No sé si te refieres a la primera boda de la princesa pero que yo recuerde Harald V llevó a su hija al altar cuando se casó con Ari.
En esta ocasión Harald V ya no está para llevar a la hija del brazo a ninguna parte. Malamente es capaz de caminar con sus muletas. Debe ser bien terco porque otra persona con sus problemas de movilidad ya estaría sentado en una silla de ruedas para evitar una caída como la que tuvo en Dinamarca que aterrizó a los pies de su amiga y colega Margrethe II. No se rompió la cadera, las piernas o la cabeza de puro milagro aquel día. Bueno, terco es porque con todo su historial médico de ingresos continuos por infecciones respiratorias, irse de vacaciones a la otro punta del mundo y liar la que lió al ponerse enfermo allí es propio de quien no da el brazo a torcer.
