Y ese pelo, que parece nacerle en el centro de la cabeza, se esponja como un soufflé y deja una frente huidiza.¡Qué espanto!Y con esa horma de zapato de señora china del S.XIV, de las que llevaban los pies vendados durante la dinastía Ming, el Poncio lleva los juanetes reventados.
El mozo de espadas debió pasarlas canutas para meter la pezuña retorcida del Poncho en esos botines "chúpame la punta"