Abro este hilillo en clave de humor. Siempre se habla de romper estereotipos, pero hablemos del caso contrario, cuando se cumplen a la perfección.
Por ejemplo había una mujer que trabajaba en otra oficina que sólo hablaba por correo con ella, firmaba como Encarni. Una vez la vi en persona. Encarni tenía 50 y muchos, era bajita, gordita, con gafas y el pelo corto teñido de granate. Exactamente como la imaginé siempre sólo por su nombre
Otra vez cenando con mis padres, había cerca una mesa con dos muchachas jóvenes. Poco después, entraron dos chicos hablando italiano, también jóvenes. Mi padre dice "que te apuestas a que invitan a las chicas a copas" y yo "venga ya, como van a hacer esto, es muy anticuado". Justo lo dice, llaman al camarero y el camarero trae dos copas a las chicas y señala a los italianos.
Dos de mis mejores amigas de la universidad eran argentinas. Se traían toda la parafernalia para hacerse el mate. Se ofendían cuando les decía que sabía mal...
Por ejemplo había una mujer que trabajaba en otra oficina que sólo hablaba por correo con ella, firmaba como Encarni. Una vez la vi en persona. Encarni tenía 50 y muchos, era bajita, gordita, con gafas y el pelo corto teñido de granate. Exactamente como la imaginé siempre sólo por su nombre
Otra vez cenando con mis padres, había cerca una mesa con dos muchachas jóvenes. Poco después, entraron dos chicos hablando italiano, también jóvenes. Mi padre dice "que te apuestas a que invitan a las chicas a copas" y yo "venga ya, como van a hacer esto, es muy anticuado". Justo lo dice, llaman al camarero y el camarero trae dos copas a las chicas y señala a los italianos.
Dos de mis mejores amigas de la universidad eran argentinas. Se traían toda la parafernalia para hacerse el mate. Se ofendían cuando les decía que sabía mal...