Minutos después, y con Emilio Aragón al piano tocando diferentes piezas de música, le tocó el turno a Bea, que también caminó al altar del brazo de
su padre, Javier Gimeno. La novia quiso tener
un emotivo detalle con su padre, regalándole un pañuelo de bolsillo en el que mandó bordar una frase con gran significado para ambos y que luego él mismo quiso compartir con los más de 400 invitados durante su discurso. "Antes o después volverá a salir el sol. Y hoy, en este paseo contigo, el sol brilla más que nunca. Te quiero papá".
El discurso del padrino no fue el único durante la ceremonia.
Amparo Aragón, tía del novio,
los hermanos de Nacho y Bea así como dos de sus mejores amigos, Silvia Moreno y Rodrigo Fernández también hicieron saltar las lágrimas de novios e invitados a lo largo de una ceremonia que muchos coinciden en que será "difícil de olvidar". Con el amor como telón de fondo, muchos hicieron hincapié en la calidad como personas de los novios,
en su cercanía, naturalidad y sencillez y sobre todo, en el gran equipo que forman. No hay duda de que ambas familias están de lo más unidas.
De hecho, ya lo vimos hace unas semanas cuando la familia Aragón casi al completo acudió al enlace del hermano de Bea, Javier, con su novia en Marbella este mismo verano.
Para este gran momento, Bea Gimeno volvió a sorprender a sus invitados con un diseño hecho a medida para ella, esta vez por
la diseñadora Claudia Llagostera. Un vestido estilo lencero, de satén de seda en tono marfil, que jugaba con los cortes acabados en godets de gasa de seda, que le aportaban un movimiento a la falda de aire etéreo.
Con la melena suelta sobre la espalda, la novia remató su look nupcial con un espectacular velo del anticuario Antigüedades Meencanta, ovalado y tejido en Punto de Aguja y Aplicación de Bruselas original del siglo XIX. Una auténtica joya que combinó con un collar de hilo de oro amarillo de 18K con mosquetón central inspirado en los antiguos relojes de bolsillo y pendientes a juego de Leandra.
Emilio Aragón, orgulloso padre del novio, protagonizó una de las sorpresas de la noche cuando se subió al escenario, junto a sus hijas y su mujer (abajo), para interpretar una canción compuesta por ellos dedicada a los novios. Fue tal la acogida de los invitados que cantó grandes éxitos como 'Susanita tiene un ratón'
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la novia posa junto a Macarena Aragón
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Estrella Michelin, Ters y Aragón
Tras la ceremonia, todos los invitados pusieron rumbo a la zona habilitada para el cóctel, donde
Maca de Castro deleitó a los invitados con un primer pase protagonizado por
los grandes clásicos de la gastronomía local, como la coca de trampó, la sobrasada y el queso de Mahón. Todo ello, amenizado por un agradable grupo de jazz.
Después, atravesando un paseo de velas de ensueño, todos ellos se sentaron a cenar en mesas italianas donde brindaron por los novios antes de degustar huevos rotos con bogavante y dos postres, torrija y tarta de chocolate y café, que los novios degustaron entre bailes, besos y algunas sorpresas.
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La novia junto a su hermana, Mery Gimeno
Quizá la más llamativa llegó justo después del baile, al que Bea llegó con su segundo look, otro diseño firmado por Claudia Llagostera compuesto por un corsé palabra de honor y la falda a la cadera con una abertura lateral de crepe de seda. Los novios abrieron el baile con
May I have this dance, de Francis and the Lights feat. Chance The Rapper y más tarde bailaron con los padrinos
Ain’t no mountain high enough.
Dos momentazos que precedieron quizá al más recordado de la noche: el concierto que ofreció Emilio Aragón junto a sus hijos que incluyó grandes éxitos como
Susanita tiene un ratón.
Tras la sorpresa, comenzó
la fiesta que se alargó hasta las siete de la mañana, con los novios a hombros de los invitados bailando sin parar, hamburguesas como recena y zapatillas personalizadas para todos los invitados para que nadie tuviera excusa para estar sentado.
Una boda para el recuerdo que los novios recordarán una y otra vez durante
su viaje de novios a Japón y Maldivas