Todo el q no estudie una carrera es un flojo? O el que no sea funcionario o lo q sea?
Hay mucha gente hoy en día q montan negocios sin tener un respaldo económico, en este caso, si lo tienen, pues ole por ellos. Pero yo al menos no me atrevo a decir q son vagos puesto q no los conozco de nada.
Los hijos me dan sensación de cayetanos, pero es solo mi impresión. Los negocios tienen pinta de no ser muy lucrativos, pero tampoco es que se vayan a arruinar si les va mal.
Pues ya se lo diré al Notario de mi zona que me presenta actas donde los testigos, me refiero a los de la ceremonia de matrimonio, brillan por su ausencia.
El matrimonio ante Notario, que yo sepa, es un matrimonio civil.
Yo leí no se donde que eran más de 1000 invitados a la fiesta de ayer.
La chini (amiga de ichi) explicó que el jueves fue boda íntima en la iglesia, solo hermanos, padres y tíos.
El viernes preboda: la gente joven en el chiringuito y la gente más mayor se fueron de cena (sin los novios)
Y ayer boda (qué es donde yo lei que eran más de 1000 invitados)
Tiene sentido lo que dices. Y no me parece ni mal. Sí es cierto lo de los 1000 invitados me da que es que han invitado a empleados, colaboradores, etc. Eso de invitar a todos es mucho de gente de circo.
La verdad es que no veo tanto motivo de crítica. La novia ha llevado trajes diferentes porque eran muchas celebraciones (no me han gustado mucho los vestidos). Mucho más forzado le parece las que se cambian 2-3 veces el mismo día.
Si llevan tanto juntos y se casan ahora es porque o quieren formar una familia ya o/y porque han tenido una crisis.
Nacho Aragón y Bea Gimenoya son marido y mujer. Tras tres días de celebraciones por todo lo alto que han reunido a ambas familias y cientos de amigos en Mallorca, el hijo de Emilio Aragón y Aruca Fernández-Vega y la hija de Javier Gimeno y de Consuelo de la Hoz han sellado su amor en una de las bodas más románticas que recordamos, llena de detalles que gritaban lo que se quieren a los cuatro vientos y con 'su isla' como telón de fondo.
En Pollença, la familia Aragón ha disfrutado de todos sus veranos desde hace décadas. Un escenario de ensueño que también ocupa un lugar privilegiado en el corazón de la novia, quien se enamoró de la isla desde la primera vez que puso un pie allí.
Bea se prepara junto a su madre, Consuelo de la Hoz; sus hermanas, y sobrinas. Abajo, a la derecha, Nacho posa con su mascota, 'Nutella'
Aunque tras meses de expectación se esperaba que Nacho y Bea entonasen bien alto el 'sí quiero' tras 12 años de solvente relación el sábado, 7 de septiembre, lo cierto es que el primero de sus pasos al altar lo dieron por sorpresa el jueves, dos días antes de lo que había trascendido y rodeados tan solo de sus familiares directos. Algunos invitados ni siquiera sabían que se produciría y eso aún lo hizo más mágico si cabe. La pareja se casó ante Dios en una romántica e íntima ceremonia religiosa celebrada en la iglesia de Santa María de Puigpunyent.
Acompañados tan solo por sus hermanos, padres y sobrinos, finalizada la misa, que emocionó a los presentes hasta las lágrimas, pusieron rumbo al restaurante Mouna, ubicado en Espai Buit y único 100% ecológico de Palma, donde brindaron por un amor fuerte y resistente a todos los elementos.
Bea llega al altar del brazo de su padre, Javier Gimeno
Una fiesta de lo más animada en la que la influencer llevó un original traje de novia diseñado por Marta Martí, un vestido exclusivo confeccionado a partir de tejidos distintos como seda satinada, muselina y encajes antiguos, corto, asimétrico y con un fajín con hebilla lateral.
El novio, cuyo estilo lleva años plasmando con éxito en su firma de ropa Neutrale, se decantó por el clasicismo de las Camisas Manolo, que lució durante todas las celebraciones. En esta ocasión, de popelín blanco con rayas negras, con un original corte más amplio y dos pliegues en la espalda.
Animada por un grupo de música cubana, hizo bailar a todos los invitados hasta altas horas de la noche, cuando decidieron retirarse para recuperar fuerzas para el día grande.
Tras doce años de noviazgo, su boda respiraba amor y naturalidad en cada detalle. A los hombres se les exigió 'dress code' en colores claros, como se observa, abajo, en los 'looks' de Pablo Castellano, Tomás Páramo y Manuel Losada, maridos (de izquierda a derecha) de María Pombo, María García de Jaime y María Fernández Rubíes, respectivamente. Durante la ceremonia, los discursos emocionaron a los novios hasta las lágrimas
Una puesta de sol para el recuerdo
Tras mucha expectación y rumores, nadie acertó en las semanas previas al enlace a acertar la ubicación del evento. Aunque en un primer momento parecía que iba a celebrarse en Son Verí, la finca de la familia Cotoner en Palma, lo cierto es que finalmente tuvo lugar en otra finca espectacular de la isla: San Joan D’Arnau.
El ambiente, campestre y sofisticado, combinaba a la perfección con la naturaleza relajada de los novios, poco amigos de convencionalismos y tradiciones clásicas. Para empezar, pidieron a los invitados masculinos que vistieran tonos claros, trajes de lino sin corbata o guayabera. Ni chaqués ni colores oscuros. Un hecho, que el propio Emilio Aragón celebró durante uno de los momentos estelares de la fiesta posterior a la ceremonia, cuando cantó junto a su mujer y sus hijas una canción que había compuesto él mismo a los novios. Pero eso vendrá después.
Si los hombres tenían dress code, las mujeres tan solo contaban con un consejo: mejor no llevar tacón de aguja. Casi todas las invitadas, entre las que se encontraban rostros tan conocidos de las redes como los de María Pombo y su marido, Pablo Castellano, María Fernández Rubíes y Manuel Losada o María García de Jaime y Tomás Páramo, se decantaron por estilismos veraniegos, muchos de ellos con colores vibrantes y tejidos con textura de lo más favorecedores.
Una de las mejor vestidas fue sin duda la madrina, Aruca Fernández-Vega que, con un favorecedor kaftán color naranja firmado por Rocío Crusset –hija de Carlos Herrera y Mariló Montero– acompañó radiante a su único hijo varón al altar, donde el mismo sacerdote que les casó dos días atrás, volvió a ejercer de oficiante.
Minutos después, y con Emilio Aragón al piano tocando diferentes piezas de música, le tocó el turno a Bea, que también caminó al altar del brazo de su padre, Javier Gimeno. La novia quiso tener un emotivo detalle con su padre, regalándole un pañuelo de bolsillo en el que mandó bordar una frase con gran significado para ambos y que luego él mismo quiso compartir con los más de 400 invitados durante su discurso. "Antes o después volverá a salir el sol. Y hoy, en este paseo contigo, el sol brilla más que nunca. Te quiero papá".
Durante la fiesta, Bea lució su cuarto vestido de novia —el segundo del día—: un dos piezas con el que bailó junto a su marido hasta las siete de la mañana
El discurso del padrino no fue el único durante la ceremonia. Amparo Aragón, tía del novio, los hermanos de Nacho y Bea así como dos de sus mejores amigos, Silvia Moreno y Rodrigo Fernández también hicieron saltar las lágrimas de novios e invitados a lo largo de una ceremonia que muchos coinciden en que será "difícil de olvidar". Con el amor como telón de fondo, muchos hicieron hincapié en la calidad como personas de los novios, en su cercanía, naturalidad y sencillez y sobre todo, en el gran equipo que forman. No hay duda de que ambas familias están de lo más unidas.
De hecho, ya lo vimos hace unas semanas cuando la familia Aragón casi al completo acudió al enlace del hermano de Bea, Javier, con su novia en Marbella este mismo verano.
Para este gran momento, Bea Gimeno volvió a sorprender a sus invitados con un diseño hecho a medida para ella, esta vez por la diseñadora Claudia Llagostera. Un vestido estilo lencero, de satén de seda en tono marfil, que jugaba con los cortes acabados en godets de gasa de seda, que le aportaban un movimiento a la falda de aire etéreo.
Con la melena suelta sobre la espalda, la novia remató su look nupcial con un espectacular velo del anticuario Antigüedades Meencanta, ovalado y tejido en Punto de Aguja y Aplicación de Bruselas original del siglo XIX. Una auténtica joya que combinó con un collar de hilo de oro amarillo de 18K con mosquetón central inspirado en los antiguos relojes de bolsillo y pendientes a juego de Leandra.
Emilio Aragón, orgulloso padre del novio, protagonizó una de las sorpresas de la noche cuando se subió al escenario, junto a sus hijas y su mujer (abajo), para interpretar una canción compuesta por ellos dedicada a los novios. Fue tal la acogida de los invitados que cantó grandes éxitos como 'Susanita tiene un ratón'
la novia posa junto a Macarena Aragón
Estrella Michelin, Ters y Aragón
Tras la ceremonia, todos los invitados pusieron rumbo a la zona habilitada para el cóctel, donde Maca de Castro deleitó a los invitados con un primer pase protagonizado por los grandes clásicos de la gastronomía local, como la coca de trampó, la sobrasada y el queso de Mahón. Todo ello, amenizado por un agradable grupo de jazz.
Después, atravesando un paseo de velas de ensueño, todos ellos se sentaron a cenar en mesas italianas donde brindaron por los novios antes de degustar huevos rotos con bogavante y dos postres, torrija y tarta de chocolate y café, que los novios degustaron entre bailes, besos y algunas sorpresas.
La novia junto a su hermana, Mery Gimeno
Quizá la más llamativa llegó justo después del baile, al que Bea llegó con su segundo look, otro diseño firmado por Claudia Llagostera compuesto por un corsé palabra de honor y la falda a la cadera con una abertura lateral de crepe de seda. Los novios abrieron el baile con May I have this dance, de Francis and the Lights feat. Chance The Rapper y más tarde bailaron con los padrinos Ain’t no mountain high enough. Dos momentazos que precedieron quizá al más recordado de la noche: el concierto que ofreció Emilio Aragón junto a sus hijos que incluyó grandes éxitos como Susanita tiene un ratón.
Tras la sorpresa, comenzó la fiesta que se alargó hasta las siete de la mañana, con los novios a hombros de los invitados bailando sin parar, hamburguesas como recena y zapatillas personalizadas para todos los invitados para que nadie tuviera excusa para estar sentado.
Una boda para el recuerdo que los novios recordarán una y otra vez durante su viaje de novios a Japón y Maldivas
finalizada la misa, que emocionó a los presentes hasta las lágrimas, pusieron rumbo al restaurante Mouna, ubicado en Espai Buit y único 100% ecológico de Palma, donde brindaron por un amor fuerte y resistente a todos los elementos.
A mí esto me parece una chorrada e hipocresía máxima. Comieron en un restaurante 100% ecológico, pero luego invitaron a 400 invitados que consumieron mucho más que cualquier boda normal.
Es como los famosos que hacen campañas para proteger el medio ambiente, pero viajan en jets privados o en un solo año viajan a más sitios que los que yo iré en toda mi vida. Por no hablar del despilfarro que supone vivir en mansiones o usar yates. Hipocresía máxima.
Vaya gesto de sota que tiene la madre, la tal Bea me recuerda a alguien pero no ubico a quién y tampoco soy capaz de ver la posible edad, a veces parece muy joven y otras ni de coña me parece jovencita.