su problema es reconciliar su extremo comunismo con sus ingresos netos, pero es problema íntimo, particular, y se me antojaría una impertinencia por mi parte recomendarle la solución, que no es difícil. Que renuncie al comunismo o a sus ingresos netos, su chalé, sus niñeras, sus asesoras, sus guardaespaldas y sus viajes en avión a costa de los contribuyentes.
Otra cosa es que además, sea una pesada, un tostón. Cuando abre la boca –no para cantar, sino para hablar, siempre que se lo permita la «seño»–, se convierte en la mejor alternativa del Valium en los ámbitos de la farmacopea. Pero no organiza mal los viajes. No le gusta viajar sola, de ahí que siempre se deje acompañar por sus gorronas favoritas. Y en Washington se han reunido con un personaje fundamental en la política estadounidense, el Pentágono, el Congreso, el Senado y la Reserva Federal. Nada menos que con Chiraag Bains, asesor presidencial, que las recibió en su oficina sita en la zona oeste de la Casa Blanca, que es una zona que todavía no ha visitado el presidente Biden. Chiraag Bains estuvo encantador y se ofreció, sin reservas, a colaborar en la creación de la Alianza Feminista Trasatlántica, una Alianza de las de aúpa. Ya en la Embajada de España, la Montero insistió en que es necesario para los gobiernos proteger los derechos de los «niños, niñas y niñes». Fue cuando un diplomático –que ya habrá sido despedido–, le preguntó si era asturiana, por lo de los «niñes». A la ministra del derroche no le gustó la expresión de cachondeo del funcionario español.
Y ya están de vuelta.

Más de Alfonso Ussía​

 

San Mamés​

Como bien nos recuerda el padre Legorburu, San Mamés fue un gran santo «euskaldún». Después de una existencia sujeta a detenciones, interrogatorios –de la Guardia Civil y la Policía franquista, claro está–, y demás castigos, muere sin saber que era vasco
03/07/2022Actualizada 01:05
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En una gran caja encuadernada con la llamada Folletos y Tebeos he encontrado un documento que me ha alegrado la mañana. Se juntan en su interior tebeos originales del Oeste de mi niñez, de Roy Rogers, Gene Autry, Rex Allen, El Llanero Solitario y Hopalong Cassidy –nada que ver con la fabulosa colección del gran señor y mejor Alcalde de La Coruña, Paco Vázquez–, y algunos recortes, esquelas curiosas, folletos y otros caprichos. Y entre ellos me he topado con un pequeño folleto editado en Buenos Aires en 1949 que se ocupa de los santos vascos y firma el Rvdo. Padre don Antero de Legorburu, que se ocupa de sus cuatro santos vascos predilectos, a saber, Iñigo de Loyola, Valentín de Berriochoa, Miguel de Garicoitz, y San Mamés, un guipuzcoano, y tres vizcaínos. Iñigo o Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, Soldado de Castilla, nació en el valle de Loyola, entre Azpeitia y Azcoitia. Valentín de Berriochoa, en Elorrio, Miguel de Garicoitz, elevado a los altares durante el Pontificado de Pío XII, también en Vizcaya, y San Mamés, como es lógico, en las inmediaciones del estadio del Athletic Club de Bilbao. El gran problema de éste último, es que siendo vasco ignoraba que lo era, lo que aumenta el resplandor de su santidad.
El padre Legorburu no se extiende en demasía en la biografía y los méritos de San Mamés, quizá por falta de información. No obstante, servidor se ha permitido la osadía de consultar en el libro Diccionario de los Nombres de Persona (Editorial De Vecchi, Barcelona 1988) y he conseguido reunir los datos suficientes para demostrar que San Mamés fue, en efecto, como bien nos recuerda el padre Legorburu desde Buenos Aires, un gran santo «euskaldún».
¿En qué barrio de Bilbao nació San Mamés? ¿Había sido fundada la capital vizcaína por don Diego López de Haro, alférez de Fernando IV de Castilla, fallecido en Algeciras en enero de 1310? La respuesta es negativa. San Mamés es anterior a la fundación por el noble castellano de la Villa de Bilbao. Muy anterior. San Mamés fue uno de los primeros vascos de la Historia de la humanidad, casi contemporáneo de Iñaqui Anasagasti, que nació en Caracas cuando aún no había sido descubierta América por los españoles. Caracas, Venezuela, la «pequeña Venecia».
Porque San Mamés, cuya onomástica se celebra el 17 de agosto (Semana Grande, Fiestas de Bilbao) nació prematuramente en Cesárea de Capadocia, Asia Menor, mientras eran martirizados sus padres, Santa Rufina y San Teodoto. Parto terrible. Y después de una existencia sujeta continuamente a detenciones, interrogatorios –de la Guardia Civil y la Policía franquista, claro está–, y demás castigos, termina su vida en el año 253 de la era cristiana, en la arena del anfiteatro de Cesárea, a manos de un gladiador. Y muere, y éste desenlace se me antoja dramático, sin saber que era vasco, a pesar de haber nacido en el Asia Menor.
A su fallecimiento a manos del gladiador de Vox, mereció los elogios de San Gregorio Nacianceno y de San Basilio, por su estoica actitud durante el martirio.
Entre la Guardia Civil, la Policía franquista y el gladiador de Vox no le dieron tiempo para cumplir con su máxima ilusión. Aprender a hablar y escribir en vascuence.
Un gran santo vizcaíno.

Más de Alfonso Ussía​

 

Agotamiento​

He sabido que la próxima reunión de las pijas se va a celebrar en el mes de septiembre en las islas Seychelles, pero de cuatro gorronas pasaremos a seis
04/07/2022Actualizada 01:40
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Me confirman que las cuatro pijas transoceánicas han llegado a Madrid agotadas. Dos reuniones, una merienda, y dos tardes dedicadas a las compras neoyorquinas. Lo decía Imelda Marcos, la sencilla esposa del Austero presidente de Filipinas, que en paz descanse. Que en paz descansen los dos, porque doña Imelda también falleció: «Lo más cansado de los viajes oficiales a los Estados Unidos son las compras en Nueva York». Lo cierto es que España necesita, para lavar su imagen internacional, este tipo de desplazamientos. He sabido que la próxima reunión de las pijas se va a celebrar en el mes de septiembre en las islas Seychelles. Isabel Serra no tendrá que falsificar papel alguno, porque en las paradisíacas islas no exigen para su admisión el certificado de Penales. Pero de cuatro gorronas pasaremos a seis. Irene quiere dar un golpe sensacional de impacto internacional, y ha decidido invitar a la reunión bilateral de Seychelles a dos mujeres que gozan en las verdes ínsulas de gran popularidad. Rociito y Anabel Alonso. Su estrategia es genial. «Las mandamos a la playa y así los periodistas se ocupan de ellas y podemos alcanzar acuerdos con las lesbianas y gays de Seychelles, que han sido abandonados por los movimientos progresistas internacionales». El abandono que padecen los gays y las lesbianas de Seychelles me preocupan desde años atrás. Conocí a la presidente de LOS –Lesbianas olvidadas de Seychelles–, una mujer fuerte y encantadora. Tomaba unos huevos fritos con morcilla en el Landa de Burgos, camino de Pancorbo. Me reconoció, se acercó hasta mi mesa y se presentó: «–Señor Ussía, le ruego nos ayude. Soy Omelettona Haifú, presidente de la Asociación de Lesbianas Olvidadas de las Islas Seychelles.
Me dirijo a Pancorbo, donde tiene una casa preciosa, en pleno desfiladero, mi mujer, Lorenza de Fontibrosa, alias 'La Muslos'. Irene Montero no nos recibe, porque no puede ocuparse de tanta gente, y sería para nosotros fundamental que, sabiendo de su amistad con la ministra de Igualdad, pudiéramos mantener una charla con ella». Hice lo que pude, y según parece, Irene se comprometió a viajar a Seychelles en septiembre con sus tres gorronas preferidas y dos personalidades de impacto interplanetario.
La señora Omelettona Haifú les manda el avión, lo cual es un detalle. Y de la cumbre lésbica hispano-seychelliana, se esperan grandes acuerdos y fundamentales avances. Claro, que Irene ha puesto alguna condición. En los colegios de las Islas Seychelles, los niños y las niñas no aprenden a hacerse pajitas, como en España a partir del próximo curso. Y Omelettona, que es prima del presidente del Gobierno seychelliano ya ha conseguido que se apruebe la cosa. Ione Belarra está trajinando por detrás para sumarse al viaje, pero su carácter y el de Isa Serra, chocan. Isa es sonriente, divertida, aguda y muy de cuando en cuando, violenta. Y Ione –pronúnciese Yone–, no tiene sentido del humor, no capta las ironías tronchantes de Isa, y abomina de la violencia. De ahí sus simpatías por Bildu, un partido pacifista y sereno, que jamás apoyó a las bandas terroristas. Pero a Ione –pronúnciese Yone–, las lesbianas de Seychelles le importan un bledo, y en ésas estamos.
No se trata de hacer cábalas y soñar con auroras boreales con el contenido de este texto. Se trata de una exclusiva mundial conseguida por casualidad en la cafetería del Landa de Burgos. Hay menos tiendas en Seychelles que en Nueva York, pero ellas, si se empeñan, van a encontrar lo que se les antoje. Les recomiendo la «boutique Le Grand Lapin».
Me consta que Irene está muy ilusionada, y puedo asegurar, sin temor a la equivocación, que Lilith Verstrynge no viajará con el grupo. Claro, que de aquí a septiembre, pueden cambiar muchas cosas. Eso sí, hay viaje, a pesar de la agenda agotadora. Y eso es lo importante.

Más de Alfonso Ussía​

 

AGARRARSE UNA PERRA​

Entre Cascajares y Oltra vuela en el espacio un enorme tramo de aire que separa la dignidad de la vulgaridad.
julio 5, 2022
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Se dan centenares de situaciones en las que despedirse de un cargo, público o privado, y deslizar una breve expresión compungida, cercana al medido golpe de sollozo, pueden admitirse.

Le faltaban cuatro meses al probo secretario adjunto a la dirección Florencio de Cascajares para lograr la ansiada jubilación. Había ingresado como botones de la poderosa entidad a los doce años, de ahí pasó a ordenanza, de ordenanza a chófer, de chófer a Vigilante del Garage, de ahí –después de un curso-, a encargado de la distribución de correo, y a punto de jubilarse fue llamado por el presidente del Banco. – Cascajares ha sido usted un empleado modélico. El Consejo y la Dirección, siguiendo mis instrucciones, le ofrecerán una cena de homenaje la noche de su jubilación. Se trata de una sorpresa, pero le adelanto Cascajares, que le impresionará la enorme bandeja de plata que hemos encargado para usted y su esposa y que le entregaremos en el referido acto. Su lealtad al Banco merece eso y mucho más. Por otra parte, sus compañeros de trabajo también le han preparado un obsequio de recuerdo. En cuatro meses, Cascajares-.

No pudo dormir a gusto en aquellos cuatro meses. La ilusión de su vida era poder lucir una gran bandeja de plata, de plata de verdad, dedicada por el presidente del Banco y firmada por los consejeros. Sin poder de reacción, dos días antes de la jubilación, el Emir de Kuwait celebraba su vigésima quinta boda, y el presidente del Banco tuvo que desplazarse al Emirato con algunos consejeros. El encargado de recoger la gran bandeja en la joyería no recordó el encargo, y a la cena del hotel en homenaje a Casajares acudió la mitad de los comensales previstos. Se le prometió la entrega de la gran bandeja por parte del presidente, para lo que ya sería avisado. Y sus compañeros de trabajo, después de 50 años de cumplimiento del deber y cotización a la seguridad Social le regalaron una estancia de siete días y siete noches – desayuno incluído- para él y su esposa en el Hotel “La Vía Veloz” de Puertollano, sito en los alrededores de la estación, con vistas maravillosas de las explotaciones de carbón a cielo abierto. De vuelta a Madrid, aguardó con impaciencia la llamada del presidente para entregarle la gran Bandeja de Plata. Al cabo de tres meses llamó, habían cambiado al presidente los fondos de inversiones que mandaban en el Banco, no quedó títere con cabeza del anterior equipo directivo, y cuando Cascajares se presentó en el Banco para pedir su bandeja de plata, le mandaron a un par de maromos que lo sacaron del banco mientras le golpeaban la chochola. Contando su historia a los amigos, se emocionó y lloró.

Pero no como ha llorado esa mujer tan ordinaria como Mónica Oltra, que ha vuelto a llorar cuando abandonó su cargo de vicepresidente de la Generalidad de Valencia por haber sido presuntamente trincada en casos escabrosos. Se vencía sobre el hombro de su sucesora, miraba al suelo, gimoteaba y daba pataditas. Entre Cascajares y Oltra vuela en el espacio un enorme tramo de aire que separa la dignidad de la vulgaridad. Ser despedido de la empresa por dos gorilas después de 50 años de pertenencia y cotización tiene un halo de incomprensión que le concede una altísima dignidad. Lo de la Oltra, fue lamentable. Cascajares, no obstante, sigue reclamando la gran bandeja, y el nuevo presidente le ha advertido que de personarse de nuevo en la empresa a la que dedicó su vida 50 años, le harán repetir estancia en Puertollano.

Esto se está poniendo feísimo.

Alfonso USSÍA
 

El tanque​

Un gran filósofo, extraordinario escritor y gran persona, Gabriel Albiac, se acaba de incorporar a El Debate. Y espero que pueda, con su sabiduría, explicarme lo que ha dicho Adri, la culta vicesecretaria general del PSOE
05/07/2022Actualizada 02:03
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En su lugar de nacimiento, un barrio de la muy elegante y exclusiva villa de Ribadesella, donde el río Sella se entrega al Cantábrico y aún se dibujan en la imaginación –como en Comillas– los preciosos y claudicantes versos del tostón de Jaime Gil de Biedma: «Yo nací, perdonadme, en la edad de la pérgola y el tenis», le dicen sus paisanos 'El Tanque'. Ya de niña y prematura mujer –se abotijó con apenas catorce años–, conseguía todo lo que su carácter caprichoso y mandón le ordenaba, y de ahí el apelativo. En aquella localidad asturiana se ponían de largo las hijas de los Argüelles, los Pidal, los Cañedo, los Cifuentes, los Loring Los padres de Adri sufrieron mucho con las diferencias sociales y físicas, y renunciaron a la puesta de largo de Adriana porque más que de largo, se hubiera tenido que conformar con ponerse de ancho, acontecimiento social que no se celebraba en aquellos tiempos, si bien en San Sebastián, la hija mayor de los condes –pontificios– de Rueda y de Sanz de la Garza se puso oficialmente de ancho en agosto de 1966, en memorable fiesta a la que acudieron casi mil invitados, setecientos de ellos sin invitación, y a pesar de lo cual sobraron langostas. La condesa se hizo famosa en San Sebastián aquel verano, por sus acertadas observaciones marineras. Los días soleados, embarcaba en su canoa «Silver 1» para bañarse al socaire de la isla de Santa Clara con una descomunal flota carmesí con delfines estampados que le confeccionaron a su medida en una sastrería de la avenida. El marinero Pruden Cortabitarte siempre solicitaba su permiso para arriar el ancla. «Señora condesa, ¿puedo arriar el ancla?»; y la condesa, con enorme finura, serenidad y conocimiento concedía la venia no sin advertir al marinero. «Sí, Cortabitarte, pero con anterioridaz cerciórese de que no hay buzos en el fondo».
Me refiero a tan memorable mujer por su dominio del lenguaje, que es la cualidad más agasajada de Adri por sus paisanos de la ribera del Sella. «Habla como les filósofes», dicen por allí. Y efectivamente. Un gran filósofo, extraordinario escritor y gran persona, Gabriel Albiac, se acaba de incorporar a El Debate. Y espero que pueda, con su sabiduría, explicarme lo que ha dicho Adri, la culta vicesecretaria general del PSOE, con la frase que transcribo textualmente. «La derecha sólo ganan (sic) si la ciudadanía desaparece y el PSOE reivindica una política en la que los poderosos sean más justos y los justos sean más poderosos». Después de analizarla no logro acercarme a la comprensión de su mensaje. «La derecha sólo ganan», se me antoja un inteligente juego de palabras donde la importancia del singular y el plural pasan a ocupar un lugar muy subalterno. Pero que también la derecha «ganen» cuando el PSOE reivindica una política en la que los poderosos sean más justos y los justos sean más poderosos es miga prohibida para mi pan. Soy, desde algunos años atrás, un seguidor de las palabras, los pensamientos, y los discursos del 'Tanque de Ribadesella', pero en la presente ocasión me ha vencido. O ha dicho todo o no ha dicho nada, y esa inseguridad –por mi parte–, me lacera el alma.
En ocasiones me ha costado entender a Ortega y a Zubiri. Incluso al padre Larramendi. Pero al final me llegó la luz. Con esta gran intelectual procedo a ondear la bandera blanca de la rendición. A esta mujer no le llego ni a los muslos.

Más de Alfonso Ussía​

 

Perdón por la insistencia​

Irene Montero, recelosa del sistema sanitario de Washington, decidió sobre la marcha viajar a Nueva York para tratar a su asesora con condena firme
06/07/2022Actualizada 01:45
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Por insistir, quizá en demasía, en informar a los lectores de El Debate de los pormenores del imprescindible viaje de las cuatro pijas gorronas y sus respectivos servicios de seguridad y asesoramiento a Washington y Nueva York. He sabido que el salto de la capital de los Estados Unidos a la capital del mundo no estaba previsto en la abultada agenda. Sucedió que en la célebre heladería Spums&Guido de Washington, Isa Serra consumió más helados de la cuenta y desarrolló en su maquinaria intestinal un escenario de correntías preocupantes. La correntía no es otra cosa que una colitis impetuosa y persistente. Irene Montero, recelosa del sistema sanitario de Washington, decidió sobre la marcha viajar a Nueva York para tratar a su asesora con condena firme. Y culminadas las rápidas gestiones, en el Falcon, volaron a Nueva York, ciudad en la que sí hay hospitales capaces de diagnosticar lo que aparentemente era una colitis, pero podía tratarse de otro cuadro intestinal de mayor gravedad. Fue tratada en Nueva York por el conocido catedrático de aparato digestivo, Doctor Piero W. Jason, que dio con la tecla. «Que ingiera inmediatamente dos cápsulas de Fortasec». Y se le cortó la correntía.
Como no había agenda para Nueva York, las cuatro gorronas se dedicaron a hacerse fotos en la ciudad de los rascacielos, en Time Square, en la Quinta Avenida, en Central Park y en la Estatua de la Libertad. Me cuentan mis informadores – dos asesoras y tres escoltas–, que Irene Montero, con gesto de honda preocupación, se interesaba con machacona frecuencia por el estado de Isa. «¿Todo bien, Isa?»; «Sí, Irene, han menguado mucho los retortijones, tía, qué mal lo he pasado en Washington tía, si no es por ti me evaporo, y lo del doctor Jason es milagroso, tía. Tenemos que recomendar a la ministra de Sanidad lo del Fortasec, tía, qué maravilla, dos capsulitas, y como nueva». Y se fundieron las cuatro en un apretado abrazo, emocionadas, aunque la rubia más gorda, cansadísima por el ajetreo, sólo pensaba en volver al Waldorf Astoria, pedir un Martini, y descansar. La otra rubia, la flaca, que es un sol, no puso objeción alguna a la gordita, y en la «limusina» alquilada retornaron al hotel. Sin equivocarse con la «limusina». Hace años, una mujer, amada y amante de un multimillonario español contaba enEmbassya sus amigas lo generoso que era su amor mientras merendaban en el mítico local madrileño: «Lo de Alfonso es increíble –y no se refería a mí–. Cuando llegué a Nueva York, me esperaba en el aeropuerto Kennedy una «muselina» Cadillac con un chófer que hablaba español, porque como ya sabéis, con el inglés no me termino de arreglar».
En el hotel dejaron a Isa y a la Pim Pam Pum –juego de palabras muy ingenioso de Irene– y la ministra y la rubita flaca se dieron una vuelta para ver si coincidían con alguna tienda interesante. Irene quería llevar algún regalo a los niños. Ignoro si los encontró y compró o si los niños se quedaron sin regalo. No me gusta entrometerme en detalles que corresponden exclusivamente a otra familia. De lo que no hay duda, es que no les compró nada a los 24 guardias civiles y policías nacionales que Marlaska mantiene en los alrededores de su chalé para que ella pueda dormir a gusto. Y claro, ¿de qué se habló en el vuelo de vuelta de Nueva York a Torrejón? En el gran hallazgo de la medicina norteamericana y en la urgencia de incorporar el Fortasec al sistema público sanitario español.
«¿Sigues bien, Isa?», preguntó sobrevolando el océano. «Sí, Irene, tía, ni un retortijón ni un dolor ni un malestar. En el próximo Consejo de Ministros tienes que conseguir que en España se venda Fortasec en las farmacias y se aplique gratuitamente en la Sanidad Pública». «Para que luego digan que viajamos de gorra y para nada». «Gentuza fascista».
Hasta el momento, no he logrado averiguar más. Pero me gusta escribir que el viaje fue muy positivo para España. Creo que ya se vende en las farmacias Fortasec. Dicho y hecho.

Más de Alfonso Ussía​

 

150.000 euros​

La ley del Gobierno de coalición apoyada por sus socios separatistas y de Bildu castiga con 150.000 euros los elogios a los logros y aciertos del régimen que nació de la Guerra Civil
07/07/2022Actualizada 01:45
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La ley del PSOE, Podemos, Izquierda Unida, el separatismo catalán y la herencia del terrorismo vasco, castiga con 150.000 euros los elogios a los logros y aciertos –que los hubo– del régimen que nació de la Guerra Civil. Jamás me habría planteado, hace años, jugarme lo poco que tengo por el afán de hacer justicia a un régimen que tuvo todas mis antipatías. Pero lo antipático también merece la atención del equilibrio. Ignoro si la ley proetarra de Sánchez –que estará en vigencia lo que dure Sánchez en la presidencia–, tiene ya carácter y competencias sancionadoras, pero aún sí, me la juego.
El General Franco, que según los comunistas y socialistas, era tonto, torpe, mal estratega, y mal general, ganó la Guerra Civil, con una capacidad militar muy inferior a la del Ejército Republicano, que a su vez fue derrotado a pesar de combatir bajo el mando de generales muy inteligentes, astutos, y grandes estrategas. 150.000 euros de multa.
El régimen franquista se encontró con una nación devastada, una economía destrozada, una población hambrienta y un futuro sin esperanza.
Veinticinco años más tarde, España era la novena potencia económica del mundo. 150.000 euros de multa.
En España apenas se pagaban impuestos. Y se construyeron muchos centenares de miles viviendas sociales, se construyeron todos los pantanos que hoy en día están en funcionamiento, carreteras, la red ferroviaria, y la explotación del turismo como fundamental ingreso de divisas. 150.000 euros de multa.
El General Franco instituyó las pagas extraordinarias de Navidad y del 18 de julio, a las que no renunciaron ninguno de los trabajadores socialistas, comunistas, y adversos al Régimen. Tampoco renunciamos los monárquicos, liberales, socialdemócratas y demócratas cristianos. 150.000 euros de multa.
Es rotundamente falso que se persiguieran los idiomas provinciales, hoy autonómicos. En las provincias vascas, las sociedades rurales, pescadoras y marineras, y en muchas localidades del interior se hablaban con plena libertad los dialectos vascos. Y en Cataluña no se hablaba el catalán en las clases dirigentes y en la alta y media burguesía barcelonesa porque se consideraba al catalán un idioma de paletos. 150.000 euros de multa.
En España no se robaba. Y el que metía mano en la caja pública, era inmediatamente cesado, como sucedió con varios ministros. Los gastos generales de personal del Estado eran ridículos. Se crearon decenas de miles de empresas y las compañías multinacionales se establecieron en España con plenas garantías. 150.000 euros de multa.
Cuando falleció el General Franco dejó una España políticamente enfrentada y económicamente pujante. Esa fortaleza económica facilitó el valioso milagro de la Transición. 150.000 euros de multa.
El franquismo fue una dictadura que terminó en dictablanda. De haber vencido el Ejército Rojo, España se habría sumado a las dictaduras comunistas. 150.000 euros de multa.
Por mucho que moleste a las izquierdas, Franco fue un militar monárquico –a su manera–, y muy escorado a las izquierdas en su política social. 150.000 de multa.
En política exterior, Franco contó con la callada ayuda de Churchill, Adenauer y De Gaulle. Se establecieron en España –Eisenhower–, las bases militares conjuntas hispanoamericanas, y España formó parte fundamental del bloque occidental. Se opuso a Hitler y se negó a participar en la Segunda Guerra Mundial. Las embajadas y consulados de España en las naciones ocupadas por el nazismo, salvaron a más de un 500.000 judíos. 150.000 euros de multa.
Y Franco era del «Barça». 150.00 euros de multa.
En total, 1.650.000 euros de multa.
Que los pague Bildu.

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