A Máxima le gusta ejercer la vida regia. Con sus artes logró llevar a la actual emperatriz de Japón a un acontecimiento.
El rey Guillermo domina el disimulo, lo demostró en la veloz visita al Kremlin con motivo del encarcelamiento de ciudadanos holandeses: él saludaba cordialmente al presidente, Máxima ponía cara de gran miedo cuando una funcionaria semi-soviética llevó flores. Como resultó previsible, el mandatario disfrutó con la escena.
Ella creció en nuestras sociedades plebeyas hispanoamericanas y no puede evitar siempre traslucir su estado de ánimo. Pero como tiene afición a las relaciones royal personalmente y como reina cumple sus obligaciones en ese aspecto si no me equivoco, la natural y comprensible animadversión hacia la Ortíz la pasa por alto y hará lo adecuado.
Pienso que la Gotha doña Sofía debe perseguir el roce real para las nietas, desde hace años, y finalmente lo ha logrado en mayor porcentaje tras la caida de Letizia e invitaciones de Guille y Máxima. Con un poco de suerte para las chicas se instaura la costumbre de visitar los ambientes del rango heredado de su padre Felipe, comenzamos a verlas en conciertos de piano con los belgas o paseándose por Windsor.
El rey Guillermo domina el disimulo, lo demostró en la veloz visita al Kremlin con motivo del encarcelamiento de ciudadanos holandeses: él saludaba cordialmente al presidente, Máxima ponía cara de gran miedo cuando una funcionaria semi-soviética llevó flores. Como resultó previsible, el mandatario disfrutó con la escena.
Ella creció en nuestras sociedades plebeyas hispanoamericanas y no puede evitar siempre traslucir su estado de ánimo. Pero como tiene afición a las relaciones royal personalmente y como reina cumple sus obligaciones en ese aspecto si no me equivoco, la natural y comprensible animadversión hacia la Ortíz la pasa por alto y hará lo adecuado.
Pienso que la Gotha doña Sofía debe perseguir el roce real para las nietas, desde hace años, y finalmente lo ha logrado en mayor porcentaje tras la caida de Letizia e invitaciones de Guille y Máxima. Con un poco de suerte para las chicas se instaura la costumbre de visitar los ambientes del rango heredado de su padre Felipe, comenzamos a verlas en conciertos de piano con los belgas o paseándose por Windsor.