me llama la atención que sientes cátedra tan tajante sobre cómo son las cosas para los demás. Por cierto, valores y principios no es lo mismo. Y los psicos no decimos a nadie lo que debe hacer salvo qeu haya menores cuya integridad está en peligro, no somos nadie para decir qué hacer, pero de nuevo te repito tu visión no tiene por qué ser la de todo el mundo (y no, no soy muy joven, pero de nuevo no doy lecciones)
jo pues lo siento mucho, una vez más hay malos profesionales como en todas partes, y creo que además en los últimos años se ha avanzado en una perspectiva de acompañamiento y de entender el contexto. Por supuesto damos herramientas o pautas y hay que practicar algunas cosas, pero no en plan "tu lo que tienes que hacer es..."
También te podría afirmar categóricamente que después de una torta con la mano abierta la relación finaliza sí o sí.
En mi mundo una agresión física está al mismo nivel que una infidelidad. Ambas exactamente igual de graves y limítrofes.
A lo mejor en el mundo de muchas personas no están al mismo nivel, y supongo que por eso acaban en el psicólogo o toda su vida con un escollo importante en su amor propio por haber comulgado con ruedas de molino.
El psicólogo que en la consulta se le planta delante alguien que no sabe cómo gestionar una infidelidad (cuando acabas en el psicólogo por éste motivo es porque para ti la lealtad es muy importante) debería redireccionar al paciente en los motivos por los que llega a dudar si tolerar o no algo así.
Pero vaya que todo ya es parte de un deterioro general en el que vamos cuesta abajo y sin frenos.
Ahora si te ponen los cuernos puedes ir al psicólogo a probar a ver si lo arregláis.
O también se puede "abrir la relación", ¿por qué no?
El "todovale" de hoy en día.
En fin soy viejuna... sé que mi mensaje queda ya obsoleto y casposo para los tiempos que corren

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