Parece que no conoces el sistema legal de EEUU en el que toda persona acusada de un delito se considera inocente hasta que se demuestre lo contrario. La carga de la prueba recae en la fiscalía que debe demostrar la culpabilidad del acusado más allá de toda duda razonable.
Este caso se ha complicado porque Mangione tendrá que enfrentarse a la fiscalía en Pennsylvania, no en el estado de New York donde fue cometido el crimen y todo parece indicar que su abogado tiene la intención de representarlo en ambos estados.
Mangione está acusado de asesinato en segundo grado, no en primer grado, aunque también es posible que el caso eventualmente se convierta en federal, no estatal. Mientras, Dickey, su abogado lucha contra la extradición a New York. Un tribunal de Pennsylvania le ha dado 14 días para presentar un recurso de hábeas corpus, lo que hace recaer la carga de la prueba sobre quienes detuvieron a Mangione.
Un abogado tiene función de Defensa de sus clientes y no va nunca a decir que su cliente es culpable a primeras.
Ni en Estados unidos ni en Calcuta.
La carga de prueba es y está bien fácil, sobran 14 días de ese plazo de 14 días.
Un abogado tiene función de Defensa de sus clientes y no va nunca a decir que su cliente es culpable a primeras.
Ni en Estados unidos ni en Calcuta.
La carga de prueba es y está bien fácil, sobran 14 días de ese plazo de 14 días.
No entiendes que las leyes cambian de un estado a otro?
Este no es un caso federal. La carga de las pruebas las tiene el estado de New York. Por eso Dickey lucha contra la extradición y así ganar tiempo para su defensa y exigir a los fiscales que presenten más pruebas. Según el fiscal del condado de Blair, PA, el proceso podría demorar hasta 45 días.
Mientras, Dickey seguirá exigiendo a los fiscales que presenten más pruebas en la próxima audiencia e inclusive que el fiscal del distrito de Manhattan proporcione un testigo.
No sé en que mundo vives si piensas que este caso podría resolverse en menos de 14 días.
Dejo estos dos artículos. El del Washington Post incluye los cargos a los que se enfrenta Mangione en Philadelphia y en New York así como el proceso de extradición.
No entiendes que las leyes cambian de un estado a otro?
Este no es un caso federal. La carga de las pruebas las tiene el estado de New York. Por eso Dickey lucha contra la extradición y así ganar tiempo para su defensa y exigir a los fiscales que presenten más pruebas. Según el fiscal del condado de Blair, PA, el proceso podría demorar hasta 45 días.
Mientras, Dickey seguirá exigiendo a los fiscales que presenten más pruebas en la próxima audiencia e inclusive que el fiscal del distrito de Manhattan proporcione un testigo.
No sé en que mundo vives si piensas que este caso podría resolverse en menos de 14 días.
Dejo estos dos artículos. El del Washington Post incluye los cargos a los que se enfrenta Mangione en Philadelphia y en New York así como el proceso de extradición.
14 días para presentar el recurso de habeas corpus para que se revise la legalidad de su detención en Pennsylvania, no para presentar pruebas por un asesinato que ocurrió en NYC.
Los cargos de detención en Pennsylvania son menos severos que los cargos en New York. Mangione está detenido en PA por cargos de posesión de armas y falsificación, no por asesinato por eso los fiscales de NY buscan su extradición que podría tomar 45 días.
14 días para presentar el recurso de habeas corpus para que se revise la legalidad de su detención en Pennsylvania, no para presentar pruebas por un asesinato que ocurrió en NYC.
Los cargos de detención en Pennsylvania son menos severos que los cargos en New York. Mangione está detenido en PA por cargos de posesión de armas y falsificación, no por asesinato por eso los fiscales de NY buscan su extradición que podría tomar 45 días.
Exactamente a qué pruebas te refieres? Las pruebas por los cargos en Pennsylvania o a las pruebas por los cargos en New York?
A estas alturas dudo que alguien piense que a Mangione no le caerán muchísimos años de cárcel. Eso sí, no creo que cumpla su condena en Rikers Island como cualquier otro criminal. Ese ha sido uno de los pocos comentarios que ha hecho Dickey desde un principio y es una de las multiples razones por lo que se está dilatando la extradición.
Exactamente a qué pruebas te refieres? Las pruebas por los cargos en Pennsylvania o a las pruebas por los cargos en New York?
A estas alturas dudo que alguien piense que a Mangione no le caerán muchísimos años de cárcel. Eso sí, no creo que cumpla su condena en Rikers Island como cualquier otro criminal. Ese ha sido uno de los pocos comentarios que ha hecho Dickey desde un principio y es una de las multiples razones por lo que se está dilatando la extradición.
El procedimiento será el que tenga que ser pero de 20 años de cárcel no se libra
Y eso solo porque tiene una familia hipersuperforrada que puede contratar despachos de abogados por docenas.
De lo contrario le cae cadena perpetua y sin más miramientos.
El procedimiento será el que tenga que ser pero de 20 años de cárcel no se libra
Y eso solo porque tiene una familia hipersuperforrada que puede contratar despachos de abogados por docenas.
De lo contrario le cae cadena perpetua y sin más miramientos.
Acuérdate que no se sabe quien está pagando a los abogados. El benefactor se ha mantenido en el anonimato (se ha especulado que podría ser un billonario de alto perfil usando el esquema de lo que ha sucedido con los costos de Trump y sus 34 condenas de felonías). Además, hay varios grupos recaudando dinero online para su defensa que los abogados se niegan a tocar. Hasta ahora lo poco que se sabe es que la hiperforrada familia se ha mantenido al margen de todo. Es más, la madre dijo haber perdido contacto con su hijo en junio.
A mí me parece que Luigi acaba cumpliendo condena en una especie de country club o lo que aquí llamamos "Club Fed". Lamentablemente, en este país la justicia es de compra y venta.
Me ha recordado, a la inversa, al caso sin resolver del asesinato del Doctor Malo:
EL PAÍS
La oscura muerte del doctor Malo
El autor del asesinato, hace más de seis años, sigue en libertad
Jesús Duva
Madrid - 21 jul 1991
Juan Carlos Malo Silvestre, de 32 años, murió de una cuchillada en el corazón cuando el 22 de septiembre de 1984 salía de cenar en un restaurante del centro de Madrid. Más de uno habló entonces de que ése era el desenlace de un crimen por encargo para cerrarle la boca y que no divulgara las presuntas irregularidades de una sociedad sanitaria. La policía, sin embargo, siempre ha mantenido que fue obra de un vulgar atracador callejero. Seis años después, el autor del homicidio sigue en libertad.
Se cumplen 30 años del asesinato del Doctor Juan Carlos Malo, cuando pensaba destapar un escándalo relacionado con la sanidad privada
El médico, traumatólogo del Hospital La Paz de Madrid, indicó al redactor que guardaba el informe en lugar seguro y que los datos que contenía podían derribar todo el sistema sanitario español.
Sabado, 17 de Agosto de 2024
El viernes 21 de septiembre de 1984, el doctor cenó con un compañero en el restaurante El Landó de la madrileña plaza de Gabriel Miró. A la salida del local, de madrugada, y cuando se iban a subir a su automóvil, dos individuos se acercaron a los doctores y, sin mediar palabra, uno de ellos asestó una certera puñalada en el corazón de Juan Carlos Malo. Minutos después, el médico, de 32 años, casado y con tres hijos de corta edad, fallecía en el Hospital Clínico. La puñalada, asestada de abajo a arriba con un arma blanca muy punzante, había atravesado el esternón y desgarrado el ventrículo izquierdo, afectando por tanto al corazón de la víctima.
El acompañante de Malo, el también doctor Manuel Ambite, declaró que los asaltantes huyeron tras cometer el crimen, y que no se apoderaron de ningún objeto de valor. El doctor Malo llevaba encima varios objetos valiosos, un reloj, un encendedor, un bolígrafo y joyas, por valor de varios miles de las antiguas pesetas. También portaba 30.000 pesetas en un bolsillo. La Policía recogió huellas dactilares del vehículo y una gorra blanca que, al parecer, llevaba el agresor y cayó al suelo en el momento de asestar la puñalada, pero no obtuvo resultados útiles para la investigación.
El dossier fantasma
Al principio, la Policía relacionó el asesinato con varios atracos callejeros o sirlas que se habían producido en esa zona en los últimos días. El testigo presencial, doctor Ambite, dijo desconocer el problemático dossier sobre ASISA, aunque sí sabía que la víctima y la aseguradora andaban a la gresca por motivos laborales. La familia del médico asesinado y sus compañeros en el hospital afirmaron haber visto el polémico informe pero desconocer su contenido. El periodista de la agencia EFE que había recibido a Malo en la redacción de la agencia testificó que, mientras conversaban, alguien llamó por teléfono al doctor, y que éste le dijo textualmente: “Ya sabes que estoy dispuesto a ir hasta el final”.
Según los familiares de la víctima, ASISA había abierto un expediente al doctor año y medio antes de su asesinato por exceso de asistencia a tres pacientes, al haber ordenado realizar más radiografías y análisis de los necesarios. Juan Carlos Malo se indignó profundamente, dijo que pretendía abandonar su profesión antes de ser considerado un médico dudoso, y presentó una demanda ante Magistratura de Trabajo.
Acto seguido, Malo comenzó a recopilar información para elaborar el explosivo informe sobre supuestas irregularidades de la aseguradora, al parecer datos bien documentados sobre desasistencia a enfermos. Según ASISA, todo se había solucionado amistosamente y el traumatólogo había retirado la demanda cuatro días antes de ser asesinado. Pero la familia aseguró que el pacto contemplaba la entrega de más de tres millones de las antiguas pesetas al doctor por parte de la sociedad demandada, algo que nunca se llevó a cabo.
Testigo sorpresa
Entretanto, los trabajos policiales en busca del autor material del crimen se centraban en dos jóvenes que había sido vistos merodeando por la plaza de Gabriel Miró la noche de autos: uno, de unos 19 años, 1’70 de estatura, delgado, pelo oscuro, pantalón oscuro y camisa y gorra de color blanco; el otro, de unos 16 años, bajo, de pelo y vestimenta oscuros. Los agentes insistían en la hipótesis del robo, pero entonces, ¿por qué los asesinos no se llevaron nada?
Cuando las pesquisas parecían entrar en un callejón sin salida, apareció un testigo sorpresa. Un clérigo, Luis Martín, se presentó en comisaría cinco días después del crimen afirmando haber presenciado el asesinato desde una ventana del tercer piso del Seminario Conciliar de Madrid y que no había acudido antes a declarar porque tenía miedo. Explicó que observó el crimen a la luz de una farola, y que los dos agresores huyeron a toda velocidad hacia la calle Segovia. El doctor, herido de muerte, pudo, todavía, dar unos pocos pasos hacia el restaurante que acababa de abandonar. Su compañero, Manuel Ambite, salió del vehículo y corrió a auxiliarle.
Con todo, la Policía descartó la hipótesis del crimen por encargo y se mantuvo firme en la del robo, una sirla más, un intento de atraco callejero con arma blanca protagonizado por delincuentes juveniles, posiblemente drogadictos. Según este argumento, los asesinos huyeron al ver descender del coche al otro médico, y por eso no se llevaron nada. La Policía nunca ha conseguido identificar al navajero. El demoledor informe de Juan Carlos Malo sobre ASISA y el sistema sanitario nunca ha aparecido.