El problema real radica en una institución que espera que las personas sean admiradas únicamente por su origen. Y una monarquía que se basa en la tradición, aunque ya haya sido interrumpida dos veces por una república, siendo la segunda república eliminada violentamente mediante un golpe de estado, gracias a Franco, el antiguo líder de la monarquía militar de Zaragoza, cuyas tradiciones son continuadas y glorificadas por la actual generación de la familia real, parece ridícula sin duda. Es ridículo decir que Leonor, a través de su formación militar, sea la "última esperanza" de España. Leonor, en el mejor de los casos, es la esperanza de los ultraconservadores españoles "mentalidad fascista que quieren mantener viva una institución prácticamente muerta, a la que ningún ciudadano español con un mínimo de sentido común le otorga una admiración auténtica.