Anécdotas en el transporte público (bus, tren...)

[Forera en la sombra]

Exhibicionista en el spoiler

Spoiler

Una vez le vi la genitalia colgandera a un señor en el bus. Llevaba unos pantalones cortos por encima de la rodilla y al sentarse se le escapo todo por una pierna. Aquello era de tamaño descomunal. Era tan grande que daba asco. Todo desparramado.



Iba con mas gente y nos empezamos a reír de él. Si pilla a un chavala sola...pero ibamos en pandilla (chicos y chicas) y nos reímos a lo bestia. No sabia donde meterse. El tio guarro.

Nos estuvimos riendo de el hasta que se bajo del bus a toda prisa. No dio tiempo ni de avisar al conductor.

 

[Monjai]

Viajando en Rodalies te encuentras de todo. Dejo por aquí unas cuantas anécdotas:

Un señor, ya borracho, se sube al tren, al mismo vagón en el que yo estaba, saca una lata de cerveza y comienza a beber. Acto seguido, empieza a molestar a todas las personas del vagón, especialmente a las chicas jóvenes, como si estuviera en una discoteca. Entonces, alguien avisa a la revisora, quien le dice que no se puede consumir alcohol en el tren y que deje de molestar a los pasajeros. El señor, sin hacerle el menor caso, continuó hasta que llegamos a una estación, donde los Mossos ya lo estaban esperando. El borracho armó un lío y terminaron arrestándolo.

En otra ocasión, hubo una pelea en el vagón de al lado porque una persona no quería pagar el bono de viajero. A raíz de eso, tuvimos que esperar 40 minutos en una estación a que llegaran los Mossos d’Esquadra para llevársela.

También recuerdo el caso de una carterista, muy conocida en esa línea, que fue pillada por la mujer a la que acababa de intentar robar. Casi se lían a golpes pero como ya estábamos llegando a la última estación, solo llegaron a decirse de todo.

Podría contar más cosas, pero algunas no las recuerdo del todo bien.

Esta fue muy sonada y salió en los medios y en TeleMadrid. No se si le pilló a alguien más o se acuerda de esto.

Hace muchos años.
Había quedado por la zona de Atocha, cogí la 6 hasta pacífico para trasbordar a la 1.

Pues....
Al llegar a Conde de Casal, el metro se empieza a demorar en salir, se empiezan a oír voces, de repente, se cierran las puertas, se ve gente correr por los andenes, no se dice nada por megafonia. La gente, sin poder salir ni entrar al metro..
En eso que la gente de los vagones del principio, empieza a alzar la voz y gritar, y se empieza a oír...que se pegan, que se matan....

Por lo visto, los que veníamos en ese metro, tuvimos la "fortuna" de llegar en pleno apogeo de una pelea(de bandas, quizá) multitudinaria con bates, porras, cadenas etc....

Parece ser que la cosa venía desde la calle, se metieron en el metro a seguir con la bronca y unos cuantos, huyendo de otros, consiguieron acceder al metro, el conductor o cerró viendo el percal o le obligaron y bloqueo las puertas...

Total, allí parados sin saber muy bien que pasaba, esperando a la policía.
Luego, claro, llega la policía, eso no se mueve, cogen a varios de fuera, otros huyeron por los túneles, otros les dio tiempo a salir. Luego el metro marcha atrás para que los policías pudieran requisar las "armas" que habían tirado a la vía...

Total, casi una hora en Conde de Casal encerrados en el metro sin tener nada claro y cierto pánico.

 

[Liviana]

Hace unas semanas un señoro de 45-50 años me hizo fotos en la Renfe. Y le pillé básicamente por cómo colocaba el móvil, miré de reojo su móvil y ¡bingo!

Lo peor, que fue al llegar a mi parada, me fui con una sensación de frustración y rabia, pero no dije ni hice nada por miedo y el asco que me daba.

 

[Ireneyau]

Tengo bastante mala memoria, viajo mucho en transporte público pero se me olvidan las anécdotas según pasa el tiempo, ahora me estoy acordando de una. En la estación, un hombre con pintas algo raras (desaliñado quiero decir, un poco como un mendigo) se me acerco diciéndome que no tenía dinero suficiente para el billete, que si llevaba algo, yo le dije que no, casi nunca llevo monedas. No me acuerdo si me lo pidió él o me ofrecí yo, pero el caso es que acabé sacándole un billete con la tarjeta y el me dió la calderilla que llevaba. No sé hasta qué punto fue buena idea sacar la tarjeta y meter el PIN con el señor ahí al lado (probablemente, no muy buena), pero la verdad es que no pasó nada. Lo que me hace acordarme de la anécdota es que se despidió diciéndome algo como "que Dios te bendiga, no te fíes de nadie" y me hizo gracia porque acababa de meter el PIN de mi tarjeta de crédito a su lado, sería su forma de decirme "espabila, que llego a ser otro y te robo" jajaja.

 

[VioletaDV]

Anécdota no recuerdo ninguna en estos precisos momentos, ahora, que me leo todos los WhatsApps ajenos que pillo por las pantallas que están en mi radar, eso lo saben hasta los chinos.

 

[Ireneyau]

Otra cosa que me pasó fue que esperando el tren conocí a un muchacho. Me dijo que llevaba la mochila abierta y de ahí nos pusimos a charrar, era majo y la conversación era agradable y fluida. Se ve que teníamos un horario parecido, así que durante unos meses coincidíamos bastante, cuando eso pasaba nos sentábamos juntos para ir hablando en el trayecto. En un momento dado nos dimos los instagrams y alguna vez hablamos por ahí, un poco de lo mismo que hablábamos en el tren (de series, juegos, de nuestra vida, nada fuera de lo normal ni que insinuase nada). Me hacía ilusión porque no conocía a nadie en el pueblo en el que vivía y dije "ey, igual he hecho un amigo". Luego se ve que dejamos de tener el mismo horario, así que dejamos de coincidir y de hablar, lógico, no nos conocíamos, de qué íbamos a hablar. Al final, como a los 6 meses o así me habló para ver cómo me iba y de repente me dijo que le llamé la atención, que le apetecía conocerme y que quería cenar conmigo. Aquí ya le dije que me parecía bien si quería quedar, pero que un dato importante en este punto de la conversación es que me gustaban *solo* las chicas.
El chaval me dijo que desde hace cuánto lo sabía jajaja, como si el hecho de que hubiera estado hablando con él implicase que yo estaba intentando algo o yo qué sé; luego me dijo el pobre que para una vez que le echaba huevos y resulta que la tía es lesbiana. En resumen, que ligué en el tren pero no hice ningún amigo porque después de esta conversación nunca más se supo, espero que le vaya bien, era muy majete.

 

[Chema]

una vez vi en el metro a una mujer que llevaba un buen rato tan profundamente dormida que pensé: no sé dónde en qué estación tendrá que bajarse, pero se le va a pasar, si no se le ha pasado ya. el vagón estaba bastante vacío, así que antes de bajarme cuando me tocaba, me acerqué y le dije algo tipo "disculpe... me sabría mal que se le pasara su estación...". me preguntó por dónde íbamos, se lo dije y me respondió que aún le quedaba. me dio las gracias muy sonriente, así que bien.

 

[Ireneyau]

Otra vez estaba en la cola esperando a pasar por los tornos del tren y justo delante de mí había tres chavalines marroquís. Pues bueno, en los tornos había como una segurata tapándoles con la mano donde se lee el billete para que no hicieran trampas y se colasen o algo así. Total, que pasan los tres muchachos, me toca a mí y espero a que haga lo mismo conmigo, pero no lo hace. Me quedo esperando, me mira y me dice "es que de ellos no me fío jejejeje, se nota, no?".
Me quedé un poco tiesa con que me lo dijera directamente.

 

[Jiggly]

Hablando de robos en el transporte público.
Siempre he tenido muchísimo cuidado con mis cosas en general en la calle y especialmente en el metro /bus.
Solo me robaron una vez pq no seguí la regla de oro: mochila nunca en la espalda siempre delante.
Lo que se llevaron: un bote medio gastado de crema solar. El robo más rentable de la historia jajaja

El acoso a las mujeres en el transporte publico no es algo que (por desgracia) sea nuevo o poco habitual. Allá por los años 50-60 una tía de mi padre, que era muy bajita y tenía muy mala hostia, llevaba una aguja bien larga y punzante en el sombrero, que no dudaba en utilizar sin mediar palabra si algún "fresco" se acercaba demasiado o intentaba propasarse. Más de uno se fue humillado y dolorido cuando sentían "el aguijón" en la pierna, y claro no podían quejarse o reclamarle nada.

Otra anécdota, íba con una amiga y su abuela en un autobús que ellas cogían diariamente. Pues se subieron unas carteristas "habituales" y la Abu y otras señoras mayores se pusieron a dar voces y advertir a los pasajeros de su presencia. Las carteristas se bajaron en la siguiente parada refunfuñando. Me impresionó el valor de esas mujeres, porque las carteristas (varias, mucho más jóvenes, pinta conflictiva) podrían haberse puesto agresivas con ellas...​