Beltane, aparte de carcajearme con tu post.
Yo siempre pensé que las bebidas más rudas eran el aguardiente, y en plan más cutre, el anís.
El aguardiente lo bebían las abuelas de mi pueblo y antes de irse al campo a currar como campeonas, la ginebra sin mariconadas era cosa de muy machotes, tíos curtidos por la vida que se levantaban a las cinco para irse a trabajar y en ocasiones les conocían por su nombre en algunos locales con muchas luces en mitad de la carretera, hombres que habían hecho la mili durante más de 9 meses y esas cosas. Hombre que bebía ginebra cuando yo era pequeña: tío con un pasado, curtido, camionero-albañil-hostelero-mecánico-hombre de a pie de la vida con vida a sus espaldas, se llamaba Paco/Manolo/Antonio y tenía pueblo, con callos en las manos de currar, un tío que se hacía respetar, podría ser amigo de tu padre o de tu abuelo.
Hombre que bebe ginebra hoy: gilipollas, mariquita, niñato, hipster o moderno de hostia con la mano abierta, tiene redes sociales, se llama Christian/Álvaro/Iker, tiene estudios universitarios, se mete en Twitter, se hace selfies, lo peor es que en su Twitter dice frases que se leen en tazas, se deja la barba como un leñador pero ya quisiera tener el cuerpo y hombría de un leñador. Sale a correr y no fuma, NO FUMA. Se asustaría del hombre anterior, que impone respeto porque bebía ginebra antes de que fuera moda cuando era la bebida de los puteros.
En la versión femenina estaban las petardas del Malibú con piña. Estas necesitan otro post. Son las que ahora se hacen selfies preñadas y desnudas, hacen baby showers y cup cakes.
Mira si era fuerte Alley que los mostradores los limpiaban con ginebra
Un familiar mío trabaja en hostelería y ya te digo yo que sí que limpia la barra del bar con la Gordons, dicho por él mismo, un gran hater de los subnormales de la ginebra.