Pri, yo esto lo fui aprendiendo de muchas mujeres magníficas en su madurez que tengo a mi alrededor, desde amigas que ya frisan los 50 y están lidiando con los cambios de la menopausia, hasta mis tías que rondan los 70 y son un ejemplo de buen vivir y positividad: la autoestima no aparece en función a cómo sea tu físico, sino a tu capacidad de disfrute, lo bueno que aportes al mundo que te rodea, la actitud y todos los rasgos y particularidades que te hacen ser tú misma y nadie más que tú. Desarrolla estos ámbitos y entenderás que el cuerpo es un vehículo de muchas cosas maravillosas: gracias a tener un cuerpo podemos disfrutar de un sinfín de placeres sensoriales entre los que se incluye, por supuesto, un buen polvazo. Yo particularmente no soporto un gimnasio y tampoco me voy a dejar los cuartos en mil tratamientos de belleza para retrasar el tiempo, tengo mis carnecillas que ya empiezan a estar blandas, mis celulitis, algún asomo de varices, primeras arruguillas y canas para regalar, pero nada de esto impide que disfrute de una buena caminata, de comer cosas deliciosas, de reír como una loca, de sentir la brisa del mar o el calor del sol, o de abrazar y a achuchar a las personas que quiero y sentir su olor, su tacto y su cariño. Joder, para mí todo esto define a un cuerpazo.