Hola, primas. De nuevo por aquí, Parece que el destino quiere que presencie estas situaciones... He vuelto a presenciar algo realmente desagradable y necesito desahogarme.
Estaba cerca de un garaje, solo con la puerta peatonal abierta, cuando escuché un golpe y luego gritos de un adulto y un bebé llorando. Me saltaron las alarmas, así que me acerqué un poco y me quedé esperando a que salieran a la calle. Vi al padre gritarle a su bebé, que no tendría más de 18 meses, llamándolo "tonto de los huevos" varias veces y de una manera muy desagradable. Todo porque el niño se había mojado el pantalón. El hombre no paraba de insultarlo, diciéndole cosas como "ahora que se joda el tonto de los huevos, que eres tonto, joder". Luego le pegó en la chaqueta varias veces, y el niño lloraba más y más.
La hermana mayor, que parecía estar intentando ayudar, estaba ahí callada, sin saber qué hacer, con cara de terror y miedo a decir algo. Yo me quedé de pie, a unos cinco metros, observando. No me escondí, porque quería que el padre viera que estaba allí y que no estaba pasando por alto lo que estaba sucediendo. Estoy segura de que si yo no me hubiera quedado ahí, todo habría sido mucho peor y le habría pegado más fuerte. Permanecer ahí de pie fue mi forma indirecta de defender a ese pobre bebé.
En un momento dado, la niña se dio cuenta de que yo estaba mirando, y me miró a mí, asustada. Yo la miré muy seria y negué con la cabeza varias veces, queriendo hacerle entender que eso estaba muy mal, que no era normal, porque de alguna manera quería que supiera que lo que estaba viviendo no debía ser normalizado. En un principio, el padre siguió gritando, pero luego bajó un poco el tono, aunque seguía insultando al niño. Me quedé esperando por si la cosa iba a más y tenía que llamar a la policía, hasta que vi que se metieron a un portal. De camino a ese portal, estaban de espaldas a mí y la niña seguía girándose para mirarme.
Después de perderles de vista, me sentí tan mal que tuve que apartarme y sentarme un rato en un banco. Estaba super nerviosa y ansiosa, con unas ganas de llorar increíbles. No paraba de pensar en lo que esos niños deben estar viviendo en casa si son capaces de maltratarles así en la calle. Me dio tanta rabia el desprecio con el que le hablaba al bebé que, sinceramente, me dieron ganas de pegarle un puñetazo al padre.
Me queda muy mal cuerpo y no dejo de pensar en lo que vi. Me pregunto cuántas situaciones como esa, o incluso peores, existirán a nuestro alrededor y muchas veces ni las vemos. Es difícil convivir con esta realidad, sabiendo que está pasando. Espero que algún día pueda actuar de alguna manera, pero sin conocer la identidad de estas personas poco puedo hacer. Lo único que se me ha ocurrido es pasar por ahí más veces, sobre esa hora, para ver si vuelvo a encontrarme alguna situación similar, aunque me queda bastante lejos.
Lo dicho, solo pretendía desahogarme. Gracias por leerme♥