Es que eso de que dejó a su marido para hacer de dama de compañía de la de Alba no es cierto en absoluto. Esta estaba más tirada que una colilla, ya separada y habiendo dado mucho que hablar y se arrimó a la de Alba, que como era bastante mema y muy susceptible al peloteo y a las supuestas entregas totales, la metió en su círculo sevillano, que tampoco era de top class. Las tertulias eran los Vittorio y Lucchino, Telmo el de la tienda de la calle Regina, dos hermanas muy rancias, las Cobo, algún periodista pelotillero y así unos pocos mas. Ahí la Tello fue progresando en el ranking y acabó de mejor amiga y confidente. A cambio tenía que estar de guardia y disponible 7/24 para lo que se le ocurriera a la duquesa en las temporadas que pasaba en Sevilla .