Puede haber una conjunción de todo: Alguien sabe algo, porque lo ha visto, porque estaba al lado, porque conoce el móvil, lleva la operativa práctica y recibe algún beneficio. Alguien con ascendiente le pregunta, o bien sabe directamente, que su mujer conoce el asunto, porque el coche se paga con ese dinero, en parte. A partir de ahí, ese alguien sabe que tiene que conseguir que la mujer también acuda al cortijo, porque en otro caso podría revelar un móvil y ponerle nombre, apellidos y perpetradores.Es que pudiera ser que González fuera a buscar a su mujer engañado y que a su vez Asunción accediera a ir engañada por González. Dos engaños distintos, vaya.
Lo que pasa es que esto no me cuadra con la importancia que quienes de verdad saben del caso le conceden al silencio de la madre de González sobre la conversación entre su hijo y su nuera.
Lo que se habló, desde luego, da la impresión de haber sido en cualquier caso improvisado, porque ella interrumpe su comida y tiene la pretensión de que va a volver en un plazo razonable a terminarla. No cuadra mucho con acudir a hacer compañía durante mucho tiempo a alguien a las 16 de la tarde, o algo que estuviera mínimamente previsto. Yo también creo que hubo un doble engaño ahí.
En cuanto a su madre, encuentro que el silencio es casi más elocuente que las palabras. Al contrario de lo que afirma el Sr. Torres, ex juez de paz, no creo que se hubiera conseguido jamás que contara algo, independientemente de que el juez Asensio se precipitara al contarle las conclusiones derivadas de las autopsias de Frontela. Es más, me consta que el juez le dijo de hecho que "la constatación de que su hijo fue víctima no excluye su posible participación en otra calidad". La mujer, por supuesto, ni consideró esto último, y se quedó con la parte que le interesaba. Pero vamos, que durante el periodo en que su hijo fue, de forma bastante inverosímil, el único sospechoso, no dijo ni pío, señal inequívoca de que la famosa conversación, si ella la conocía, no debía de constituir ningún mitigante.