- Registrado
- 13 Dic 2007
- Mensajes
- 14.028
- Calificaciones
- 83.077
Uuffff hay gente que tiene un problema con eso de irse por las ramas y ponerse a intentar recordar detalles irrelevantes cuando cuentan algo. Creo que hasta tiene un nombre en psicología.
Tenía un compañero de trabajo que era brutal, empezaba a contarte una anécdota que tampoco es que fuera muy interesante, yo que se que le habian subido el seguro del coche porque se había dado un piño poco antes de renovarlo. Y empezaba " bueno es que era miércoles, no jueves porque recuerdo que Vero (su novia) llevaba el vestido azul, ah no miércoles si porque estaba enfadada porque no quise ir a comer al italiano ese que hacen las pizzas tan delgadas..."
Hasta que alguien no aguantaba más y le interrumpía con "PERO AL FINAL QUE PASÓOOO" y por fin contaba donde y cómo se la había pegado con el coche
Curiosamente una compañera de trabajo que era psicóloga aunque no ejercía me dijo una vez que eso era símbolo de una fuerte autoestima y una vida más o menos feliz. Digamos que es gente que le parece apasionante su vida y creen que para el resto de gente también es como estar comentando un peliculón de estos que no te quieres perder ni un detalle viendolo y a menudo rebobinas escenas pq no escuchaste el diálogo del todo bien. Obviamente no, al resto de gente le importa su vida un pepino
No necesariamente tiene que ser símbolo de una vida feliz. Muchas veces es al revés: dime de qué presumes y te diré de qué careces. Si te fijas, este tipo de gente cuenta anécdotas de lo más anodinas como si fueran historias apasionantes: todo lo que les pasa es especial, reseñable, mágico, único, intenso, digno de mención. En psicología... pues se conoce como verborrea (técnicamente) y suele ir acompañado de una personalidad egocéntrica e histriónica. Después entra en juego el sesgo de proyección (creer que lo que a uno le parece interesante, también lo es para los demás). Yo te digo que he coincidido con unos cuantos personajes así y son agotadores, es que te pueden dar la turra media hora con historias de gente a la que ni conoces y en las que pierdes por completo el hilo y que no te interesan un pimiento. Lo de las fotos y vídeos de los críos ya es directamente tremendo.