Hola primas, vengo a contaros mi historia a modo de desahogo.
Tuve mi primer hijo a finales de octubre por cesárea, la primera semana de diciembre tuve mi primera regla después del embarazo pero en enero no hubo regla. La matrona me decía que era algo normal pero yo sabía (o sentía) lo que estaba pasando. Tardé un mes en hacerme el test pero era muy evidente ya que tenía los mismos síntomas que en el primer embarazo. Deseaba con todas mis fuerzas que fuese negativo, pero no fue así. Me pasé otro mes sin saber que hacer, mi pareja me apoyaba en lo que decidiese ya que es mi cuerpo y lógicamente no es lo mismo, pero estaba igual de indeciso.
Al final la matrona me programó la cita en la clínica para abortar. Yo no me sentía capaz de cuidar de dos bebés y mucho menos de pasar otro embarazo cuidando a un bebé. Me pasaba los días llorando pensando que perjudicaría a mi hijo, que no le podria prestar la atención suficiente y que condicionaría económicamente su vida. No nos sobra el dinero, al contrario, y yo había dejado mi trabajo para poder estar con mi hijo.
También estaba en plena depresión postparto (y estoy) y todo se me hacía aún más cuesta arriba. Mi mayor miedo era ser mala madre, deprimirme aún más y perjudicar así a mi hijo, como mi madre hizo conmigo.
El día que fui a abortar, el médico tuvo el poco tacto de hacerme la eco con la pantalla mirando hacia mí y dijo que estaba de 13 semanas. Yo pensaba que estaba de menos y empecé a llorar porque mi mente me decía que me levantase de la camilla pero era incapaz de moverme. Ni siquiera esperaron a que me relajase ni me preguntaron si quería esperar o si me lo había repensado. Me durmieron y tal cual me dormí llorando, me desperté igual.
Salí bien físicamente de la clínica, pero al rato de estar en casa empecé a desangrarme. Coágulos como puños, jamás en mi vida había visto algo igual ni tantísima sangre. Perdí el conocimiento en la bañera mientras mi pareja llamaba al 112. Vino una ambulancia y me tuvieron que operar de urgencia. Me dijeron que se colapsó de sangre y coágulos la matríz y el útero pero que no estaba perforado. Pasé la noche allí sola después de la operación, era la primera vez que me separaba de mi hijo y además sin dejar de arrepentirme de lo que había hecho.
Han pasado casi tres meses y aunque por una parte fue una liberación para mí porque tenía mucho miedo de todo lo que podía pasar teniendo un bebé de 10 meses y uno recién nacido, no hay día que no piense en ello, no dejo de contar las semanas, de preguntarme como hubiese sido…
Todos los médicos, enfermeras y las pocas personas que lo saben, me decían que cuando tomas una decisión es porque es lo mejor y no tienes que volver a pensar en ello ni preguntarte qué habría pasado ni arrepentirte. Pero miro a mi hijo y pese a que creo que fue la mejor decisión de cara a él, pienso en que el feto también era mi hij@ y que le tenía que haber querido igual.
Esto no es para hacer sentir mal a nadie, estoy totalmente a favor del aborto y jamás juzgaría a nadie por tomar esa decisión. Mi error supongo que es que a mí misma sí me juzgo por ello.