Bueno, se dice que la Preysler no es que viviera al pie de la cama de Boyer, que fue bastante fría en su enfermedad, pero sí odió tener que resignar su vida social y viajes por la enfermedad del marido, porque no estaba bien visto que ella siguiera como si nada, con su marido incapacitado de moverse. Pongo en dudas lo de la frialdad (Isabel de por sí es fría, pero a su modo seguramente lo quería o lo estimaba), pero Isabel, dicho por la propia Tamara pero de forma cariñosa, solo sabe mandar. Encargarse del cuidado cotidiano de un enfermo es algo que ella jamás habría hecho. Con Vargas se dedicó a viajar. Estaba pletórica de acompañarle a cada homenaje y en esos años Vargas los aceptó todos. Cuando se vio venir que estaban llegando los tiempos malos en la salud de Vargas, debió apretar con el tema del matrimonio, eso sí.