O sea, comparar el pintarse la cara de negro, para hacerse pasar por una persona de color (que obviamente más racista no puede ser) con el uso del maquillaje como medio expresivo o de realzar la belleza, como si el maquillaje fuera exclusivo de las mujeres, cuando se lleva utilizando en ceremonias de iniciación, ceremonias religiosas, ceremonias deportivas, teatro, cine, cuando en siglos pasados incluso se usaba más por hombres que por mujeres.De Jenner a Dolezal: una trans buena, la otra no tanto.
Sin lugar a dudas, lo más interesante intelectual y políticamente acerca de la reciente "exposición" del estatus racial de la activista de la NAACP de Spokane, Washington, Rachel Dolezal, es el enigma que ha planteado para los identitarios raciales que también están comprometidos con la defensa de la identidad transgénero.
Última edición por un moderador: